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Opinión

14 de Septiembre de 2017

El ciclón tiene nombre de mujer: cavilaciones tras el desastre

"Todavía queda algo de luz en La Habana Vieja a esta hora. En cada cuadra un comité, en cada cuadra un dominó. Las botellas de ron ponen la alegría en el barrio. Las casas particulares que venden cervezas, planchaos y cigarros hacen su noche en las magras economías de la zona. Los latones de basura rebosan de desechos. En una de las mesas uno de los hombres que espera para entrar al juego comenta que en Centro Habana y El Vedado hubo tiendas que no aseguraron bien sus productos y se vieron flotar equipos, electrodomésticos y comida en el mar. Un viejo que juega lo reprende: Mira que la gente es chismosa. El nihilismo de esta gente a la que parece importarle muy poco lo sucedido en el resto del país es un síntoma de algo, no sabemos qué, además de pobreza obviamente".

Darío Alejandro Escobar
Darío Alejandro Escobar
Por

“Porque en La Habana hay una pila de locos”. Manolito Simonet.

VIERNES 8/09/2017, 12:35 A.M.
En el P5 el chofer tiene sintonizada la radio. No recuerdo la emisora. En algún punto del trayecto un funcionario de marras habla de que “se han tomado todas medidas pertinentes para asegurar las vidas humanas y los bienes del Estado ante la llegada del huracán Irma”. Llovizna. Me resulta raro porque en todo el día no he visto, por lo menos por donde he caminado, ninguna brigada podando los crecidos árboles ni limpiando los tragantes de las avenidas capitalinas. Todavía a esta hora no se espera que el meteoro pase tan cerca de La Habana.

SÁBADO 9/09/2017, 11: 22 P.M.
El huracán está en su punto. El viento resopla parecido al sonido de los efectos especiales de las películas de serie B norteamericanas. Afortunadamente la lluvia que cae violenta no choca contra las puertas del balcón porque si no todo el apartamento estuviera encharcado. He cerrado herméticamente el cuarto de mi madre y el calor es insoportable. En la Isla de la Juventud pasé dos ciclones y no quiero casualidades. Rezo para que el edificio aguante la embestida. Intento dormir, pero la ventana del pasillo común del edificio está mal asegurada y cuando sopla una ráfaga un poco más fuerte de lo normal se abre y da golpes contra las paredes. Esto sucede aproximadamente cada media hora. En una de esas me dejo mojar un poco por la lluvia. Está fría. Vuelvo a la cama y casi cuando logro atrapar algo de sueño siento los gritos divertidos de varios chiquillos. Me asomo por la ventana que ya está abierta de nuevo y apenas los distingo, son tres, una niña y dos varones y juegan bajo la lluvia torrencial en la medianoche. Vociferan explayados sin que nadie los moleste: ¡Qué rico el ciclón!

DOMINGO 10/09/2017, 7: 30 P.M.
Todavía queda algo de luz en La Habana Vieja a esta hora. En cada cuadra un comité, en cada cuadra un dominó. Las botellas de ron ponen la alegría en el barrio. Las casas particulares que venden cervezas, planchaos y cigarros hacen su noche en las magras economías de la zona. Los latones de basura rebosan de desechos. En una de las mesas uno de los hombres que espera para entrar al juego comenta que en Centro Habana y El Vedado hubo tiendas que no aseguraron bien sus productos y se vieron flotar equipos, electrodomésticos y comida en el mar. Un viejo que juega lo reprende: Mira que la gente es chismosa. El nihilismo de esta gente a la que parece importarle muy poco lo sucedido en el resto del país es un síntoma de algo, no sabemos qué, además de pobreza obviamente. En los gestos carnavalescos de los mulatos, blancos y negros, en los shores cortos de las mujeres hay algo más que pose, es fragilidad ante un destino redentor que se nota, nunca ha estado en sus manos. No se encomiendan a nadie más que a sí mismos en la lucha diaria por el CUC (Peso Cubano Convertible). Son seres humanos que han entendido que la vida es demasiado corta y no confían en nadie. Que la carne es débil y el dinero fugaz, que la belleza se compra y se vende y la felicidad es un placer mundano que se fuma, se aspira, se traga y se chupa. Mientras se juega dominó en La Habana Vieja mueren siete habitantes en la urbe. Uno a menos de 500 metros de donde observo esta escena. El relajo en esta ciudad es distintivo y ojalá que alguno de los gritones desaforados de esta capicúa no sea el padre de una de las criaturas de la medianoche anterior.

