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Mundo

13 de Diciembre de 2018

Crónica | El encarecimiento universitario en Francia hace temer un sistema más elitista

La anunciada subida de tasas universitarias para los no europeos, que pagarán diez veces más a partir del curso que viene, ha encendido las alarmas en Francia entre algunos sectores que consideran que el plan propone un modelo para atraer a los estudiantes más ricos y apartar a los más pobres. “Más que una política […]

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La anunciada subida de tasas universitarias para los no europeos, que pagarán diez veces más a partir del curso que viene, ha encendido las alarmas en Francia entre algunos sectores que consideran que el plan propone un modelo para atraer a los estudiantes más ricos y apartar a los más pobres.

“Más que una política educativa, se trata de una política de inmigración que esconde una lógica racista y clasista”, aseguró a Efe el sociólogo y profesor de la Universidad París VIII, Éric Fassin.

A partir del próximo curso, debido al plan bautizado como “Bienvenido a Francia”, los no residentes en el Espacio Económico Europeo deberán pagar 2.770 euros anuales por un grado y 3.770 euros por un máster o doctorado en la universidad pública.

El aumento, anunciado por el primer ministro francés, Édouard Philippe, equivale a un tercio del coste real de la formación y representa unas 10 veces más del precio actual para franceses y europeos (170 euros el grado, 243 el máster, y 380 el doctorado).

En su discurso, Philippe consideró “absurdo e injusto” que “un estudiante extranjero acomodado pague la misma cantidad que un estudiante francés poco afortunado cuyos padres residen, trabajan y pagan impuestos en Francia”.

Con este razonamiento, según Fassin, “se reclama justicia para los pobres al mismo tiempo que se los excluye del sistema en favor de alumnos más ricos”.

El Gobierno se fijó acoger a 500.000 estudiantes internacionales cada año de aquí a 2027, frente a los 300.000 que recibe actualmente, una cifra que sitúa a Francia como el cuarto destino mundial en acogida y el primero de habla no inglesa.

En declaraciones a Efe, la presidenta de la Federación de Asociaciones Generales de Estudiantes (FAGE), primer sindicato estudiantil del país, Orlane François, calificó la medida de “contradictoria”, puesto que “si sube el precio de la matrícula, se perderá a una parte de los alumnos internacionales”.

Por el contrario, la presidenta de la Conferencia de Grandes Escuelas, Anne-Lucie Wack, aseguró que “no se trata de basar la atracción en la gratuidad, sino en la calidad de la educación y de la acogida y en el porcentaje de inserción laboral”.

Esa organización, que agrupa alrededor de 200 escuelas especializadas con unos estrictos criterios de admisión, empezó hace dos años a establecer distintas tarifas entre europeos y extracomunitarios en algunos de sus centros.

Para compensar la subida, el Gobierno triplicará las becas a extranjeros, subiendo de las 7.000 actuales hasta las 15.000.

Para la FAGE, es un incremento insuficiente, porque considera que “solo beneficiará a los estudiantes con una situación muy frágil, mientras que dejará de lado a las clases medias”.

Además, subrayó que la precariedad ya afecta a muchos jóvenes internacionales. Un 67 % de los beneficiarios del proyecto AGORAé, con el que el sindicato ayuda a los más desfavorecidos, proceden de fuera de la Unión Europea.

La medida afectará particularmente a los universitarios africanos, casi la mitad de los extranjeros en Francia y la mayoría con menos recursos que sus compañeros de otros continentes.

El primer ministro anunció que la campaña de comunicación de “Bienvenido a Francia” se dirigirá principalmente a jóvenes de países emergentes como China, India y Vietnam y de países anglófonos de África subsahariana.

“No es casualidad que no aparezca ninguna antigua colonia francesa”, remarcó Fassin. Con respecto a estos países, Philippe apeló a la necesidad de apoyar a sus universidades nacionales.

Asimismo, sindicatos estudiantiles y docentes temen que la medida pueda abrir la puerta a un futuro aumento de las tasas a todos los estudiantes, como ya propuso un informe del Tribunal de Cuentas, rechazado por el primer ministro.

Encabezados por los sindicatos FAGE y Unef, 3.000 estudiantes se manifestaron el pasado sábado en una decena de ciudades francesas en contra de la subida anunciada.

Las facultades parisinas de Tolbiac y París III, dependientes de la Sorbona, fueron hoy bloqueadas por sus estudiantes, que expresaron su voluntad de hacer converger sus reivindicaciones con la del movimiento de los “chalecos amarillos”, que volverán a salir a la calle este sábado.

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