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Opinión

30 de Julio de 2018

Los otros partidos de Carla Guerrero

‘La jefa’, como fue apodada en la exitosa Copa América de Femenina realizada en Chile durante abril, evidenció el drama que implica ser un allegado. Desde el viernes 20 de julio que participa activamente en la toma de Villa Los Jardines, a un costado de su casa, con el único objetivo de apoyar el sueño de una casa propia para su hermana y sus tres sobrinos. El fútbol, las luchas que la convocan y el trabajo en equipo son los temas que en primera persona conversó con The Clinic.

Valentina Collao López
Valentina Collao López
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Llego a la toma de Villa Los Jardines porque mi hermana vive de allegada y tiene tres niños. Además trabaja y gana el sueldo mínimo, entonces no le alcanza para postular para una casa propia. Me contó y quise ayudarla.

Conozco a toda esta gente que vive aquí. Vivo a un par de pasos con mi mamá, y todos acá me conocen de niña. Cuando yo los veo, pienso ‘oh, qué estamos grandes’. El otro día justamente me encontré con un amigo, que no veía hace tiempo porque se cambió de casa. Hablamos mucho, teníamos montones de anécdotas cuando niños. La gente del barrio está pendiente de mí y con esto de la Copa América me apoyaron un montón. Ahora yo los apoyo a ellos, es una vuelta de mano. Igual, eso no significa que porque yo ahora sea un poco más mediática, yo no venga a apoyar a mi familia. Soy muy apegada ella y si me necesitan, no me puedo negar.

Acá la gente no pide que le regalen una vivienda, quieren que les den una ayuda poder acceder a pagar eso que les exigen. Entonces no es un regalo o algo así. También me han dicho, ¿cómo Carla Guerrero puede apoyar que se tomen una cancha, un espacio deportivo? Pero ojo, esta cancha no se ocupa para nada deportivo, absolutamente nada. Desde el municipio no pueden decir que en este espacio no se puede construir porque la comuna usa este espacio para hacer actividades deportivas, eso jamás. Desde que tengo uso de razón, que esta cancha nunca se ha ocupado para nada así. Yo entraba por mi cuenta. Ingresaba por una reja que está rota. Nadie tiene un control de quién entra o quién sale. Hay gente que viene a tomar aquí porque no hay luminaria. Acá se oscurece y no se ve nada. Acá alrededor hay canchas activas, que funcionan para hacer deporte, estas no.

Nosotros estábamos organizados hace tiempo, pero obviamente las viviendas sociales de Lavín propiciaron el contexto. Claro, veo la gestión y se nota que ha trabajado en la seguridad de la comuna, implementó el tema de las bicicletas, ahora las viviendas sociales, todo eso lo hace ver con un alcalde bien pro. Ahí uno se pregunta cómo si él está haciendo las cosas un poco más fáciles para los vecinos, por qué a nosotros no. La comuna de Ñuñoa está catalogada como parte del “barrio alto”. Todos me preguntan: ‘¿dónde vives?’, yo respondo Ñuñoa y todos me molestan y me dicen “ah, tú eris de Ñuñoa”, como si fuera la gran cosa. Y no es así. Estas departamentos son tomas de hace 55 años atrás.

Hace un tiempo fui a averiguar todo lo que tenía que hacer para obtener una vivienda. Y me piden un millón de pesos líquidos de sueldo, además de un pie, donde además hay que pagar una cuota mensual. ¿Y yo de dónde saco todo eso? Dije filo nomás, para más adelante. Acá en Ñuñoa se han construido montones de edificios inmobiliarios, entonces cómo no va haber un espacio para esta gente. Yo creo que sí se puede. También queremos que nos apoye un poco Lavin para esto. Si él lo ha podido hacer con sus vecinos cómo no va a ser posible que él aconsejé al alcalde Zahri para que nos puedan ayudar.

El día a día es tranquilo. Cada vez que se sabe algo, el vocero hace una reunión cerca de la cocina, en donde participan representantes de las 70 familias que estamos acá. Hay que dar una cuota para el desayuno, el almuerzo y la once. No tenemos problemas con el baño, porque como esta es una cancha, hay camarines que apañan con eso. Además hay un espacio en donde los niños duermen resguardados del frío. Igual ha sido entretenido, hay que verle la otra parte igual. Yo agarro a los niños, me voy a jugar con ellos a la cancha para que no se aburran y tengan una distracción. También tenemos un fogón para abrigamos durante la noche. Los papás se preocupan de las cosas más políticas y yo de alguna manera trato de ver a los niños, juego harto con ellos. Me siendo mucho más cómoda ahí.

“Yo he dejado muchas cosas por el fútbol. El fútbol no nos da nada a nosotras”

Estuve en Santa Fe hasta mayo. Me vine acá a Chile y estoy en busqueda de club. Eso sí, estoy a la espera de que se resuelva un tema pendiente que tengo con la agencia Gespro 1, que además de dejarme sin club, también me exigió un 20% dinero. ¿Yo de a dónde voy a sacar esa plata si yo apenas gano como futbolista?. Opté por cortar relaciones.

Igual yo tengo jugar afuera porque viene el mundial y necesito mantenerme. Más encima viene en partido con Estados Unidos, donde vamos a enfrentar al campeón del mundo y a dos jugadoras que están nominadas a ser las mejores del mundo. Entonces tengo que prepararme bien. En este momento estoy en conversaciones con un club y me ha ido súper bien, estoy casi lista. Para que eso ocurra, mucha gente que me ha ayudado de manera desinteresada.

