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Nacional

19 de Marzo de 2018

Jaime Campos admite que no quiso acatar la última orden de Bachelet sobre Punta Peuco

El ex ministro de Justicia sostuvo que "les advertí que ese acto jurídicamente era ineficaz, que no iba a producir efecto material alguno, y que me parecía sólo una maniobra político-comunicacional, efectista y que, por cierto, yo para ello no me prestaba. Además, les indiqué que del punto de vista jurídico, la proposición que me estaban haciendo adolecía de errores que lo podían transformar en un documento además ilegal, puesto que todo el procedimiento de su génesis no corresponde a lo que nuestro ordenamiento jurídico contiene sobre este punto”.

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El ex ministro de Justicia, Jaime Campos, se aburrió y contó la firme respecto a la polémica surgida la semana pasada por su supuesta negativa a firmar la última decisión de la exPresidenta Bachelet, que decía relación con modificar la calidad del penal Punta Peuco y reubicar a los condenados por violaciones a los derechos humanos en otro recinto.

A través de un video publicado por La Tercera en el que Campos se dirige a integrantes de la masonería, la ex autoridad reconoció que no quiso firmar dicho decreto en las horas previas al cambio de mando: “A horas de la transmisión de mando, ¿puede alguien obligarme a ejecutar actos que violenten mi conciencia y que violenten la Constitución y las leyes?”.

Añadió que “hasta el día viernes 8 de marzo (sic), que es cuando en la práctica dejo de actuar como ministro de Justicia y Derechos Humanos, el gobierno nunca me entregó información o instrucción o resoluciones al respecto”.

A renglón seguido, Campos reconoció que, “de una manera a mi modo de ver extraña, el sábado 10 en la noche y el domingo 11 en la mañana, a horas de la transmisión de mando, me plantearon la necesidad de ejecutar un acto administrativo que no implicaba el cierre de Punta Peuco, como algunos lo indican, pero que objetivamente se refería a él”.

Junto con darles un portazo a quienes lo solicitaron, el ex ministro sostuvo que “les advertí que ese acto jurídicamente era ineficaz, que no iba a producir efecto material alguno, y que me parecía sólo una maniobra político-comunicacional, efectista y que, por cierto, yo para ello no me prestaba. Además, les indiqué que del punto de vista jurídico, la proposición que me estaban haciendo adolecía de errores que lo podían transformar en un documento además ilegal, puesto que todo el procedimiento de su génesis no corresponde a lo que nuestro ordenamiento jurídico contiene sobre este punto”.

Agregó que no quiso seguir la orden de Bachelet porque este acto “lo único que iba a lograr era empañar lo que ha sido la tradición republicana chilena en materia de transmisión de mando, y con el propósito de evitar ese bochorno, por cierto que me negué a hacerlo”.

Sin referirse al indulto al ex frentista Jorge Mateluna, Campos confesó que “en la misma ocasión, me negué a ejecutar otros actos administrativos que me indicaron, puesto que, desde un punto de vista constitucional y legal, y como ya por escrito se los había advertido, tenía reproches jurídicos sobre la materia”.

Más avanzado el video, la ex autoridad asegura que en seis oportunidades le planteó a Bachelet “la necesidad de adoptar una resolución” sobre el Punta Peuco, pero que la Mandataria “me advirtió que era una materia muy compleja, que contenía aristas políticas, militares, penitenciarias, de seguridad, y que por ende, la resolución se iba a adoptar más adelante”.

“Nunca tuve respuesta sobre ello”, remarcó Campos, al mismo tiempo que detalló que “la última vez que conversé esta situación con Su Excelencia fue en el mes de enero del presente año, ocasión en que le indiqué que los plazos para implementar cualquier medida que quisiésemos adoptar se nos estaban acortando o estaban terminando, puesto que estábamos en una posición muy próxima a concluir el mandato presidencial”.

“Nunca he pretendido amparar a los violadores de DD.HH. como alguno lo sostiene. Por el contrario, durante un año y medio traté y encontré respuestas para darle solución a esa materia. Sin embargo, quienes debían adoptar las medidas políticas pertinentes, en el momento oportuno no lo hicieron. Y de ahí es que no podía aceptar, a la hora undécima, tratar de ejecutar un acto a sabiendas de que era ilegal y a sabiendas que sólo tenía un propósito comunicacional y que empañaría groseramente lo que era el proceso de transmisión de mando”.

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