DOMINGO 10/09/2017,11:38 P.M.
En la esquina de las calles Habana y Amargura se detiene un bicitaxi que trae música estridente. Suena un estribillo de una canción del reggaetonero Chocolate Nestle. De pronto, como si hubieran llamado a rebato de fiesta, los aletargados “ciudadanos” de todas las edades se levantan y empiezan a bailar en pequeños grupos. Cuatro adolescentes forman una fila para mostrar una coreografía. Algunas niñas de menos de diez años remenean, manos contra la pared, sus cuerpitos flacos cual veteranas de mil canciones. Los viejos fuman sentados en los sillones. Hay poca o ninguna luz. En quince minutos han llegado de los alrededores muchas más personas y se ha formado, sin electricidad, solo con dos bocinas artesanales en un triciclo y en medio de la anunciada Fase de Recuperación, un bonche. Así se les llama a las fiestas callejeras de La Habana marginal.

LUNES 11/09/2017, 10: 12 A.M.

Levanto el teléfono todavía medio dormido:
-Dime
-¿Darín?
-No, es Alejandro.
-Alejandro ¿Ya ustedes tienen luz ahí?
-No, tía, la pusieron ahorita y la volvieron a quitar.
-Ahh, carajo. Yo llevo tres días sin luz ¡Se me va a echar a perder la comida!
-…
-Oye, dile a tu abuelo que hay diez muertos. Me lo dijo la mujer de un vecino que lo oyó por la radio.
-Diez muertos!! Ñoj.
-Sí, parece que es verdad porque yo hablé con Amalia ahorita y me dijo lo mismo sin yo decirle nada.
-Candela.

LUNES 11/09/2017, 11: 07 A.M.
Me conecto. Abro el Facebook y me invade una ráfaga de imágenes de destrucción. Después de media hora creo que es demasiado. Pareciera que entre mis amigos se ha desatado una competencia algo retorcida consistente en ver quién postea la foto, o el álbum, mejor hecho. Es como si todos quisieran mostrar, más allá de las consignas de rigor, que ellos estuvieron –“al pie del cañón”– en los lugares donde más sopló el viento y/o se inundó la calle. Una hemorragia fotográfica. El maldito onanismo digital. Me dejo llevar por el circo y ofrezco mi ayuda facebookiana. Un socio casi me manda al carajo y me dice que salga para la calle. Le hago caso. El Facebook es lo peor.



LUNES 11/09/2017, 8:34 P.M.

Rafael Serrano, el locutor estrella del noticiero estelar del Sistema Informativo de la Televisión Cubana, recita el llamamiento del Presidente de la República Raúl Castro Ruz al pueblo como si fuera un poema mal ensayado en un matutino escolar. Media hora después lee la nota de los fallecidos y cuando repasa, uno a uno, sin dolor, sin condolencias, sus números de carné de identidad, se me antoja casi igual de performático a un grupo experimental de música electrónica que conocí y entrevisté hace algunos años. Se llamaban, o se llaman aún, I.A. Somos eso, cifras y letras. Cifras y letras. 9-0-0-8-2-6-2-3-0-5-6.

MARTES 12/09/2017,7: 28 A.M.
La revista matutina Buenos Días repite muchas de las noticias del Noticiero Estelar. En su gran mayoría trata sobre las innumerables brigadas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias que están apoyando a la población en estos momentos tan complicados de la nación. Igualmente transmiten un paneo por las demás provincias para conocer cómo va la fase de recuperación en el resto del país. No pueden faltar las muestras de solidaridad de varios países hacia nuestra nación. Parece cierto que se trabaja mucho para volver a la normalidad ¿He escrito normalidad?

La Habana Vieja.

*Periodista cubano. Premio Nacional de Periodismo Cultural “ Rubén Martínez Villena” 2017.

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