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Nacional

1 de Diciembre de 2017

El drama de Óscar Gangas

Con una carrera humorística de años y un paso exitoso por el Festival de Viña del Mar, Gangas desmenuza que se separó de su mujer, hace rato no lo llaman para trabajar y "soy alcohólico".

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El humorista nacional, Óscar Gangas, se sinceró con Las Últimas Noticias y confesó el drama que vive hace algún tiempo: Es alcohólico y vive en una pieza en la casa de una vecina.

Con una carrera humorística de años y un paso exitoso por el Festival de Viña del Mar, Gangas desmenuza que se separó de su mujer, hace rato no lo llaman para trabajar y “soy alcohólico”.

Al respecto detalló que “he aceptado hacer eventos a beneficio por 30 o 50 lucas que me pasan para la bencina, porque entre quedarme aquí un día viernes, que me entre la amargura y me den ganas de chupar, prefiero tener una actividad”.

Agregó que “he tenido que vivir como en un estado de guerra”.

Por su parte, el cómico reveló que hace algún tiempo logró superar un cáncer gástrico que le aquejaba: “Ahora me hicieron un examen al nivel de la Nasa, súper completo, que me salió gratis porque cuesta 4 millones de pesos, y estoy bien. Tengo que controlarme cada dos meses”.

Producto de la enfermedad, Gangas perdió 30 kilos y hoy se encuentra pesando 72 kilos. Eso sí se apura en asegurar que “no tengo diabetes” y que “ahora camino, me muevo harto, ya no me duelen las rodillas”.

Sobre el alcoholismo, apunta a que cayó en ello “por un tema de inseguridad que tiene que ver con mi pega: la gente prefiere ver a los standuperos y también personal porque mis hijos ya son grandes y se alejaron. Me separé de mi señora para no hacernos daño, aunque en buena onda. Ella siempre viene a tomar once o a ver tele conmigo”.

Confiesa que “me tomo una copa o dos y me curo altiro porque después de que me operaron por el cáncer me quedó un estómago del porte de un puño. Lo hago los fines de semana, el martes por lo general paro y si tengo eventos no tomo nada desde dos días antes. No soy de celebrar, tomo cuando ando mal, cuando no me llaman. Yo juro que soy más divertido curado, me pongo a cantar como Sandro. Pero la gente que me ha visto me dice que no, que me pongo reiterativo y porfiado. Por eso evito tomar socialmente. Cuando venzo un fin de semana, me siento súper satisfecho”.

“Influye mucho en mí lo que me pasa como artista. Necesito que me estén diciendo ‘tú eres artista y eres bueno’ porque tengo el ego extrañamente desarrollado”, sentenció.

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