Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Mundo

10 de Diciembre de 2017

Yamal: La despensa del gas natural ruso en tierra de osos polares

"Los zorros árticos son como nuestros perros callejeros. Merodean en busca comida como si fueran los dueños de todo esto", cuenta a Liália, encargada de una de las decenas de residencias en las que viven casi todos los habitantes del puerto de Sabetta, sede de la gigantesca planta de licuefacción del gas natural Yamal LNG. Este fin de semana partió desde su muelle la primera carga de gas natural licuado (GNL) producido en la planta -inaugurada el viernes por el presidente de Rusia, Vladímir Putin- y lo hizo a bordo del primer metanero rompehielos del mundo, el "Arc7 Christophe de Margerie".

Por

Las mayores reservas de gas natural de Rusia se esconden en las entrañas congeladas de la península siberiana de Yamal, donde sus escasos habitantes comparten paisaje con osos polares y zorros árticos, y en invierno soportan temperaturas de hasta 50 grados bajo cero.

“Los zorros árticos son como nuestros perros callejeros. Merodean en busca comida como si fueran los dueños de todo esto”, cuenta a Liália, encargada de una de las decenas de residencias en las que viven casi todos los habitantes del puerto de Sabetta, sede de la gigantesca planta de licuefacción del gas natural Yamal LNG.

Este fin de semana partió desde su muelle la primera carga de gas natural licuado (GNL) producido en la planta -inaugurada el viernes por el presidente de Rusia, Vladímir Putin- y lo hizo a bordo del primer metanero rompehielos del mundo, el “Arc7 Christophe de Margerie”.

El impresionante navío, capaz de romper capas de hielo superiores a los dos metros de grosor, recorrerá el Ártico ruso en dirección oeste hasta llegar a un puerto europeo del mar del Norte, desde donde la carga seguirá su viaje hasta algún país del noreste de Asia.

Dar de comer a los zorros, con mucho cuidado para no ser mordido; buscar osos blancos en el horizonte o ver auroras boreales en la larga y gélida noche polar: son de los pocos, pero exquisitos entretenimientos que se regalan los habitantes de Sabetta.

En esta época que el invierno reina en toda la península, bañada por el Océano Glaciar Ártico, los osos polares se acercan a las casas en busca de comida, cuenta Serguéi Lachugin, capataz en la faraónica obra desplegada en estas inhóspitas tierras.

Aunque por las redes rusas circula un vídeo en el que se ve a los obreros de Sabetta dar de comer desde la ventana de su residencia a un pequeño oso, Lachugin advierte de que pueden ser muy peligrosos, sobre todo ahora que andan escasos de alimentos.

En 2003 este capataz llegó a la entones prácticamente desierta y deshabitada Sabetta desde su natal Yoskar Olá -a miles de kilómetros al sur-, entre los primeros obreros que se embarcaron en la aventura de levantar una planta de licuefacción de gas en plena tundra ártica, sobre uno de los yacimientos más grandes del mundo.

Fue descubierto en tiempos de la Unión Soviética, hace 45 años, pero las tecnologías de entonces, el extremo frío y la geografía de Yamal -hasta el día de hoy uno de los lugares más inaccesibles de Rusia- obligaron a posponer su exploración y aprovechamiento hasta tiempos mejores.

Tampoco ahora es un lugar mucho más amable para vivir, pero el proyecto Yamal LNG ha llevado a estas latitudes a miles de obreros, ingenieros, técnicos y mucha más gente que juntos son el alma de algo más que una base que da servicio a la planta.

Hace solo 15 años vivían en este lugar menos de 20 personas, mientras que en los momentos más álgidos de la gran obra, que aún sigue, han llegado a ser más de 30.000, alojados todos en módulos de viviendas de tres pisos pintados en intensos colores naranja y azul.

Hay comedores, un centro médico e incluso una pequeña comisaría de policía, además de instalaciones deportivas, cine, sauna y piscinas.

Pero queda poco tiempo y ganas para el ocio después de jornadas de diez horas que se trabajan sin días libres, en turnos de guardia continuos de entre 30 y 60 días.

Nadie en Sabetta es de Sabetta, salvo las poblaciones autóctonas de “nenets”, nómadas que en verano pastan a sus renos en los alrededores del puerto, y que en invierno se resguardan en pequeñas localidad construidas para ese fin, la mayoría bastante más al sur de la planta.

Cuando acaban sus largas guardias, los obreros y operarios de la fábrica regresan a sus hogares, con sus familias, para luego volver a Yamal, donde tienen un trabajo que les ofrece un sueldo sensiblemente mas alto de los que pueden cobrar en sus ciudades.

Y en Sabetta aún hay mucho trabajo por hacer y mucho futuro por delante: el viernes se puso en marcha la primera fase de la planta, con una capacidad de producción de 5,5 millones de toneladas de gas al año.

Antes de que concluya el año que viene se podrán en funcionamiento la segunda y tercera fase del proyecto, tras lo cual la planta sumará una capacidad de producción anual de 16,5 millones de toneladas de GNL.

Todo el complejo se ha construido sobre el mismo yacimiento South-Tambeyskoye, considerado uno de los mayores del mundo con sus 926.000 millones de metros cúbicos de reservas demostradas de gas.

Notas relacionadas