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Opinión

7 de Enero de 2019

¡The Clinic Reloaded!… o Cómo perforar por medio de la risa este Capitalismo hacendal

The Clinic en Chile, y no Carlos Peña y sus crónicas (menos Tironi), expresa en parte ese rasgo sano, que llamaría, ‘aristofanesco’ para denunciar y criticar lo que hoy acontece en nuestro entorno, esto es, el Capitalismo hacendal militarizado chapuza planetario y, a la vez, ‘chilensis’ y toda su fauna y corte que lo constituye; y, en ello, genera las posibilidades de una trasformación de la sociedad chilena.

Ricardo Espinoza Lolas
Ricardo Espinoza Lolas
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Creo recordar… que cuenta una hermosa e irónica leyenda  (además es muy antigua) que Platón al final de su vida leía feliz al comediante Aristófanes (leyenda, como se sabe, es interesante porque el filósofo no podría ser, al parecer, lector del comediante porque expresa radicalmente su antípoda). ¿Por qué el serio Platón lee al molestoso Aristófanes cuando está muy viejo? ¿Qué pasa con el gesto comediante de Aristófanes? ¿Es posible Aristófanes hoy? Y Nietzsche, muchos siglos después del griego, casi no concibe el mundo antiguo sin el satírico y sardónico y mordaz Aristófanes, incluso él mismo se comporta de esa manera en la Europa de su tiempo. ¿Por qué Nietzsche, en ese gesto grotesco de Aristófanes, no deja títere con cabeza en su crítica despiadada, caricaturesca y burlona tanto de instituciones como de personalidades de su época?

The Clinic en Chile, y no Carlos Peña y sus crónicas (menos Tironi), expresa en parte ese rasgo sano, que llamaría, ‘aristofanesco’ para denunciar y criticar lo que hoy acontece en nuestro entorno, esto es, el Capitalismo hacendal militarizado chapuza planetario y, a la vez, ‘chilensis’ y toda su fauna y corte que lo constituye; y, en ello, genera las posibilidades de una trasformación de la sociedad chilena. Este Capitalismo hacendal es, al parecer, casi imposible de desactivarlo, menos revolucionarlo: su mutación es radical, peor que el memorable T-1000 de Terminator 2 (Cameron, 1991) o el profundo Agente Smith de The Matrix (Wachowski, 1999). Estamos a 50 años de Mayo del 68 y el mandato capitalista ya ha mutado, por lo menos, 3 veces. Como he dicho en otras partes (libros, diarios, entrevistas, etc.) de un Mandato ¡Goce! de los 70 hemos pasado luego a un Mandato ¡Emprende! de los 90 y ahora en este Capitalismo que ya no es tardío sino Hacendal el Mandato es ¡Teme!

La Hacienda Capitalista con su nefasta ética militarizada y su horrorosa estética chapucera imprime en la subjetividad del tejido socio-histórico chileno (y diría planetario o, de cierto planeta por lo menos), por una parte, Temor a todo lo otro en tanto que Otro, desde ese otro que es uno mismo hasta ese otro dionisiaco que nos arrebata como acontecimiento que nos irrumpe existencial y políticamente (y nos despedaza esa cárcel ideológica que nos oprime para liberarnos y así lograr vivir en comunidad) y, por otra parte, en esa subjetivación no solamente un ‘negacionismo infantil’ de creer que se puede decir cualquier cosa y dar verdad a lo impresentable, como validar una dictadura (la de Pinochet, la de Franco, o la que sea), sino que además se miente de forma realmente estúpida, sin el menor pudor alguno y pasando el límite de entendernos como ‘animales superiores’ y volviéndonos en monstruosos simulacros de lo humano. Algo así como Píndaro, el poeta, señalaba como ‘sombras de vida’; yo digo zombis en mi libro Capitalismo y empresa. Hacia una Revolución del NosOtros (Pascal, 2018).

