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Nacional

2 de Agosto de 2018

Holanda: El desafío de tener una educación abierta y accesible para los extranjeros

La creciente demanda de estudiantes internacionales en Holanda pone en alerta a las organizaciones universitarias, que ven cómo las aulas se quedan pequeñas y los alumnos se ven obligados a hacer uso hasta de los cámpings por la falta de espacio en las residencias estudiantiles. E “El sistema educativo holandés está siendo cada vez más […]

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La creciente demanda de estudiantes internacionales en Holanda pone en alerta a las organizaciones universitarias, que ven cómo las aulas se quedan pequeñas y los alumnos se ven obligados a hacer uso hasta de los cámpings por la falta de espacio en las residencias estudiantiles.
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“El sistema educativo holandés está siendo cada vez más atractivo para los estudiantes extranjeros porque se puede estudiar en inglés, a un precio justo y en un ambiente que no agobia al alumno, sino que fomenta el aprendizaje”, explica a Efe David Bruning, portavoz del Sindicato de Educadores de Holanda (CNV).

El atractivo ha funcionado tanto en los últimos años que Holanda logró colocar el año pasado a sus catorce universidades públicas en todas las clasificaciones internacionales, situándolas incluso entre los 200 mejores centros universitarios del mundo en la lista QS, una de las más prestigiosas en el sector educativo.

Sin embargo, la excelencia ha tenido un precio, ya que la demanda no hace más que crecer, a la par que lo hacen las quejas de las autoridades universitarias que denuncian falta de profesorado, presión laboral y ausencia de espacios.

El año pasado, cerca de 122.000 estudiantes extranjeros asistieron a cursos en universidades holandesas, el doble de la cifra que se registró en 2013.

“Llevamos ya años con los problemas de espacio en las aulas. La solución es fácil, pero difícil de aplicar a corto plazo: más dinero para las universidades, más profesores y mejor pagados, menos presión laboral y más espacio profesional”, explica Bruning, a un mes del comienzo de las clases.

La Universidad de Groninga, en el norte del país, está experimentando un número creciente de registros de unos mil estudiantes por año, lo que aumentará la cifra de alumnado a 30.000 estudiantes el próximo curso, según su portavoz, Jorien Bakker.

“No tenemos la ambición de ser mucho más grandes, por lo que estamos solicitando un numerus fixus de estudiantes para, por ejemplo, Negocios Internacionales”, agregó a la televisión holandesa NOS.

Las facultades de Ciencias e Ingeniería, en todo el país, son las que más están creciendo y, a veces, los profesores se encuentran con “problemas prácticos como la falta de salas de estudio y de clases”, así como la falta de espacio de residencia, añade.

Cada vez más universidades intentan frenar el crecimiento de estudiantes imponiendo un número máximo de alumnos para los programas más solicitados, la única vía de lidiar con la falta de espacio porque los centros públicos no pueden, por ejemplo, rechazar solicitudes de estudiantes extranjeros priorizando a los holandeses.

“Si comenzamos a limitar los programas, tememos que muchos estudiantes holandeses sufrirán las consecuencias. No queremos que la llegada de estudiantes internacionales provoque que los holandeses no pueda acceder a los estudios que desean”, advierte Sirra Alofs, de Consulta Estudiantil Interuniversitaria (ISO, en sus siglas en neerlandés).

El problema de la vivienda es otro de los dilemas para las autoridades, después de que el año pasado el Gobierno se viese obligado a poner a disposición de los alumnos los campings del país, donde centenares de estudiantes han llegado a alojarse durante algunos meses hasta encontrar una habitación compartida cerca de la facultad.

“Los estudiantes extranjeros están siendo explotados por los propietarios de las casas, que les cobran rentas muy altas y con términos y condiciones extraños. Esto no puede continuar así. Todo esto pasa por la escasez de alojamientos”, denunció ayer la portavoz del sindicato de estudiantes holandeses (LSVB), Geertje Hulzebos.

Los alumnos extranjeros son víctimas “fáciles” del pago de altas rentas por espacios pequeños porque “no tienen la opción” de encontrar otra alternativa y, por ello, LSVB pide a las universidades dejar de intentar atraer a estudiantes internacionales hasta que no aseguren un alojamiento adecuado para ellos.

“Estamos a favor de la internacionalización pero debe hacerse con políticas y las condiciones previas, deben estar en orden. Hay una solución: una opción en holandés, sin un numerus fixus, para que la accesibilidad esté garantizada, y uno en inglés, con una limitación de capacidad si es necesario”, concluyó Alofs.

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