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Opinión

12 de Octubre de 2018

Así lo vivimos por la tele: Los 10 momentos televisivos que dejó la detención de Pinochet

Inolvidable, como lo que no se puede olvidar.

Mack Luján
Mack Luján
Por

Octubre de 1998.

En Chile recién nos estábamos familiarizando con internet. La farándula estaba a pocos meses de comenzar su intenso pero efímero reinado en la nuestra televisión y el “Murci” Rojas a escasas semanas de entrar a la historia colocolina con su gol agónico contra Iquique, en electrizante final de campeonato, con la “U” respirándole en la nuca a los albos.

En las radios sonaban “Iris” de los “Goo Goo Dolls”, “Follow the leader” de “The Soca Boys” y “Sing it back” de “Moloko”. Estaban a punto de lanzarse “Believe” de “Cher” y “The kids aren’t alright” de “Offspring”. Fue un año fantástico en lo musical, con mazazos sónicos como “Every you, every me” de “Placebo”,  adictivos chicles tecno como “Up and down” de “Vengaboys” y el insufrible “You get what you give” de los “New Radicals” (el “Pollo” Valdivia se encargaría de que la termináramos odiando, al ponerla de cortina de su talk “Sábado por la noche”).

De pronto, lo impensable. Detienen a Pinochet en Londres y todo cambió. No recuerdo entre mi gente una alegría tan parecida al triunfo del No, diez años atrás.

Éstas son las 10 postales televisivas que rescato de ese hecho histórico.

1.- El héroe (o villano) vino de la Madre Patria.- El juez Baltasar Garzón no sólo quedó en la memoria de muchos como alguien que hizo lo que ninguno de sus homólogos chilenos tuvo el coraje (o el contexto histórico, seamos justos) para hacer. También tenía una percha de galán que muchas asimilaron en la época a la de Alain Delon en sus años dorados y Richard Gere, por usar un referente más reciente. Había que tener cojones y a eso le agregó la facha, factor que ayudó a agigantar su figura en el inconsciente colectivo.

2.- Como en un cuento de Dickens.- Los despachos de los corresponsales televisivos nos mostraban a los “lores”, señores con un cara de amargado impresionante, que usaban postizos capilares que crecimos viendo en los libros de historia, pero que pensábamos que habían caído en desuso. Olvidamos que Inglaterra en muchos aspectos decidió no evolucionar, partiendo por tener reyes que no cortan ni pinchan, pero a quienes la condición de reyes no se las quita nadie.

3.- Toma aire, niña.- Mucho antes de atrincar a Monseñor Errázuriz en un callejón del Vaticano y mucho antes de comparar los trágicos incendios de Valparaíso con “un gran asado” esta periodista, identificada con TVN, pero que hoy labura en Canal 13, se hizo conocida nacionalmente al cubrir los 503 días que duró el arresto del general, junto a Felipe Gerdtzen, con quien sacó un libro sobre lo vivido en esa misión. Recordado es el despacho al que llegó jadeando y con la respiración entrecortada. Su cara de niña es conmovedora.

4.- Tú, la incondicional.- En algún momento de los ’90 aparecían los Toppins en Mega, marionetas al estilo de los Muppets que representaban a figuras políticas como Lavín, Aylwin y el propio Pinochet. Lo traigo a colación porque la primera  vez que vi a la cantante, conductora de TV y hoy panelista de matinal Patricia Maldonado entre quienes pedían en Londres la libertad de Pinochet pensé que se trataba de un corpóreo de ella, una especie de Toppin a tamaño natural. No me culpen. Me dejé llevar por el llamativo color de su pelo, sus anteojos gigantes y su vozarrón, que destacaba nítidamente entre la multitud.

5.- Dos pájaros de un tiro.- El diputado Iván Moreira hace rato que tenía entre ceja y ceja empezar una dieta para bajar de peso. Por otro lado, estaba la detención de Pinochet, y también no se aguantaba las ganas de solidarizar con el senador designado apresado. ¿Qué hizo? Informó que se declaraba en huelga de hambre hasta que liberaran al aludido. Lo más gracioso fue cuando llegaban canales atrasados a la conferencia de prensa en que hizo el anuncio y volvía a poner cara de estarse inmolando y repetía el mismo discurso. Confieso que la cuarta vez casi le creo.

6.- Algo huele mal en Providencia.- El alcalde Cristián Labbé se montó en el macho y prohibió retirar la basura de las embajadas de Inglaterra y España, con sede en la comuna dirigida por él. Se cree que esa acción de presión incidió poderosamente en la decisión final de los “lores” de dejar en libertad al ex dictador. A Labbé, por lo menos, eso no se lo saca nadie de la cabeza.

7.- Doña Lucía no estaba sola.- Esto pasó en España y a todos, tanto a partidarios del genocida como a sus detractores, se nos quedó grabado. El reportero de Canal 13 Claudio Sánchez, el mismo que siendo muy joven alcanzó visibilidad al cubrir el golpe del 73 con el camarógrafo Manuel Labra, destacado por esa estación en el Viejo Mundo para cubrir el megaarresto, entrevistaba a la esposa de Pinochet, Lucía Hiriart. En el momento cúlmine de las declaraciones, ella se quiebra y rompe en llanto por la situación de su marido, privado de la libertad y gravamente enfermo, como se suponía que estaba. Entonces Sánchez hace lo inesperado: la abraza y empieza a acariciar uno de sus hombros. Algunos, sobre todo en el gremio de prensa, lo hicieron bolsa. “No se puede tocar a un entrevistado”, alegaban. Otros alabaron el gesto de humanidad del periodista.

8.- Levántate, Augusto, y anda.- Cómo olvidar la llegada del tirano liberado al aeropuerto de Pudahuel. Como si se tratara de Sir Laurence Olivier, uno de los mejores actores de todos los tiempos, y con un sentido del espectáculo que ya se lo querría Adriana Barrientos, Pinochet esperó que colocaran su silla de ruedas a la vista de todos en la losa del terminal aéreo para ponerse de pie y levantar los brazos en señal de victoria. Los había engañado a todos. Otra vez. Como hizo con Allende. Como hizo con el pueblo cuando aseguró que su administración iba a ser provisoria. En su categoría, un maestro.

9.- Palta machucada.- Dos años después del “Garzonazo” la tele seguía registrando los ecos de ese episodio histórico. Al humorista Juan Carlos “Palta” Meléndez no se le ocurrió nada mejor que promocionar su show “London Clinic” en pleno centro de Santiago, entre el ex Congreso Nacional y los tribunales de Justicia, donde justo se encontraba reunido un puñado de admiradores de Pinochet, que más que un homenaje a su santo patrono vieron en la caracterización que hacía Meléndez, personificado con pelo cano y un bastón, una clara provocación. Dicen quienes pasan por ahí en la actualidad que todavía se escucha la patada en el trasero que se comió el comediante.

10.- El plan maestro de Hermógenes.- Esto trascendió tiempo después de octubre del 98. Hermógenes Pérez de Arce, sin ningún pudor, se empezó a pasear por programas de TV asegurando que había urdido un plan secreto para rescatar “al salvador de Chile” (así se refiere él a Pinochet) y que consistía nada más y nada menos que en llegar a territorio inglés a bordo de un submarino, liberar al ex Presidente de sus captores, llevarlo a la nave y traerlo de regreso a Chile. Simple, ¿verdad? ¿La razón por la que nunca se llevó a cabo? Al decir del cerebro de la idea, una tan atendible como que no se juntó el suficiente dinero para  arrendar el submarino. Qué ternura, ¿verdad?

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