Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Cultura

21 de Noviembre de 2017

Gurdjieff, en “La última hora de vida”: “Desde el momento de la concepción estamos viviendo tiempo prestado”

Rescatamos parte de este texto del pensador armenio y maestro espiritual.

Por

Imagina, que sólo tienes unos pocos minutos, tal vez una hora para vivir; de alguna manera has descubierto exactamente cuando morirás. ¿Qué harías con esta preciosa hora de estadía en la Tierra? ¿Serías capaz de completar todas tus cosas en esta última hora, tienes una idea consciente sobre cómo hacerlo?

Y soltando tu último aliento ¿Sentirías satisfacción al saber que has hecho todo lo posible en esta vida, para darte cuenta que estás presente constantemente, siempre vibrando, siempre esperando, como un hijo esperando a su padre marinero? En el mundo manifestado todo tiene su principio y su final. En el Mundo Real todo está siempre presente y un hermoso día se te permitirá olvidar todo y dejar el mundo “para siempre”.

“Los desastres suponen ciclos en el ciclo de la experiencia humana […] El ciclo humano refleja al ciclo de catástrofes. La Tierra se beneficia con una limpieza periódica. Es hora de prestar atención a los signos. Se están incrementando. Se pueden incluso “sentir,” si prestan atención.”

“La vida es religión. Las experiencias de la vida reflejan cómo uno interactúa con Dios. Aquellos que están dormidos son aquellos de poca fe en términos de su interacción con la creación. Algunas personas creen que el mundo existe para que ellos lo superen, lo ignoren o lo acallen. Para estos individuos, los mundos dejarán de existir. Se volverán exactamente aquello que le han dado a la vida. Serán simplemente un sueño en el “pasado.” Las personas que prestan una rigurosa atención a la realidad objetiva, mirando hacia todas partes, pasarán a ser la realidad del “Futuro”.

La libertad vale un millón de veces más que la liberación. El hombre libre, aunque esté en esclavitud, sigue siendo un maestro de sí mismo. Por ejemplo, si te doy algo, digamos, un coche, el cual no tiene combustible, el coche no se puede mover. Tu coche necesita un combustible especial, pero solamente tú puedes definir que tipo de combustible se necesita y donde conseguirlo.

Tienes que definirte a ti mismo, como digerir mis ideas para hacerlas tuyas, para que te pertenezcan sólo a ti. Tu coche no puede trabajar con el mismo combustible con el que trabaja el mío. Te sugiero sólo el material principal. Tienes que sacar de éste lo que puedas usar. Entonces, más valerosamente, siéntate al volante.

La vida orgánica es muy frágil. El cuerpo planetario puede morir en cualquier momento. Siempre está a un paso de la muerte. Y si te las arreglas para vivir un día más, es oólo una oportunidad accidental dada por la naturaleza. Si pudieras vivir una hora más, puedes considerarte una persona afortunada. Desde el momento de la concepción estamos viviendo tiempo prestado.

Viviendo en este mundo tienes que sentir la muerte cada segundo, así que resuelve todos tus asuntos pendientes, incluso en tu última hora, ¿Pero cómo puede alguien saber exactamente cuál es su última hora? Para sentirte seguro reconcíliate con la naturaleza y contigo mismo en cada hora que se te dé, entonces nunca se te encontrará desprevenido. Al hombre se le tiene que enseñar esto empezando desde la escuela: cómo respirar, comer, moverse y morir mejor. Esto tiene que convertirse en una parte de un programa educacional. En este programa es necesario incluir la enseñanza sobre como darse cuenta de la presencia del “Yo” y también cómo establecer conciencia.

Pregunta: ¿Cómo actuar si no sientes que hay algo sin acabar?

Gurdjieff contestó después de una pausa. Respiró profundamente y respondió:

Pregúntate quién estará en dificultades si mueres como un perro. En el momento de la muerte tienes que estar totalmente consciente de ti mismo y sentir que has hecho todo lo posible para usar todo, dentro de tus capacidades, en esta vida que te fue dada.

Ahora no sabes mucho sobre ti mismo. Pero con cada día que excaves más y más profundamente dentro de este montón de huesos empezarás a saber más y más detalles. Día a día encontrarás lo que deberías haber hecho y lo que tienes que rehacer dentro de las cosas que has hecho. Un hombre de verdad es aquel que pudo tomar de la vida todo lo que era valioso de ésta, y decir: “Y ahora puedo morir.” Debemos tratar de vivir nuestras vidas de manera que podamos decir cualquier día: “Hoy me puedo morir sin arrepentirme de nada”.

Nunca gastes infructuosamente tu última hora de vida, porque se puede volver la hora más importante para ti. Si la usas incorrectamente, puedes arrepentirte después. Esta sincera emoción que sientes ahora, puede convertirse para ti en una poderosa fuente de la fuerza que te puede preparar para una muerte perfecta. Sabiendo que la próxima hora se puede volver la última para ti, absorbe las impresiones que te convertirán en un verdadero gourmet. Cuando la dama de la muerte te llame, prepárate, siempre. El maestro sabe como tomar de cada deliciosa pieza el último trozo de lo más valioso. Aprende a ser el maestro de tu vida.

Notas relacionadas