Ante ese ¡TEME!: ¿qué hacer?, que lleva dentro de sí el gozar y el emprender, pues hoy se goza emprendiendo y capitalizando todo (desde uno mismo a los amigos y todas las zonas de la realidad), pero en la seguridad total que me otorga la Hacienda y con ello, eliminando cualquier elemento nocivo o tóxico que genere molestia o miedo (o perjudique el negocio capitalista), y repito qué hacer ante ese ¡TEME! para que la tragedia no se vuelva nuevamente a lo largo de la historia reciente en una farsa necesaria (Hegel-Marx dixit) o que la revolución fallida no devenga fascismo (Benjamín dixit); y fascismo 2.0 o del siglo XXI, esto es, votado por millones y querido por multitudes en todas partes (USA, Brasil, Italia, etc.). Porque está claro que no se trata simplemente de que el gobierno de turno, o el conglomerado que ha gobernado por años o décadas, o eso que se llama socialdemocracia, o ‘izquierda’ (que es un significante que no dice nada muy concreto o real, no tiene ni relato, pero que sí utiliza el conservador y/o liberal para señalar como culpables al progresista de su mal manejo de la sociedad cuando gobierna, y que en verdad el término ‘izquierda’ solamente aparece en Wikipedia en la actualidad, pues no podemos pensar que Rusia o China sean de izquierda, sino formaciones hacendales capitalistas que luchan por la producción y distribución del capital; y en ello tratan de disputar todo territorio: empírico, virtual e inconsciente al Imperio de USA y sus asociados). Es obvio que no se trata de que Lula sea corrupto en Brasil o que Obama lo hizo mal en USA pues perdió demasiados puestos de trabajo o porque Italia ya no es lo que fue antes de la llegada de los inmigrantes; eso es tan falso como cualquier pos verdad de las miles que andan en las redes sociales (de las más estúpidas y que se creen, incluso sabiendo que son falsas igual operan y funcionan; por eso se ha buscado, por ejemplo, destruir a Camila Vallejos con tantas tonterías ya por años, pero no lo han logrado hasta ahora).

Como dice Zizek en sus tuits, y otros de NosOtros, al parecer no tratemos ya de transformar tanto la realidad (Zizek con su humor e ironía de siempre contra la Tesis XI de Marx, que es la esencia de la izquierda), pues como devino Capitalista hasta en el tuétano mismo de la sociedad, como casi una ontología, cualquier intento de transformar es horroroso porque en el fondo esa transformación se vuelve más capitalista (es cosa de pensar en el Gobierno de Lagos y vemos cómo su ‘transformación’ le dio más poder al capitalismo chileno, por eso los empresarios lo adoraban); y por lo mismo es tiempo de cierta interpretación crítica, de reflexión, de análisis, pero no solamente de la elite intelectual encerrada en sus despachos universitarios o en sus hogares, sino de reflexión revolucionaria entre todos y en todos los territorios (los virtuales son fundamentales). Y para que no devengamos en esta farsa necesaria del advenimiento de la subjetividad chapucera del fascismo a lo Bolsonaro, a lo Trump, es necesario que esa crítica por medio de todas las formas posibles, y en una era digital y de Smartphone seamos lo más inteligente para desmantelar y denunciar críticamente este acontecimiento hacendal con su mandato ¡TEME!; y en ello la reflexión crítica de la pluma  y/o trazo de la caricatura, de la dramaturgia, del arte, del happening, de lo ‘aristofanesco’, etc. se realice en todas partes: desde la familia a las instituciones burocráticas reproductivas de la Hacienda Capitalista. Hoy más que nunca se necesita el momento de ‘revolución critica’ en lo ‘aristofanesco’ para que realicemos el proyecto de una transformación del ‘nosotros’ hacendal en un potenciador NosOtros (el ‘nosotros’ ya no es suficiente, pues ahí se esconde una vació y neutral teoría del reconocimiento basado en un tiempo unilateral que nos despotencia nuestra capacidad revolucionaria, como diría Benjamin); y así no nos conformemos con esa democracia actual ya hipotecada y bien liquidada que se ha mutado como expresión actual de la Hacienda Capitalista.

