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Opinión

8 de Febrero de 2018

Columna: Los desafíos de la izquierda feminista en el Frente Amplio

Camila Rojas y Gael Yeomans
Camila Rojas y Gael Yeomans
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En los últimos días se han delineado con mayor precisión ciertos rasgos del escenario político que se abrirá el próximo 11 de marzo. Por una parte, el anuncio del nuevo gabinete no deja dudas respecto del perfil neoconservador y empresarial de varios de sus integrantes, mientras que, por otra, vemos cómo la Nueva Mayoría, más descompuesta que cuando asumió, va dando término a estos últimos cuatro años de administración mediante llamados de varias de sus figuras a defender “lo conquistado” durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet.

Estos llamados se han centrado de manera muy clara en los derechos de las mujeres, ante la supuesta amenaza de que, por ejemplo, el nuevo gobierno dé marcha atrás a la ley de aborto en tres causales pese a que la futura titular del Ministerio de la Mujer y la Equidad de género, Isabel Plá, salió a decir que no se va a derogar ni modificar dicha ley, a pesar de su desacuerdo personal, frente a esto, creemos que es lícito preguntarse qué es lo que realmente está en peligro en la nueva administración de Piñera en materia de mujeres.

Si miramos algunos ejes de las políticas públicas implementadas por la Concertación/Nueva Mayoría, por ejemplo, la misma ley de aborto en tres causales -emblemática de esta administración-, constatamos que, a pesar de constituir un avance, estuvo lejos de ser lo que el movimiento feminista ha demandado, siendo presa del traje conservador de la derecha y de sectores del propio oficialismo.

Por otra parte, la agenda de género impulsada otrora por el SERNAM y hoy por el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género (MinMujeryEG) ha consistido principalmente en políticas de focalización del gasto social y en el cumplimiento de metas para beneficiar a mujeres madres, pobres o víctimas de la violencia. Políticas como el bono al trabajo de la mujer, los programas “jefa de hogar” o “Mujer emprende en familia” apuntan básicamente a conciliar trabajo y maternidad, subsidiando las labores de cuidado, para integrar a mujeres pobres al mercado laboral como asalariadas o emprendedoras. Así también, la exigencia de la perspectiva de género en la gestión de los servicios públicos (Sistema de género PMG), que se transformaron en el cumplimiento de indicadores sin un trabajo político transformador, burocratizado una iniciativa que se planteaba como innovadora.

La futura titular del MinMujeryEG ha hecho gala, sorprendiendo y confundiendo a sectores feministas, de un discurso relativamente liberal en términos sexuales al tiempo que rechaza el establecimiento de derechos sexuales y reproductivos. “Es perfectamente compatible -decía en uno de sus tuits- tener orgasmos dentro y fuera del matrimonio y rechazar el aborto”. Este discurso es coherente desde los neo conservadurismos de derecha, que nos pueden hablar, por un lado, de libertad sexual/mercantil y, por otro, de una negación de los derechos sexuales y reproductivos, porque las mujeres privilegiadas, aquellas que han recibido una educación de elite y que transitan en circuitos de poder, se sienten con el derecho de vivir su sexualidad en libertad, mientras que la mayoría de las mujeres, en un medio que no garantiza sus derechos sociales ni sexuales y reproductivos, debe enfrentar muchas veces la maternidad en términos obligatorios, la violencia, la precariedad y encargarse del trabajo de cuidados gratuitamente.

Así también, gobierno entrante propone una “ley sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia” (tomando la propuesta de la actual ministra Claudia Pascual) la cual no aborda la problemática económica y simbólica de la violencia. Por ejemplo, la propuesta de “promover la afectación de bien familiar para garantizar que la mujer y sus hijos no se queden sin casa” es insuficiente e impracticable, al partir de una premisa que, estadísticamente, es desacertada. El acceso a la vivienda es un problema de larga data en Chile por lo que, más que garantizar un derecho abstracto al “bien familiar” se debiera eliminar la imposibilidad de que la mujer casada pueda acceder, en forma autónoma a su marido, al subsidio y de esta manera no depender del criterio de un tribunal para poder ser propietaria.

En definitiva, las medidas de la Nueva Mayoría que hereda esta nueva administración serán repensadas bajo la peligrosa “ideología de género”, un concepto utilizado por grupos fundamentalistas que cuestionan la ruptura del binario cultural y en general el avance del feminismo. Frente a esto, comenzaremos una disputa por los sentidos comunes, donde la agenda de derecha “pro mujer” no pondrá en cuestión la opresión del modelo familiar y de cuidados, sino que nos reposicionará en ese rol. Prueba de ello es el anuncio de la creación del Ministerio de la familia y desarrollo social.

Por lo mismo, creemos que la política de mujeres de derecha no es feminista, pues, a pesar de reivindicar un cierto estilo de mujer más moderno y liberal en términos sexuales y de asumir parcialmente algunas banderas, jamás va a poner en cuestión la opresión de género, elemento central y constituyente para todas las vertientes del feminismo. Y es este el llamado “retroceso” al que nos lleva la derecha en el gobierno, y al cual tendremos que enfrentar.

Como feministas del frente amplio estamos decididas a disputar desde el Congreso, a través de propuestas y modificaciones legislativas, todas las medidas que vayan en contra de la dignidad de las mujeres y las/los trabajadores. Es necesario articularnos desde un programa común, y así incidir, presionar y fiscalizar para avanzar estratégicamente en materia de género.

También, consolidar una izquierda feminista en el Frente Amplio, una que vaya más allá de una agenda legislativa y que impugne la sociedad neoliberal y patriarcal a través de mayorías políticas y sociales que promuevan el debate y el trabajo territorial en los espacios locales, regionales y con líneas políticas coherentes y consecuentes a un trabajo feminista

Llamamos a trabajar unidas en nuestra diversidad, en contra de la profundización del modelo neoconservador, respondiendo con trabajo a la emergencia feminista de nuestros tiempos.

Camila Rojas Valderrama, diputada electa Izquierda Autónoma. Frente Amplio.
Gael Yeomans Araya, diputada electa Izquierda Libertaria. Frente Amplio.

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