En el día de la piscola, tipología de un zorrón

Dicen que un zorrón por naturaleza es ABC1. También dicen que para definirse como tal debe necesariamente ser de la Universidad Adolfo Ibáñez, de la Universidad del Desarrollo, de la Universidad de los Andes,  o de la Ponti; a saber, la Universidad Católica.

Pero más allá de las consideraciones estudiantiles de un zorrón, lo que más los convoca es su gusto por la piscola. El otrora trago popular que mezcla pisco con bebidas cola y que antaño se llamaba simplemente “combinado”.

“Un zorrón es alguien de entre 15 y 35 años que tiene poder adquisitivo para hacer lo que quiera, cuando quiera y básicamente sabe cómo y cuándo quiere pasarlo bien. No le importan las reglas ni lo que le digan los demás, él tiene el poder y nada le es imposible porque tiene un respaldo económico que le permite hacer cualquier cosa”, contaba a un medio nacional un representante de esa fauna criolla que prefiere mantener en reserva su identidad.

Bernardita Danús, creadora del blog Polera de perro, dice que el zorrón es “un tipo muy pavo, al que no se le entiende nada de lo que habla porque no modula, que se pone la misma ropa que todos los otros zorrones. Es muy piolamente homofóbico y muy heternormado, pero no lo dice, no lo anda gritando. Igual a todo el mundo, piensa lo mismo que todos. Es una persona muy promedio”.

Requerida por La Tercera,  Josefina Duce, la autora detrás del fanpage #esdecuica y de #esdecuica, un libro el descueve (Catalonia 2017), decía que un zorrón “viene de la alta alcurnia. Puede ser super simpático y hasta mino, pero se le nota a la legua que es hijito de papá y que le gusta ser zorrón. Lo llevan en la sangr”e.

En el mismo medio, Ismael Puga, investigador del COES y profesor asociado de la Universidad Central,  definía otras particularidades del zorrón: “Se apropian de códigos culturales de las clases populares, pero los transforman de una forma específica: usan el spanglish, toman piscolas y juegan pichanga, que son cosas que tradicionalmente las clases altas asociaban a los sectores populares”.

“Es un chileno de clase alta, con variantes de clase media alta y una creciente porción de arribistas en vías de mimetización. Es decir, un zorrón puede ser rico, hijo de rico, rico en declive, nuevo rico o casi rico, pero nunca pobre ni clasemediero arañador del fin de mes. El zorrón es pudiente e impúdico, es musculoso, tallero, perfumado y suele ir de pelito mojado; maneja autos anchos, lleva coloridos y gordos relojes pulsera y usa un lenguaje eminentemente adolescente, lleno de expresiones como “qué pasa, perro: just do it” o “con tres piscolas igual voy ahí”, es como definió a los zorrones Vicente Undurraga en una columna en Qué Pasa que data de noviembre de 2017.