The Clinic es parte de lo mejor de esa trayectoria que viene desde Aristófanes y que ha perforado al establishment ideológico por siglos; y no lo ha dejado tranquilo en ningún momento: como decía, no deja títere con cabeza, porque se trata literalmente de eso, de títeres que se esconden bajo la forma de grandes personalidades en el show ideológico del mercado que todo lo valoriza y capitaliza (en Francia pasa algo similar e incluso más radical con Charlie Hebdo; incluso los han asesinado por su expresión caricaturesca contra cierto Islam). Y en Chile se agencia  esta crítica aguda de la manera The Clinic. Chile es un país muy complejo por su carácter provinciano o isleño, vive siempre sumergido en su subjetividad desconectado del resto (cualquier resto) pensando que es el ombligo del mundo, pero como sabemos no es ombligo de nada muy bueno (sino de experimentos que han salido mal o muy mal por la ideología de derechas que la ha gobernado por años y, en especial, porque la dictadura de Pinochet de alguna forma triunfó y nos dejó instalados como modelos de capitalismo salvaje: desde la tristemente célebre AFP hasta la Isapre pasando por su modelos de impuestos, sus Fuerzas Militares represoras, sus universidades retail, su estructura unida política y empresarial, por todas las formas de encubrimiento y colusión institucional permanente que se dan para que todo siga siendo igual, la segregación, el clasismo, el racismo, el Gatopardismo es parte constitutiva de ese modelo de ser chileno, Lampedusa-Visconti se quedan corto en sus novela-film). Por eso es evidente que en Chile acontezca hoy obviamente el fascismo del siglo XXI y de forma rápida de la mano de J.A. Kast, Flores, Urrutia, Moreira, y un largo etc. Era lo que estaba latente en la tragedia provinciana chilena, incluso más allá de Pinochet; es anterior a la dictadura (y no es necesario leer a Salazar para saberlo), pero con ella se expresa en su totalidad, la esencia de Chile se presenta como es con Pinochet. Y por eso hoy se habla con orgullo del dictador.

El estilete de The Clinic ya por años y con sus memorables Portadas nos deja siempre a las puertas de visibilizar lo que no se ve o no se quiere ver o no se deja ver sea por el motivo que sea, y para ello se hace la operación de llevar al escaparate a eso políticamente correcto en su aparente objetividad y neutralidad; eso neutro que no es otra cosa que solamente la ideología rancia del establishment que busca pasar colada ante los ojos de todos y en ello así seguir operando en las sombra, en la oscuridad y el silencio. En cada Portada, en esas entrevistas, en esas crónicas, en estos artículos, etc. acontece la operación hegeliana de desmantelar negativamente lo que se cree que es naturalmente de una forma determinada, luego en esa exposición en el escaparate se muestra el show para todo eso que, como dije, nunca fue neutral, ni objetivo, ni científico, menos políticamente correcto y natural; y así viendo ese show a los ojos de la sátira y la caricatura podemos barruntar la afirmación, repito en medio de eso caricaturesco y negativo, vemos un sí creador junto a todos NosOtros de una posible revolución. Nos hace bien reírnos en esa denuncia severa.

Por lo menos una revolución que en las risas y carcajadas o en la ironía nos permite ver, mirar, barruntar, oler, etc. que eso objetivo no era sino pura chapucería; y de esta manera ya vamos poco a poco a saliendo de la caverna platónica de la ideología ‘chilensis’ de la Hacienda Capitalista con todos sus señores e inquilinos. Y en este proceso de desvelamiento se ve a estos personajes de este show en lo que son, desnudos y cómo meramente son:  personajes grotescos, de esperpentos, graciosos, ridículos, algo torpes, que no son más que ‘humanos, demasiado humanos’. Y allí ya se siembra o se origina un cambio, una transformación que a lo mejor desencadena algún tipo de revolución que perdure en el tiempo, porque es una revolución que pasa por todos NosOtros.

