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Opinión

12 de Septiembre de 2018

Adriano Castillo sobre el Compadre Moncho: “Dicen que sale con luca, se lo chupó todo y vuelve en taxi acompañado de tres maracas”

El mito urbano dice que todo santiaguino que se jacte de tal, alguna vez en la vida se ha topado con el compadre Moncho. Con traje, lentes oscuros y una robusta melena teñida, deambula por Santiago y tiene la capacidad de estar en varios lugares a la vez. Es así como se lo ha visto en el metro, en Providencia y en La Moneda en una misma mañana. Con fama de lacho, vividor y bueno para la jarana, el compadre Moncho es la creación del actor Adriano Castillo (77), quien separa aguas con su alter ego: “El Compadre Moncho es mucho más joven que yo, él debe tener 60 años, no más. Y todavía anda jaraneando: dicen que sale con luca, que se lo come y chupa todo, y vuelve en radiotaxi acompañado de tres maracas”. Acá, sus reflexiones sobre chilenidad, feminismo y la política. También sobre el sexo y la tercera edad.

Valentina Collao López
Valentina Collao López
Por

¿Qué haces durante el 18?

Mira, yo hago una cosa que me encanta que es comer empanadas hechas por mi mujer argentina, quien hace unas empanadas fritas con buen pino, huevo y todo eso. Y como tengo buen vino tinto en mi casa, nos pegamos unos almuerzos más o menos buenos. Me encanta eso, lo estoy esperando. Bueno, ya le conseguí un par de pegas en el 18, así que no me va a poder acompañar ni el 17 ni el 18, pero ella como buena mujer latinoamericana bien organizada, me deja todo listo, para que yo caliente y me sirva.

Igual un poquito machista, un pelín nomás…

No, no, eso no es machista.

¿Y qué es?

Eso es tener una muy buena mujer a lado tuyo. Porque la mujer siempre es mamá, aunque sea soltera, siempre es mamá. Al pololo lo tiene como pololo y como hijo. Las mujeres tienen esa mentalidad de acoger, de cuidar, de tener todo preparado, por eso yo les digo a mis amigos: “deja que la mujer haga, que se desarrolle, déjala, si ella tiene muchas capacidades. No le pongai obstáculos”. No necesito movimiento feminista para respetar a las mujeres y tratarlas bien. Lo que postula el movimiento feminista, siempre lo he postulado yo.

¿Te acuerdas de alguna celebración que se te haya pasado un poquito la mano?

Sí pues, cuando era joven era muy lanzado.

¿Lanzado al trago?

Con tuti. Los tres días de las fiestas patrias era jarana, copete, de todo lo que se te ocurra. Aunque de drogas no.

Pero las has probado, supongo.

-Sí, todas, absolutamente todas, pero no.

¿Ni una te ha gustado?

-Como para insistir, no. He tenido amigos drogadictos y muchos han salido y otros se han perdido en la vida. Buenos tipos, buena gente. Pero me gusta toda la gama de los alcoholes.

¿Cuál fue tu época más caído al litro?

-El inicio de la universidad fue un descubrimiento extraordinario, distinto a mi época de colegio en donde yo era muy elemental. Yo estudié en el Instituto Nacional, desde cuarto de preparatoria hasta sexto humanidades (desde cuarto básico hasta cuarto medio). ¿Cuáles eran nuestras grandes preocupaciones? El fútbol y fundamentalmente el estudio, porque en mi tiempo se apreciaba al que era el mejor alumno.

Cuéntame la curadera más brutal que tuviste en la vida

Una vez con mis amigos actores por el año 70, 71. Imagínate, hace 50 años, nos pegábamos unas rascas más o menos, en las que también había chicas, actrices, amigas de nosotros. Eran rascas totales y duraban días. Bueno, como al tercer día de jarana yo caí en mi casa. Aunque siempre me preocupaba de avisar por teléfono a mi mamá, le metía cualquier chiva y seguía chupando de lo lindo.

Bueno al tercer día, llego a mi casa y estaba mi padre. Recuerdo que llegué un domingo pasadito el mediodía, antes de almorzar. Mi papá estaba sentado en el living y todavía venía medio guasqueado y no me acuerdo que me pasó, que me clavé en la mitad del living. Fue una especie de desmayo, pálida, me fui a cero. Me pegué refuerte.