Cuando dije que yo he dejado muchas cosas por el fútbol y que el fútbol no nos da nada a nosotras, era algo que realmente sentía. Cuando me inicié en el fútbol yo me tenía que colgar de la reja para poner la luminaria y nuestros papás nos ayudaban para entrenar y trasladarnos. Yo lo cuento ahora y suena anecdótico. Con mis compañeras nos reímos porque todas tenemos las mismas experiencias, imagínate todo lo que teníamos que pasar. Aunque es cierto, uno pierde muchas cosas por el fútbol y en verdad en esos tiempos no nos daba nada. No tenemos ni de cerca un sueldo el de los hombres, pero igual las cosas han cambiado muchísimo para nosotras. Ahora la ANFP se ha portado super bien. Si queremos negociar algo, ellos tienen la disposición de recibirnos. Sobre el pasado ya no se puede arreglar nada. Aunque creo que si tuvieran una máquina del tiempo hasta ellos mismos harían las cosas distintas y se pondrían las pilas con esto del fútbol femenino. Pero esto no pasa solo por la ANFP. Los clubes tienen que apoyar a las niñas. Hay equipos que solo prestan el nombre de la institución, pero no les prestan canchas, balones, ropa de entrenamiento, o que tengan presupuesto para los viajes. La ANFP pone una parte, pero los clubes tienen que poner la otra.

Si yo pido que el fútbol femenino sea profesional, quizás ya no va a ser para mí, pero sí para las que vienen: para las sub 15, para la sub 17 o para la sub 20. Para que ellas tengan un sueldo y puedan vivir de esto. Una cuando es chica deja demasiadas cosas de lado por este sueño. En el fondo, lo que nosotras queremos es que esto sirva de precedente para que las próximas generaciones puedan llegar a un mundial y ojalá ganarlo. Nosotras estamos pidiendo cosas a base de resultados.

Es como lo que pasó con la televisión, nadie nos tenía mucha fe, nunca nos habían transmitido y fue un boom. Hasta nosotras mismas comparábamos los partidos con el rating que tenían los cantantes del Festival de Viña. Ahora la gente nos ve y se está interesando en esto del fútbol femenino.

#TodasSomosPinilla

Yo creo que esto que nos pasó a nosotras como seleccionadas, sirvió para todas las mujeres. Aparte que también ayudó que los hombres no clasificaran al mundial, entonces la gente nos veía como las encargadas de sacar la cara por Chile. El auge del feminismo también ayudó bastante a que fuéramos más visibles. Las demandas feministas nos convocan a todas. Todas necesitamos sueldos igualitarios y tener los mismos derechos. Todas nos estamos movilizando para que la cancha sea más pareja.

Por ejemplo, en el caso que las niñas que apuñalaron, ¿por qué hay que llegar a ese nivel de violencia? Eso no me gusta. Yo apoyo en gran parte las demandas que hoy defienden las mujeres. Eso sí, no me gustó cuando mostraron partes de su cuerpo en la marcha. Yo personalmente no lo haría, porque no me gusta mostrar mi cuerpo. Ni siquiera cuando me baño con mis compañeras en camarines me gusta que me vean. Obviamente si ellas deciden que está bien eso, hay que apoyarlas. A lo mejor puedo pensar diferente, porque no lo haría, pero si ellas están luchando, también de alguna manera colaboran a que el mundo sea más justo para mi también. Y lo mismo al revés.
Yo no entiendo que es lo que pasa, por qué siempre existe la violencia.

Hace poco Fernanda Pinilla dijo que “ser mujer en Chile es difícil y ser lesbiana es peor” y yo creo que uno es libre de decir lo que uno quiera. Creo que si ella lo hizo fue por algo. Obviamente somos compañeras y la apoyo, jamás podría discriminarla por eso. Siendo mujeres ya es difícil. Ser lesbiana también, existe mucha discriminación todavía. Además, en otros países la gente se puede casar, puede adoptar, acá solo está el Acuerdo de Unión Civil y no sé si tiene mucho sentido.

En Chile se debería considerar abrir la opción de adopción para familias homoparentales. Pienso que de alguna forma tendríamos menos niños abandonados en el Sename. Creo que este tipo de familias podrían dar un futuro mucho mejor a esos niños.

Cuando apareció la entrevista, en la interna, las seleccionadas nos reímos. Le decíamos #TodasSomosPinilla, como una forma de apoyarla. No la voy a discriminar, pero sí quizás hay otras personas que la discriminen. Deben haber papás preguntándose: ¿Si llevo a mi hija a jugar fútbol femenino, le pasará eso a mi hija?

A mi en lo personal me pareció súper bien, es su vida, si ella quiso contar su realidad públicamente, la encuentro súper valiente. Hay muchas personas no se atreven a decirlo. Y no hablo solamente de las niñas de la selección, sino también jugadores de fútbol que a lo mejor son gays y no lo quieren decir porque temen a las consecuencias.

Cuando chica me decían mira ‘la ahombrada’, ‘la Juanita tres cocos’, lo típico. Y mi respuesta era como ‘oye, soy mujer, ¿por qué me tratas así?’. Siento que hay que preparar a la sociedad para cosas así. Yo voy a las marchas gay porque apoyo las causas que ahí se defienden. Son espacios coloridos, donde se pasa bien, donde no hay violencia o maldad. Pero todavía hay gente que piensa a la antigua. Mamás, papás, abuelos, tías, que se preguntan, dudan y cuestionan y que dicen ‘la realidad no es eso’.

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