Manuel Antonio Garretón, testigo de la toma de la UC en 1967: “Ha sido el nido del mundo conservador chileno”

Esta mañana, un centenar de estudiantes se tomó la Casa Central de la Universidad Católica. El emblemático recinto, no se encontraba encadenado desde la histórica toma realizada el año 1967, cuando la Federación de Estudiantes de la UC, buscaba sacar al rector de entonces, el obispo Alfredo Silva Santiago.

El sociólogo Manuel Antonio Garretón, ex presidente de la Federación de Estudiantes de la UC y en ese momento profesor de la universidad, recuerda -en diálogo con The Clinic- ese proceso como la culminación de un largo periplo estudiantil. “En el caso de la toma del 67’, finalizaba un proceso encabezado por la federación de estudiantes de la Universidad Católica, que había planteado temas fundamentales de reformas universitarias en los 63’ y 64’. cuando me tocó a mí ser presidente, y que las siguientes generaciones trataron de implementarlos, pero que las estructuras de poder de la universidad impedían”.

Rememora también, que en ese momento, los estudiantes decidieron poner como tema fundamental la idea de “Nuevos hombres para una nueva universidad”. “Si hoy dijéramos eso nos iríamos presos por discriminadores, pero en el fondo significaba en el fondo sacar la autoridad del rector, el obispo Silva Santiago, que pertenecía al sector más reaccionario del vaticano. Entonces la toma era básicamente para sacar al rector”, dice.

Sobre la movilización feminista, el académico opina que “esta toma debería apuntar más allá del tema de los abusos y el acoso sexual. La universidad ha tenido comportamiento inaceptable respecto a las transformaciones que ha tenido este país. Este es un lugar que ha sido el nido del mundo conservador chileno, independiente de que haya tenido en su historia federaciones de estudiantes de izquierda”.

“Los elementos simbólicos que ha instalado la universidad apuntan a la objeción de conciencia en temas de aborto. Esta lógica de que si un profesional tiene una postura distinta a la de la Universidad Católica en ese tema, está fuera. Para entrar a la UC, hay que tener cierta visión ideológica”.

Y agrega: “esta toma debiera encaminarse a una reforma profunda que abandone el papel y abra la universidad al debate público y se hermane con él”.