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Mundo

30 de Agosto de 2015

Budapest y Viena investigan la muerte de 71 refugiados y aumentan controles

En el centro forense de Viena continuaban hoy las autopsias de los 71 cuerpos, probablemente de refugiados sirios y entre ellos cuatro niños, hallados el pasado jueves en un camión frigorífico abandonado en el arcén de la autopista austríaca A4.

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Las autoridades húngaras anunciaron hoy la detención de una quinta persona supuestamente implicada en la muerte de 71 refugiados en Austria, país que adoptó hoy medidas extraordinarias para combatir el tráfico de personas.

En un comunicado, la policía húngara informó hoy de la detención anoche de un ciudadano búlgaro que se suma a otros cuatro arrestados -tres búlgaros y un afgano- en el mismo caso, que están en prisión preventiva dictada ayer por un tribunal de Kecskemét, a unos 100 kilómetros al sur de Budapest.

Mientras, en el centro forense de Viena continuaban hoy las autopsias de los 71 cuerpos, probablemente de refugiados sirios y entre ellos cuatro niños, hallados el pasado jueves en un camión frigorífico abandonado en el arcén de la autopista austríaca A4.

Los investigadores deberán esclarecer el momento y lugar exacto de la muerte de las víctimas ya que, si se produjo en Hungría, como se supone hasta ahora, será la Fiscalía de Kecskemét la competente en el caso, pero si el lugar fue Austria se ocupará la Fiscalía de la ciudad de Eisenstadt, cercana a la frontera con Hungría.

De momento, la Fiscalía de Kecskemét se ha hecho cargo del caso al determinar la policía húngara que el camión con el grupo de refugiados sirios partió de esa localidad rumbo a Austria.

Sea como fuere, las autoridades de ambos países vecinos cooperan estrechamente en este caso que sacudió a la opinión pública mucho más allá de sus fronteras.

La ministra austríaca del Interior, Johanna Mikl-Leitner, anunció hoy medidas extraordinarias de control policial en carreteras y autopistas para luchar contra el tráfico ilícito de personas.

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“¡El mensaje es claro: no os podéis sentir seguros en Austria. Los traficantes criminales son capturados en Austria y terminan tras las rejas!”, dijo la ministra en un comunicado.

Advirtió además de la necesidad de cooperar internacionalmente ya que las redes de tráfico ilícito de personas están también organizadas de forma transnacional.

En Austria se sumó ayer el caso de una camioneta interceptada por las autoridades cerca de la frontera con Alemania, donde se encontraron 26 refugiados, entre ellos tres niños que fueron hospitalizados en estado grave por deshidratación.

Los refugiados procedían de Siria, Afganistán y Bangladesh y se encontraban confinados en un espacio angosto con poca ventilación.

La camioneta tiene matrícula de España, por lo que las autoridades austríacas pedirán la colaboración de las españolas para esclarecer si hay algún tipo de vinculación en el delito.

“El vehículo es un Fiat Ducato con permiso de circulación español”, dijo a Efe David Futner, portavoz de la policía del estado federado de Alta Austria.

“El conductor es un ciudadano rumano y no puede dar más información al respecto”, añadió.

Informó además de que los niños que iban en el vehículo ya están bien y los padres se los han llevado del hospital.

Tanto en Austria como en Hungría se espera un considerable aumento del número de refugiados que llegan por la llamada “ruta de lo Balcanes”, que pasa por Grecia, Macedonia y Serbia.

El Gobierno húngaro concluyó la construcción de una controvertida valla alambrada de metro y medio de altura a lo largo de su sureña frontera con Serbia con el fin de parar la inmigración.

Por ahora, los hechos demuestran que la alambrada no surte el efecto deseado y los refugiados la cruzan con relativa facilidad.

Hungría intercepta a diario a miles de inmigrantes y el Gobierno está a punto de adoptar castigos draconianos, de hasta cinco años de cárcel, por pasar la frontera de forma ilegal o romper la valla.

Mientras, Budapest continúa con la construcción en la misma frontera de una segunda valla, más extensa y de cuatro metros de altura, que espera terminar en noviembre.

La ola de refugiados también ha tenido como consecuencia que en los sobrecargados campamentos de Hungría aumenten las tensiones.

La gran mayoría de los refugiados, provenientes de países en conflicto, como Siria, Afganistán o Pakistán, no quieren quedarse en Hungría, sino seguir hacia los países más ricos de la Unión Europea.

Un centenar de refugiados protestaron este fin de semana en la estación de trenes Keleti de Budapest, pidiendo que las autoridades que les faciliten seguir rumbo a Alemania.

En lo que va de año, Hungría interceptó a más de 140.000 personas que entraron en el país de forma ilegal.

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