En estos tiempos que todo se nos hunde y que al parecer la confianza y la transparencia no vale mucho (no nos dice nada y solamente buscamos seguridad ante el ¡TEME!) y que eso que se llamó izquierda está totalmente diseminada, dando palos de ciego, reproduciendo lo que niega, perdida en la propia capitalización narcisa a lo Hulk; el caso de Podemos español es ejemplar porque no ha podido dejar de perder y perder votantes en España en la misma medida que la derecha liberal (Ciudadanos), conservadora (PP) y fascista  (VOX) se unen para empezar por el sur andaluz a gobernar y hegemonizar todo el país con su discurso banal y populista; al estilo del gurú de Steve Bannon, la derecha española avanza en la construcción de su electorado y lo genera con esas pasiones bajas de esos discursos incendiarios (en los medios de comunicación, redes sociales, etc.) y con rancios valores capitalista de la hacienda. Y por esto se hunde también no solamente el PSOE e IU, sino que Podemos se hunde por su propio peso ideológico trasnochado para no poder escuchar a su propio pueblo que al parecer busca otras cosas y no se deja representar por ellos mismos, bueno eso que pasa con Podemos ya le sucedió a Syriza en Grecia, en donde el proyecto ideológico llegó al poder y ganó las elecciones, pero que al cabo de unos meses y luego del plebiscito para no aceptar el tercer rescate, Tsipras realiza la traición pues no siguió la voluntad de los griegos y pactó con la troika (y Varoufakis renunció a su cargo de Ministro y se fue). Entonces ¿qué nos queda esperar? ¿AMLO en México? Y que si le va bien a AMLO, luego le van bien a todos, pero que si fracasa no solamente fracasa México, sino que fracasamos todos, porque vendrá un fascismo más radical para los mexicanos. ¿Y qué buscamos con Sanders en USA o Corbyn en UK? Lo que buscamos es bien simple, que ellos puedan salir adelante con sus proyectos sociales  y en co-diseño; y esto realizado en el mundo anglosajón capitalista soberano. ¿Será posible que el eje anglosajón del poder histórico del capitalismo se vuelva formalmente socialista o de ‘izquierda’, signifique esto lo que queramos entender? ¿Y qué pasa o pasó con el Frente Amplio chileno?; a veces ya hablo en pasado del FA, porque veo que reproducen lo mismo que niegan. Y que con ellos, los del FA se repite, lo que en todas partes se ha dado con una izquierda juvenil que quiere ser neuróticamente originaria, a-histórica y la verdadera izquierda ‘en sí’, esto es, comenzar con mucha fuerza buscando un electorado y luego de subir mucho en las encuestas, cae estrepitosamente porque la sociedad ya no les cree del todo; y este FA que acusa, y con total razón, de izquierda vendida al Capitalismo, o traicionera, a la socialdemocracia, pero incluso así, al parecer, el FA no puede dejar de reproducir lo mismo que acontece en toda la Hacienda Capitalista (es como un gran conglomerado instrumental que está para unirse contra algo, contra ciertos ‘malos’), porque esos jóvenes viven y han nacido allí en la Hacienda; y esto se da desde Revolución Democrática a ciertos Autonomistas y luego ¿Qué? ¿Qué nos queda?… ¿Qué?… Una revolución fracasada que deviene entonces en fascismo votado, en esta democracia involucionada que ya no significa mucho; una farsa chapucera a lo Trumputin que todos los días gobierna  con la violencia de la estupidez y la soberbia (y que otros líderes del planeta quieren imitar); en el caso de Trump su accionar: ya contra niños, ya contra migrantes, ya contra pobres, ya contra mexicanos, ya contra feministas, ya contra otros bloques capitalistas, etc. ¿Qué nos queda? Hoy en donde el asesinar y descuartizar a un periodista, ante la mirada de todos, se nos vuelve en algo natural, con la complicidad de no querer arruinar los negocios suculentos con los saudí y así nadie dice nada del príncipe Bin Salmán, bueno ante este horror y barbarie en pleno siglo XXI: ¿qué nos queda?; solamente rabia ante el sin sentido de la Hacienda, o ante el asesinato, o el encubrimiento de la Iglesia por décadas del caso Maciel, o en Chile del asesinato de Catrillanca por las mal llamadas Fuerzas del Orden (y patria); Fuerzas de represión organizadas políticamente por el gobierno de turno que se equivocó groseramente, pero que no destituyó a su Ministro del Interior Chadwick, porque él es fiel y amigo y pariente y asesor del presidente de Piñera, etc. ¿Qué nos queda? Para no caer en indignación improductiva o silencio cómplice o votación por lo peor para castigar al otro (en el fondo a NosOtros mismos), etc… ¿Qué nos queda?… ¿Qué?