“Las mujeres tienen esa mentalidad de acoger, de cuidar, de tener todo preparado, por eso yo les digo a mis amigos: ‘deja que la mujer haga, que se desarrolle, déjala, si ella tiene muchas capacidades. No le pongai obstáculos’. No necesito movimiento feminista para respetar a las mujeres y tratarlas bien. Lo que postula el movimiento feminista, siempre lo he postulado yo”.

¿Qué edad tenías?

-27 años. Me acuerdo que me levantó, me dejó en la cama y no me dijo absolutamente nada.

¿Cómo pasas la caña? ¿tienes algún secreto?

-Estudié Química y Farmacia, entonces conozco perfecto el proceso. En simple, el alcohol te va quitando el agua de tu cuerpo, va absorbiendo el agua de tu cuerpo. Se resuelve con agua, limonaditas. La cosa es consumir líquido, mucho líquido. Esas recetas de volver a tomar lo mismo que estabai tomando son mentiras.

La gente tiene que tomar agua, porque es agua lo que ha perdido el cuerpo. Es lo mismo que el viagra: es un vasodilatador que lleva gran cantidad de sangre al pene y por eso se erecta y la gracia que tiene es que se produce una especie de dique de contención, o sea, esa sangre queda ahí acumulada, le cuesta volver para atrás, entonces pasa mucho tiempo erecto. Ese es el mecanismo.

Qué sapiencia. ¿Lo usas?

-Cuando es necesario, sí.

¿Y cuándo es necesario?

-Cuando tienes la posibilidad con una mujer muy joven y tienes que ponerte a tono. Tengo más de 70 años, no es broma la cuestión y si de repente aparece una chica de 26, 27, no da, te mata, pues. No puede ser que la chica te diga después “¿Pa’ eso me empeloté?”.

¿Te sigues  involucrando con gente más joven?

-Tú me preguntaste cuándo se debe tomar y yo te respondí. No es que yo lo haya hecho.

Es que puedes tener una relación abierta…

-No, mi relación es absolutamente conservadora tradicional, monógama. De repente aparecen cosas por ahí, que no se les puede decir que no (risas), pero yo ya estoy muy tranquilo.

SER CHILENO

¿Qué es para ti la chilenidad?

-Para mí la chilenidad es más bien una sensación. Es como dirían los hinchas de la U, un sentimiento. Es una percepción de lo que somos como pueblo. Eso para mí es la chilenidad, el conjunto de errores y defectos que conforman el espíritu del chileno.

Entonces, ¿cuáles serían las virtudes y cuáles serían los defectos?

-Una virtud importante del chileno es que es un tipo trabajador, a diferencia de lo que dicen mucho, que es flojo. Lo que pasa es que nosotros siempre tenemos alguna salida por algún lado, algún vericueto. Debemos ser el único pueblo en el mundo que tiene resquicios legales para todo. Somos trabajadores, pero cuando cachamos que no nos están vigilando, sacamos un poco la vuelta.

Otra gran virtud es la solidaridad, porque cuando hay que ponerse la gente se pone. Aunque una parte de los chilenos te dona cosas que no quiere, de las que se quiere deshacer, en vez de esperar el camión de la municipalidad que pasa a recoger los cachureos. Siempre regalamos lo que ya no nos interesa.

Nosotros teníamos otra virtud que era ser un pueblo muy político. Digo fuimos, porque decaímos mucho después de la dictadura. Éramos un pueblo que, en general, tenía una ideología y no seguía caudillos ni líderes populistas. Tú eras de izquierda o DC o eras de derecha, pero tenías una posición. Hablo de la década del 60, que me tocó vivirla muy intensamente porque el año 60 yo entré a la universidad: fue una década muy política y en la cual participé. Esa es una década que finalmente nos llevó a triunfar con Salvador Allende.

¿Cómo recuerdas esos años?

