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Mundo

20 de Octubre de 2017

Pablo Escobar versus Netflix

Cansado de la versión distorsionada que las series ofrecen sobre el narcotraficante colombiano Pablo Escobar, su hijo Juan Pablo cuenta su propia verdad en un documental en el que, dice, ha perdido por primera vez el miedo a hablar. “Es una realidad inocultable que muchos de los enemigos de mi padre se han terminado asesinando […]

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Cansado de la versión distorsionada que las series ofrecen sobre el narcotraficante colombiano Pablo Escobar, su hijo Juan Pablo cuenta su propia verdad en un documental en el que, dice, ha perdido por primera vez el miedo a hablar.

“Es una realidad inocultable que muchos de los enemigos de mi padre se han terminado asesinando entre ellos y esto me ha dejado a mí un poco más de margen para poder hablar de cosas que claramente estaba amenazado de no poder revelar”, explicó en entrevista con EFE.

“Escobar Exposed”, distribuido por Beyond Distribution en el mercado audiovisual MIPCOM de Cannes, que se clausura hoy, cuenta principalmente con su testimonio, con el de su madre, “Tata”, y con imágenes de sus archivos familiares nunca difundidas hasta ahora.

El hijo mayor del jefe del Cartel de Medellín, que adoptó el nombre de Juan Sebastián Marroquín tras su muerte en 1993, pretende refutar las historias que han circulado hasta ahora sobre Escobar, como demostrar que no fue abatido en su intento de huida de un cerco policial, sino que se suicidó.

Su primogénito no pretende lavar su imagen – “probablemente la esté ensuciando más porque estoy contando historias aún peores de las que se conocen” – pero sí acabar con ciertas “mentiras” y con el mensaje “irresponsable” que en su opinión transmiten series como “Narcos”, de Netflix.

“Le ha agregado un ‘glamour’ que no tiene. Se ha glorificado la actividad criminal de Pablo Escobar. Yo no me opongo a que se cuenten historias, pero sí a que se haga con semejante sentido de irresponsabilidad”, apuntó.

Él tuvo claro desde pequeño quién era realmente su padre. A los siete años, señala, le contó que era “un bandido”, y desde entonces no escondió a su familia una realidad que les llegaba también por la prensa.

“No tenía problema en decir a esta persona la maté yo o a esta la tengo secuestrada o este cargamento de cocaína que acaban de detectar las autoridades era mío o no lo era”, recuerda Marroquín, que desde la muerte de Escobar reside en Argentina.

De su padre aprendió las consecuencias “de una tremenda violencia que dejó esparcida por todo un país y que hoy nos cuesta mucho como sociedad”, pero también “acerca de su generosidad y de su gran capacidad empresaria, de su amor indiscutible por la familia”.

Pero haber vivido esa realidad le hace afirmar que nadie mejor que él para desmitificar la imagen que de él se ha dado hasta ahora.

“Fui la primera persona que tuvo en realidad en su vida la posibilidad de ser Pablo Escobar 2.0 y elegí un camino tan opuesto, tan diferente a eso, porque soy muy consciente de las consecuencias de ingresar en un mundo como ese”.

Desde un escritorio en Hollywood, apunta, “la vida de un narco es como ellos creen que es, pero bueno, ya hemos estado acostumbrados a ver cómo los norteamericanos siempre nos han dicho que ganaron la guerra de Vietnam a través de las películas, cuando en verdad los hechos históricos muestran algo muy diferente”.

Marroquín (Medellín, 1977) había escrito dos libros sobre su experiencia (“Pablo Escobar, mi padre” y “Pablo Escobar, in fraganti”) y participó en el documental “Pecados de mi padre”, pero cree que esta es la primera vez que puede “revelar con hechos, evidencias y testimonios lo que verdaderamente sucedió”.

Para él, añade, la educación es imprescindible para evitar que la historia se repita, porque la actual guerra contra el narcotráfico “está perdida por ‘knock out’ hace décadas” y “cuanto más se ataque a las organizaciones criminales más se fortalecen y enriquecen”.

Tras ofrecer esta versión definitiva de su historia, adquirida en Cannes por el Grupo Canal Plus, dice haberse quitado un peso de encima.

Y aunque considera que todavía no es buen momento para regresar definitivamente a su país, sueña “con el día en que muchos millones de colombianos que hemos sido desplazados por diferentes factores de violencia podamos volver sin que los violentos decidan por nosotros”.

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