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Mundo

8 de Enero de 2018

Abogado del Chapo Guzmán: “Está perdiendo la memoria y está poniéndose paranoico”

Hasta el momento, Joaquín Guzmán Loera se ha declarado inocente de dirigir el cartel de Sinaloa, una organización destinada a introducir toneladas de cocaína en Estados Unidos, lavar miles de millones de dólares y de ordenar asesinatos y secuestros.

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Este lunes se cumplen dos años de la recaptura del Chapo y casi el primer aniversario desde su extradición a Estados Unidos. 

Mientras espera el juicio que podría condenarlo de por vida, Joaquín El Chapo Guzmán, pasa 23 horas al día aislado en una celda donde la luz siempre está, explica su abogado a El País.

Está aislado en una habitación con una ducha, un wáter y un ventanuco en la parte superior desde el que a duras penas logra saber si es de noche o de día. En la hora que le queda lo llevan a una bicicleta estática. Viste un uniforme color naranja y camina de lado a lado, se tumba en la cama y, vuelve a caminar. Tiene la mirada perdida y está más delgado. Todos estos detalles los entregó el abogado del Chapo, Eduardo Balarezo.

“El Chapo, de 63 años, está mal, no está incapacitado, pero está perdiendo la memoria y está poniéndose paranoico. Repite mucho las cosas y se le olvida todo enseguida. A veces hablamos algo y a los 15 minutos se le ha olvidado. Eso afecta a la manera de trabajar porque tenemos un cliente que no sabe decir si pasó algo, cómo fue o cuándo pasó”, señala Balarezo, quien pasa junto al gran capo tres o cuatro horas por semana, preparando el juicio.

“Se nota que es una persona lista, no tiene educación formal, pero es inteligente, aunque no sé si brillante. Tiene buen humor y a veces nos reímos”, expresa el defensor.

Balarezo resalta las malas condiciones en las que preparan el juicio: “Estamos dos personas apretadas en una sala de 1,5 x 1,5 metros, no hay una mesa para poner documentos, escribir o poner la computadora. Es ridículo. Tengo que tener la tableta en las piernas para poder anotar algo y verlo por una reja y una ventanilla. Intentamos hablar bien bajo para que no escuchen todo los policías”.

El Gobierno de Estados Unidos argumenta que las estrictas condiciones en prisión son las apropiadas para alguien que escapó dos veces de cárceles de alta seguridad en México, incluyendo una en la que huyó por un túnel de cientos de metros que llegaba hasta la ducha de su celda.

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