Todos tenían una ideología, todos leían el diario. Desde albañiles hasta empresarios. La gente estaba preocupada de la política porque sabían la importancia que tenía en el país. Pero exacerbamos de tal manera las contradicciones y las diferencias que sucedió lo que sucedió. Viene la dictadura y las ideologías empiezan a perder terreno. La gente se vuelve extraordinariamente materialista y hay que autofinanciarse.

¿La instalación del modelo neoliberal es la que finalmente nos transforma como pueblo?

-Sí, la instalación de ese modelo hace que la mayoría abandone la ideología. Sólo quedan con ideologías los políticos tradicionales, la gente universitaria, es decir, los demócratas norteamericanos trasladados a Chile, la clase más culta. Solamente Ampuero y Mauricio Rojas se han dado vuelta la chaqueta.

Yo echo de menos ese espíritu que había en los años 60 donde la gran mayoría tenía una posición política, una idea de lo que era la izquierda, de lo que era marxismo o qué significaba un gobierno de derecha. Todos participaban, todos votaban y todos se alegraban o caían en tristeza. El año 70 nosotros nos alegramos muchísimo, tuvimos el gobierno y lo celebramos. Yo por primera vez vi alegre al pueblo.

¿Y los defectos?

-El único que te voy a mencionar en este momento es que los chilenos en las relaciones afectivas con las mujeres en general son muy hocicones.

Ahonda más en ese punto, por favor.

Apunta a lo siguiente: le gusta contar sus aventuras con las mujeres con nombre y apellido. A mí me parece inaceptable, creo que es indecente. Contar cosas de tu relación o lo que hiciste con la mujer. Aprendí que es mejor discreto, siempre callado, los que te ven, te ven, porque tampoco puedes andar fondeado en los subterráneos. Pero jamás hablar, yo creo que la discreción es una virtud grande sobre todo en los hombres. En las mujeres la discreción importa un carajo, ellas comentan entre ellas y se cuentan todo.

Ahora, la chilena para mí tiene más virtudes que defectos y tiene la virtud del compromiso total. Mientras los hombres nosotros somos más light, nosotros nos comprometemos hasta ahí nomás. Lo he podido comprobar cuando he visto a mujeres de amigos que terminan relaciones con ellos, se enamoran de otro tipo y aunque haya hijos y todos, si está enamorada agarra sus cosas y se va con el otro tipo. Son de decisiones drásticas. Además, son abnegadas y se sacan la cresta. Lo vi en mi mamá y mis tías. Mi mamá con dos pesos hacía 10, siempre.

En ese sentido, ¿cómo observas el movimiento feminista chileno?

-Yo encuentro que se han articulado bien. De repente he visto algunas exageraciones, pero no importa, los movimientos nuevos revolucionarios, generalmente tienen excesos, no hay dudas. Si no remontate a la revolución francesa, ahí te cortaban la cabeza por cualquier cosa. Pero eso no me preocupa, yo creo que se han articulado y han actuado bien, lo único que tienen que cuidar es no caer en los extremismos porque eso siempre te lleva a la pérdida de apoyo.

Tienes fama de mujeriego, de macho a la antigua. ¿La instalación de la discusión feminista no te ha pegado duro en la relación con las mujeres?

-A mí particularmente no me afecta, porque yo toda la vida he sido un tipo correcto con las chicas, ninguna me puede indicar con el dedo que la he tratado mal. Ninguna me puede decir que siquiera la he zamarreado, aunque sí levanto la voz, eso sí. Incluso mi mujer actual, Beatriz Alegret, se resiente cuando yo levanto la voz.

Levantar la voz también es una actitud violenta

-Sí, esa es una cosa que uno tiene que mejorar, de repente levanto la voz y soy muy enfático, qué sé yo, y ella se resiente. No le gusta, seguramente en su niñez, en su familia gritaban mucho y a ella le altera eso. Como yo sé que le altera, bajo inmediatamente. Creo que los hombres tenemos que dar un buen trato, ser afectuosos, cooperar con la mujer. Esa es otra cosa que tampoco hace mucho el chileno, cooperar con la mujer.

Si nosotros traemos una educación machista que indicaba que no podíamos llorar, que no podíamos lavar platos, que no podíamos cocinar, que no podíamos ayudar en las labores domésticas, eso era de afeminado, y yo creo que eso es un error.  Cuando he tenido hijos yo he cooperado. Creo que la pega de la mujer es demasiado grande y demasiado fuerte.

