Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Opinión

4 de Octubre de 2018

Grandes éxitos del modelo económico

TU ABUELO: Llegó a cuarto básico. Era repartidor de gas, chofer de micro, panadero, zapatero, picaba leña. Podía desempeñar variados oficios manuales mal pagados.Con los frutos de esos magros trabajos, compró un terreno en las afueras de la ciudad, de 600 m2 y lo pagó en diez años. Allí construyó una casa de autoconstrucción, probablemente […]

Mijail Korneta
Mijail Korneta
Por

TU ABUELO: Llegó a cuarto básico. Era repartidor de gas, chofer de micro, panadero, zapatero, picaba leña. Podía desempeñar variados oficios manuales mal pagados.Con los frutos de esos magros trabajos, compró un terreno en las afueras de la ciudad, de 600 m2 y lo pagó en diez años. Allí construyó una casa de autoconstrucción, probablemente con adobe, y no adobe photoshop precisamente, que se ha ido cayendo con los sucesivos terremotos. Recién a mediados de los ochenta dejó el pozo negro. Compró una tele a color en 1987, usada.

Crió cuatro hijos a punta de pañales de género, con algunas taras del ánimo y medio traumados por vivir en dictadura, pero no hay que pedirle peras al olmo. No le creyó a Don Francisco y no pisó el palito de cambiarse a AFP. Dio lo mismo, de todos modos nunca impuso. Después de los 65 se dedicó a la jardinería, no por afición sino por necesidad. Ahora se le puso un supermercado, siete colegios particulares subvencionados, dos clínicas de medio pelo y tres locales de sushi al frente de la casa y pavimentaron su calle, le subieron el avalúo fiscal tan pronto puso alcantarillado y le cegaron el pozo por no tener autorización del Departamento General de Aguas.

Le expropiaron parte importante del patio para ensanchar una calle porque está la cagada con el tránsito y tan pronto se pavimentaron notaron que estaban en una calle importante para el tránsito. Probablemente perdió la casa por no poder pagar las contribuciones con su miserable montepío mínimo, o porque se le olvidó. O si no, una constructora le compró la casa para construir un departamento. El dinero de esa venta lo gastó en medicamentos y un hermoso entierro.

: Llevas años de ejercicio profesional, trabajas doce horas diarias en virtud del artículo 22, eso cuando logras hallar empleo. A ratos te las das de freelance y pretendes trabajar en casa y terminas desvelándote continuamente. Estás arrendando un departamento más pequeño que la pieza de tus padres en la casa de tu abuelo por más de un sueldo mínimo. Nunca vas a poder comprar uno porque por tu crédito universitario no te dan hipotecarios y para cuando pagues ese crédito ya tendrás 45 años con suerte y en el Banco no te darán crédito por tu edad. O por vivir boleteando, es igual.

No criarás hijos porque aborreces a los niños ajenos, la sola idea de tener que cambiar pañales te es traumática y porque, por último, sale muy caro, sin siquiera sentarse a reparar que tus padres probablemente sintieron el mismo agobio ante la situación cierta de tener que criarte. Además que en ese departamento de 18 m2 no hay manera alguna de criar niño alguno.

Esto, mientras la clase política está entre escandalizada y aterrada por la baja en la tasa de natalidad a niveles bajo 1,2 niños por mujer fértil. Ante la posibilidad cierta que las nuevas políticas de natalidad del gobierno de derecha incluyan sabotear las políticas públicas de anticoncepción, optas por no tener sexo, en parte también por el clima hostil a la actividad. Tu mayor logro personal es comprarte la consola que siempre quisiste cuando chico y que solo veías que usaban los otros niños pero no tú porque no había dinero en casa. Al final nunca la usas para jugar porque llegas todas las noches a casa cansado y molido y ni para alimentar al gato que adoptaste para suplir la ausencia de hijos te dio el cuero. Acuérdate de darle pienso, ya se te murió un gatito por indolente y te hiciste el larry david.

Notas relacionadas