Caso Karadima: Obispos chilenos siguen en sus cargos y piden perdón ante el país

En una rueda de prensa ofrecida esta tarde, la Conferencia Episcopal confirmó que los 34 obispos que pusieron sus cargos a disposición ante el Papa por los casos de abusos sexuales en la Iglesia chilena permanecerán en sus diócesis hasta que el Sumo Pontífice decida qué hará con cada uno de ellos.

Al respecto, el presidente de la Conferencia Episcopal, Santiago Silva, monseñor Fernando Ramos y el obispo de San Bernardo: Juan Ignacio González, pidieron nuevamente perdón y rogaron que ojalá los delitos de ésta y cualquier índole se denuncien.

“Si algo nos quedó claro es que la vida de obispos y sacerdotes no siempre corre por cauces del evangelio. Nos apartamos por nuestros errores y comisión de delitos como abusos de menores. Pedimos perdón. En este tiempo el más importante de valores es reponer”, afirmaron.

Añadieron que “todos los obispos vivimos junto al Papa el impacto realizado a las víctimas. Cuando hablamos de vergüenza lo hacemos con sinceridad porque la Iglesia no fue echa para generar un daño de esa magnitud”.

Junto con admitir que comprenden que “muchos no den crédito a nuestro arrepentimiento”, los religiosos apuntaron a trabajar en un “proyecto de renovación eclesial”, en el que “hay que comenzar por diálogo. la Iglesia no la arman grupos de elite. Todo el pueblo de Dios tiene algo que decir sobre abusos de menores, poder y conciencia, y sobre la misión que nos llama”.

Sobre las renuncias que presentaron en su encuentro con Francisco, monseñor Fernando Ramos detalló que “esta idea ya había sido sugerida en reunión de obispos de abril de este año y de a poco empezamos a madurarla, en el sentido de poner nuestros cargos a disposición para que el Papa viera cómo continuar hacia adelante”.

Precisó que “creo que estos días en Roma fueron una experiencia de diálogo, discernimiento, oración, respeto, franqueza y claridad”.

En otros pasajes de la rueda de prensa, el obispo de Osorno, Juan Ignacio González, manifestó que “no bajamos de la barca, vamos en la barca. Queremos que el llamado por el señor a dirigir, pueda disponer de nosotros, cambiarnos, confirmarnos o decir que no seguimos. Mucha gente lo ha apreciado, para que el Santo Padre pueda decidir lo que le parezca más oportuno. Es importante darse cuenta que así funciona la Iglesia”.

Afirmó, sobre este punto, que “seguimos todos en plenas funciones, y puede ocurrir que el Santo Padre confirme a un obispo en su cargo y puede ocurrir que disponga de otra obligación o que piense que por el bien de la Iglesia algún obispo no continúe”.

“Sólo es el Santo Padre quien tiene que resolver”, cerraron.