Cooperar suena a prestar ayuda. Igual en tu discurso la balanza está cargada hacia un lado.

-Sí, no te quepa duda que con respecto a los hijos va a estar siempre cargada hacia el lado de la mujer. ¿Por qué? no me preguntes por qué, pero siempre va a estar cargada al lado de la mujer. La mujer está mucho más tiempo trabajando en la relación con los hijos, el hombre generalmente llega tarde o los ve el fin de semana. Es injusto eso. Pero como está cargada hacia ese lado, uno tiene que saber cooperar. Yo he paseado guaguas a las tres de la mañana, he cambiado pañales, he hecho de todo y eso no me ha hecho menos hombre.

¿Notas distintas a las mujeres ahora?

Recién escuché una chica que le decía a la otra: “¿Pero voh soy hueona?, tenis que empoderarte”. Creo que ese afán de adquirir de pronto algunas facultades no me parece. Creo que tienen que ir paso a paso, escalón a escalón, todo lo que se salta generalmente resulta mal.

Toda la vida, desde que el mundo es mundo, las reglas nos han favorecido a los hombres y la mujer ha estado al lado, o atrás incluso. En nuestra sociedad nosotros los hombres tenemos que ser más abiertos, tenemos que dejar esa cultura de “yo mando”, “yo soy el amo”, “todos tienen que obedecerme”.

CONTRA LA DERECHA

Volviendo al tema de la política ¿cómo observas al Frente Amplio?

-Cuando ellos aparecieron yo me preocupé. Así cómo también me preocupé cuando apareció MEO.

¿En qué radicaba tu preocupación?

-Una cuestión muy sencilla: mientras más nos dividamos, más favorecemos el triunfo de la derecha. Es tan sencillo como eso, dos más dos son cuatro. Si los dos de ellos están enteros y los dos nuestros están uno y uno, cagamos: nos van a ganar siempre. Por lo tanto, todos estos movimientos que impliquen la división de nuestro sector es pérdida, es absurdo.

“No, ustedes están obsoletos, los partidos están cada vez más caducos, nosotros traemos la nueva verdad”; todo ese discurso del FA ¿qué ha generado? Es cosa de ver el problema de Mayol con la directiva del FA. ¿Viste? Son los problemas lógicos de la política.

A mí me dan ataques de indignación cuando hay gente que plantea “nuevas prácticas, haremos una nueva política, la política la haremos en forma distinta, la nueva forma de hacer política”, eso no existe.

“A mí me dan ataques de indignación cuando hay gente que plantea ‘nuevas prácticas, haremos una nueva política, la política la haremos en forma distinta, la nueva forma de hacer política’, eso no existe”.

¿Por qué?

La política y la televisión son los dos campos en que se ve desarrollado lo que somos como personas: el yin y yang, grandes noblezas, grandes actos solidarios y al lado grandes porquerías, basuras y traiciones. Eso somos los seres humanos, esa es la política, no me vengan con nuevas formas de hacer política, no hay nuevas formas de hacer política.

Todos estos nuevos movimientos yo los resiento, la crítica que puedo hacer es que lo único que hacen es dividirnos: somos lo mismo. Si el FA instala un candidato a la presidencia en las próximas elecciones, yo voy a votar por ese candidato. Con eso te lo digo todo. Siempre he sido un hombre de la Unidad Popular, un hombre la Concertación, un hombre de la Nueva Mayoría, y yo votaría por ese candidato. Si nosotros presentamos dos candidatos y el FA otro candidato, vuelve a salir la derecha. Dejémonos de tonteras, utilicemos un poco el cerebro.

¿Y cómo ves el estado actual de la izquierda chilena? Porque digámoslo, están bien muertos. Donde están ocurriendo cosas es en el FA, y ya está.

-Sí, estamos algo complicados porque lamentablemente la segunda vuelta de la elección presidencial pasada nos dieron una paliza. Yo perdí plata incluso, esperaba una diferencia y eso que soy optimista, esperaba una diferencia de 2%, 3% puntitos poniéndose negativo, pero mira toda la ventaja que nos sacaron. Eso tiene que llamarnos a reflexión.