Algo de sana caricatura, que nos sana el cuerpo y el espíritu, y que nos sana todas las semanas es el  The Clinic y junto con ellos (porque The Clinic debe ser entendido como un plural) otros medios como The Clinic y otros intelectuales o ciudadanos de a pie que por distintos medios de comunicación, de redes sociales, en sus propios barrios e instituciones donde trabajan o estudian, etc. buscan desmantelar en la ironía y la risa y caricatura eso que al parecer nos agobia radicalmente y nos hace sentir como modernos Sísifo, porque creemos y pensamos que no es posible cambiar nada de verdad. Pero se cambia y sí lo podemos hacer.  Y en eso los jóvenes lo hacen a veces muy bien; el movimiento feminista tiene mucho de eso; de alegría, risa, ironía, caricatura en su denuncia. Y jóvenes del FA, del PC y de otros movimientos y partidos están a ‘flor de piel’ dando la lucha, pero en el juego, en la burla, con cierto gesto a lo Cohn-Bendit, gesto contra institucional, contra patriarcal; viven en la creación, en la innovación, etc. y allí aparece lo mejor de Jadue, Vallejo, Cariola y de tantos jóvenes del Frente Amplio (de todas las regiones y ciudades) y de tantos jóvenes que no están en ningún movimiento ni menos en partidos, sino que en sus escuelas, liceos, barrios se mueven con su cuerpo sano para generar NosOtros como lo más simple, porque les nace, les emerge libremente en medio de estas cadenas hacendales. Y cuando digo jóvenes obviamente digo a jóvenes de vida joven, no a jóvenes necesariamente de poca edad (allí también hay muchos zombis), sino de espíritu jovial. Incluso envejecidos zombis  pueden ser sanados en la risa, en el juego, en el baile, en la caricatura y devenir agentes de cambio. ¡Ellos pueden!; solamente ellos pueden transformar la Hacienda Capitalista en una Revolución del NosOtros, Comunidad del NosOtros. Desde Playa Ancha a lo barrios de Punta Arenas (o de Arica) acontece una marea del NosOtros en la risa y en el juego; y eso es imparable.

Como pensaba Nietzsche la risa es una de las mejores armas revolucionarias de todos los tiempos; por medio de ella cae no solamente, por ejemplo, el gran  megalómano nihilista Wagner y su show ideológico de des-potenciar al alemán (de volverlo en un zombi del engranaje estatal de allí a la banalidad del mal de mediados del siglo XX y sus Campos de Exterminio era solamente un paso), sino que además cae y radicalmente toda la ideología que lo sostiene o que lo posibilitó.  En la risa se triza la Hacienda Capitalista; la risa se filtra por todas partes e inunda la Hacienda. Sin risa y caricatura no tendía sentido la vida.

ridendo dicere severum, Nietzsche dixit…

*Por Ricardo Espinoza Lolas es un académico, escritor, teórico crítico y filósofo chileno. Doctor en Filosofía por la Universidad Autónoma de Madrid y Catedrático de Historia de la Filosofía Contemporánea de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Entre los libros que ha escrito o coeditado destacan Realidad y tiempo en Zubiri (2006), Zubiri ante Heidegger (2008), Hegel. La transformación de los espacios sociales (2012), Flashback, miradas y gestos (2012), Realidad y ser en Zubiri (2014),  El cuerpo y sus expresiones (2014). Hegel y las nuevas lógicas del Estado, con Prólogo de Slavoj Zizek y Epílogo de Alberto Toscano (2016; Seg. Ed. 2017), Lacan en las lógicas de la emancipación (2018), Capitalismo y empresa. Hacia una Revolución del NosOtros, con Prólogo de Antonio Negri y Epílogo de Eugenio García (2018), Zizek reloaded. Políticas de lo radical (2018) y Aporías de la Democracia (2019).

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