Lula había convocado un acto para la hora en que ya deberá estar preso

El Partido de los Trabajadores (PT) y el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva habían convocado un acto para mañana viernes, casi a la misma hora en que deberá presentarse a la Policía Federal para cumplir la pena que le fue impuesta por corrupción.

El acto fue convocado hoy, apenas dos horas antes de que el juez Sergio Moro, responsable de las investigaciones de la llamada “Lava Jato”, dictó la orden de arresto contra Lula, a quien este miércoles el Supremo le negó un “habeas corpus” que pudiera haberle librado de la cárcel, al menos temporalmente.

“Lula vale la lucha”, dice un anuncio divulgado en internet, que convoca a la militancia para mañana, a las 18.00 hora local (21.00 GMT), lo que supone una hora después del plazo que Moro le ha dado para entregarse a las autoridades, en la ciudad de Curitiba, en el sureño estado de Paraná.

El acto, que el PT no ha confirmado aún si mantiene, estaba convocado en la sede del Sindicato de Metalúrgicos, en la ciudad de Sao Bernardo do Campo, donde Lula reside y donde inició su carrera política como dirigente sindical, en la década de 1970.

Lula fue condenado el año pasado por el juez Moro, instructor en primera instancia de las investigaciones sobre la red de corrupción que operó en la estatal Petrobras, a nueve años y medio de prisión.

La pena fue ratificada y ampliada a doce años en enero pasado por el Tribunal Regional Federal de la 4 Región, con sede en la ciudad de Porto Alegre, que hoy decidió liberar la orden de captura una vez que fracasó el “habeas corpus” intentado por la defensa de Lula.

El expresidente supo de esa decisión en la sede de su instituto, en Sao Paulo, donde estaba reunido con varios de sus allegados y dirigentes del PT.

Unas dos horas después de anunciada la decisión que le intima a presentarse a la Policía Federal en Curitiba mañana, antes de las 17.00 hora local (20.00 GMT), Lula abandonó la sede de su instituto y se dirigió hacia Sao Bernardo do Campo, sin hablar con las decenas de periodistas que le esperaban a las puertas del edificio.