Dentro de la política actual, de la izquierda actual ¿hay algún personaje que en lo personal te convoque? Que digas “sí, votaría por él”.

Te voy a ser muy sincero, yo jamás funciono a base a nombres ni de figuras. No, nosotros tenemos mucha gente buena, si te nombrara dos, tres, cinco, sería mezquino. Yo creo que nosotros tenemos mucha gente para gobernar el país, no así la derecha que no tiene gente. En el gobierno, la derecha tuvo que ir a sacar al Congreso a dos militantes para colocarlos de ministros. Ellos no tienen gente, porque no les interesa esta cosa política. A ellos les interesa ganar dinero, hacer negocio. Ojalá que nos logremos poner de acuerdo, que volvamos a establecer un bloque de izquierda poderoso para ser una oposición inteligente. El FA tiene que entenderse con nosotros si es que quieren ganar. Si quieren tener un gobierno de derecha que trabajen solos.

Uno podría leer que hay un desencanto, amargura, que hay una rabia en torno a cómo están funcionando las cosas hoy día…

-No lo entiendo, yo creo que los problemas se tienen que enfrentar de otra manera; además, indudablemente los políticos, algunos, han actuado no correctamente, todos lo sabemos pero considerar que los políticos son ladrones corruptos, yo no estoy de acuerdo. El país se tiene que dar con una piedra en los dientes de la clase política que tiene. Si no, miren para el lado, miren a Argentina, miren a Perú, miren a Bolivia, y sabrán lo que se siente tener una clase política valiosa. Este es un país ordenado, no corrupto, con hechos de corrupción sí y que hay que parar ahora. Pero es un muy buen país y eso a nadie le importa.

Ahí tenemos una característica del chileno, siempre disconforme, siempre lloriqueando, siempre quejándose.

MUJERES, SEXO Y CUARTA EDAD

¿Fuiste lacho?

-Sí, mucho.

¿Hasta que edad fuiste lacho?

-Lacho, lacho, de verdad lacho, como hasta los 55. Aprovechaba todas las oportunidades que se presentaban. Yo soy un roto medio pillo, en el sentido de que jamás me arriesgo si no veo posibilidad de éxito, jamás me tiro a la piscina si no hay suficiente agua.

¿A qué te refieres?

-Lo que pasa es que a mí no me gusta que me digan que no. Te soy muy sincero.

¿Te han dicho que no?

No, por esa razón. No me tiro carriles.

¿Te afecta el ego?

El ego por supuesto, soy un ególatra empedernido. Soy actor.

¿ Y cómo haces con la vanidad?

-La controlo mucho.

¿No se te escapa  la moto de repente?

-No, no soy muy vanidoso, tú me ves, soy un gallo muy sencillo y todo.

Pero igual te tiñes las canas

-A lo mejor andaría con las canas al aire si viviera en Estados Unidos y fuera Robert de Niro o Al Pacino.

¿ Y por qué no en este país?

-Porque aquí tú te transformas en un anciano, en un proyecto de viejo. Te marcan como viejo, quedas rayado, tanto en la televisión como en el cine. Aquí hay una cultura por la juventud extraordinaria: tú miras las teleseries, en diez teleseries, hay nueve en que el mayor tiene 43 años.

¿Cómo ves la vida de la gente mayor en este país? Dígámoslo, porque pa este país tú eres un adulto mayor…

-Para este país y para cualquiera. Si cuando uno tiene 70 años, uno ya es un adulto mayor con todas las de la ley. Y yo estoy a un paso de pasar a la cuarta edad. Tengo 77.

Y cómo vives la jubilación?

-A mí se me agotó.

¿Por qué?

-Porque yo siempre fui muy cuidadoso e impuse, pero me tocó una jubilación como de 200 lucas con suerte. Y yo dije no, eso es muy poco, denme 300 lucas. Eso fue hace años, entonces se me acabó lueguito.

¿Y cómo lo haces ahora?

-Es que yo soy un tipo ordenado, he tenido buenas épocas. Yo siempre he pensado que si gano mil, tengo que guardar 500. Siempre guardar. Tengo un colchón que no me hace desesperar nunca.

¿Has sentido el viejazo en tu cuerpo o tu salud?

-Mucha gente me dice: “Qué bien se conserva usted”, y les digo sí, me conservo bien porque soy ordenado. Entonces si quieres llegar a como estoy yo ahora, por ahí como a los 58 años hay que chantarse. No puedes seguir en la misma rutina. O sea hay que seguir haciendo lo mismo, pero menos. Si antes al almuerzo te tomabas tres copas, ahora te tomas una no más. Camina mucho y si puedes ir al gimnasio, anda al gimnasio. Yo camino todos los días, y es por eso que todos dicen que estoy en tres partes a la vez. Otra cosa: drogas fuera, porque la droga te mata, te destruye el organismo. Fuera el alcohol destilado. Ahora si te ofrecen un buen whisky, tómatelo igual.

No hay que privarse de los placeres…

-No, y en lo que es el ejercicio erótico sigue haciendo lo mismo, pero tranquilo y en menor cantidad, porque el cuerpo te va a pasar la cuenta.

Por ejemplo ahora, ¿cuántas veces tienes sexo al mes?

-Cuando uno llega a 27 años de relación, el interés no es el mismo. Las mujeres como a los 50 empiezan a perder el interés, les da una lata tirar.

¿Ahí descienden las ganas?

-Los hombres mantenemos siempre el interés, lo que no mantenemos es la fuerza y la potencia, y eso es porque nos hemos desgastado, las células no son las mismas, ya no se reproducen como antes, es bien jodido y eso hay que tenerlo muy claro.

Yo, cuando me he olvidado en estos últimos 20 años de la edad que tengo, tengo que pasar tres días en agua caliente, con sales, porque me duele todo. Me duelen los músculos de las piernas, de los muslos, me duele la espalda, me duele hasta el pelo.

No me respondiste. ¿Y ahora cuánto estás tirando?

-Cuando hay interés dos veces a la semana, pero lo rutinario, una vez. De repente, ahora con frío me dicen: “no, cabréate, sale de aquí”.  Y claro, se ríen las chicas cuando les cuento que yo duermo siempre con una camiseta y calzoncillo. Yo siempre he ocupado calzoncillo, nunca slip, que antes me hacía mi madre, ahora me los hace la Beatriz. Tiene un modelo.

Espérame, ¿por qué te hace los calzoncillos?

Ella tiene muchas habilidades, no es que yo se lo pidiera, ella se enteró y bien bonitos que los hace. Esos son los que uso yo. La Beatriz se pone hasta calcetas chilotas.

¿Eso mata totalmente cualquier posibilidad?

-Anula las posibilidades. ¿Por qué? porque cuando vas en la tercera camiseta ya no sabes para qué te estás sacando la ropa.

Me imagino que igual la pasan bien después de 27 años de relación…

-Nos entendemos, la pasamos bien, porque las mujeres son las que nos tienen que aguantar a nosotros porque somos mañosos. Nosotros los hombres somos muy elementales y tenemos que aguantarnos nuestras rabietas. A veces llegamos molestos y nos desquitamos con el televisor. La Beatriz tiene paciencia, tiene muy buen carácter, ahora cuando se llega a enojar, queda la cagá. Chucha, no quiero recordar cuando se ha enojado.

¿Por qué cosas se enoja la Beatriz?

-Se puede enojar porque levanto la voz o porque alguien le contó que me había puesto muy coqueto con determinada fulana.

¿Es celosa?

-Sí, mucho. No le doy motivos reales, pero siempre le llegan cuentos, porque yo vivo en la calle, tú sabes. Yo soy de la calle.

¿Cuál es tu rutina diaria?

-Yo paso en la calle.

Eso lo sabe medio Chile. La pregunta es, ¿qué haces en la calle?

-Ando en los cafés o haciendo negocios. Ahora yo tengo una rutina que es para mantener mis condiciones intelectuales: siempre hago el sudoku más difícil que hay en el diario. El día que no logre hacerlo me voy a preocupar.

¿Nunca te ha dado un achaque de salud o alguna depresión?

-No, la depresión no existe conmigo.

¿Pero qué te aproblema?

Generalmente en la pega, en el pasado. No tengo de qué preocupar, de repente cuando mi hijo está aproblemado o la Beatriz tiene algún problema, yo me inquieto. Pero es  inquietud no llega a la depresión; yo siento que a veces como que me cuesta respirar porque estoy preocupado, pero no es más que eso.

¿Te controlas?

-Sí, he tenido que recurrir a la medicina cuidándome la próstata. De ahí a preocuparme, no.

Igual eres ordenado entonces

-Soy súper ordenado, de hecho. Como personaje soy un tiro al aire, pero como actor y como persona soy una persona muy estricta, muy rigurosa. En el trabajo, que a mí no me vengan con explicaciones de que llegué atrasado por esto o tal cosa. No, no, no, yo fui formado como un hueón riguroso.

Ahora, mi personaje es lo más poco riguroso que hay, y me he hecho famoso con un personaje que es un tiro al aire, es un hueón fresco.

¿Pero ese personaje cuánto tiene de ti?

-Todo lo que es jugarreta, el gusto por pasarlo bien, tomarse un buen trago, eso sí. Aunque el Compadre Moncho es mucho más joven que yo, él debe tener 60 años, no más. Él todavía anda jaraneando: dicen que sale con luca, se lo comió y chupó todo y vuelve en radiotaxi acompañado de tres maracas.

Otro mito urbano…

-Pero ese es el mito. Yo soy más ordenado que la cresta: practico lo que digo.

¿Hasta que edad te gustaría seguir hueviando?

-Trabajar, hasta los 85 años, me gustaría ser como Christopher Plummer, que se ganó hasta un Oscar el viejo. Maravilloso el hueón. Como él quiero ser yo. No te quiero decir como Anthony Hopkins, porque ese es más desordenado, le gusta el patache.¿Pero viste la facha de Plummer?, además ese hueón era un galán. Yo nunca he sido galán.

Ya, pero igual tienes tu fama…

Sí claro, pero esa fama ha sido adquirida con grandes esfuerzos. Porque yo soy un hueón feito. Mis tías me decían feo para allá, feo para acá.

“Aunque el Compadre Moncho es mucho más joven que yo, él debe tener 60 años, no más. Él todavía anda jaraneando: dicen que sale con luca, se lo comió y chupó todo y vuelve en radiotaxi acompañado de tres maracas”

Pero, ¿en qué radica tu encanto entonces?

Mis compañeros de la universidad nunca entendieron. Entonces yo he recopilado mi accionar de aquellos tiempos y siempre me di cuenta que las mujeres siempre se fijaban en el hueón que se destaca: si tú eres buen alumno, si tú eres un buen deportista, si eres un tipo divertido, agradable. Entendí desde muy joven que había que destacar, fui un buen alumno en la universidad, fui buen deportista.

También a las mujeres les llamaba mucho la atención que yo trataba a todas las mujeres igual: si era bajita, si era muy alta, yo no trataba bien solamente a las lindas, no, a todas. Entonces, las lindas decían y este hueón por qué hace eso, por qué no nos pesca. Por ejemplo, yo empezaba bailando con las chicas que nadie iba a sacar a bailar.

Media chanta la conducta, ¿o no?

-No, es ser astuto. Si tú quieres conseguir algo difícil tienes que ser astuto, sino estás cagado. Y cuando la que me interesaba a mí se me acercaba a preguntarme algo, la trataba como un compañero.

Más encima medio quebrado…

-Nunca había que demostrar el interés, porque cuando la mina sabe que tú estás interesado cagaste y hace lo que quiere contigo.

O sea, definitivamente machista…

-Yo creo que sí. Aunque más que machista o feminista, no le pongas apellido, es astucia, pura astucia. Creo que si quieres conseguir algo tienes que ser astuto. Ni violento ni nada. Sobre todo en este campo, sino fregaste, hermano.

Y por eso que en la universidad, claro, yo estuve con chicas estupendas, estupendas, y nadie entendía como este negro feo se consigue a estas minas, cómo las consigue. Y ahora han pasado los años, en los últimos 30 años, todos dicen y “este hueón, ¿cómo tiene a esa mujer?”. ¿Viste? ¡Astucia!

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