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Opinión

21 de Febrero de 2009

Miguel Morales, expareja de una nieta de Lucía Hiriart: “En esa familia están todos rayados”

Miguel Morales, golpeado por la nieta de Pinochet. Cuando la conoció en 2001, ella se presentó como Verónica Molina, y sólo a los dos meses, “cuando ya me tenía engrupido” dice Miguel, le confesó su primer apellido: le dijo que su tata era Augusto Pinochet y su nona, Lucía Hiriart. Duraron siete años, la mayoría […]

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Miguel Morales, golpeado por la nieta de Pinochet. Cuando la conoció en 2001, ella se presentó como Verónica Molina, y sólo a los dos meses, “cuando ya me tenía engrupido” dice Miguel, le confesó su primer apellido: le dijo que su tata era Augusto Pinochet y su nona, Lucía Hiriart. Duraron siete años, la mayoría muy tormentosos, y tuvieron una hija por la que hoy Morales pelea la custodia. Cansado de los golpes, de mantenerla, de que ella le enterrara un chuchillo en el brazo y le destruyera la camioneta de su trabajo en una empresa de paisajismo, se decidió a destapar la olla y contar cómo es el clan del dictador: “están todos enfermos” y “sólo les interesa la plata, la plata, la plata”.

Por Franco Barbato • foto: Cristóbal Olivares

¿Cuándo la relación se empezó a poner violenta con Verónica?
-Del 2003 en adelante, como al segundo año de relación. Lo peor de todo es que le pegó a mi hermana en su propio departamento. Al principio la relación era buena, después se echó a perder.

¿Hacía escándalos en público?
-Por supuesto, en todos lados. Ha ido a todas las empresas en que he trabajado a hacer show. Inventa cosas… Por eso es que estoy tomando abogados. No quiero mala onda ni nada, pero tampoco que se meta en mi vida. Pido la tuición de mi hija y medidas cautelares: que no se acerque nunca más a mi persona. Imagínate tú que yo vaya a buscar a la niña por una visita y ponte tú que me ponga un balazo.

¿La cree capaz?
-Por supuesto. O que me haga tira la camioneta. Tengo miedo de ella.

¿Quiere que Verónica nunca más vea a su hija?
-Sí la puede ver. Pero aquí el tema es que hay una niñita que está sufriendo. Tiene 7 años y todavía se hace pipí, usa pañales. Ella ha sufrido mucho, porque imagínate todos los atentados que hace ella (Verónica) y anda con la niña. Ella anda robando en los mall, anda sacando las muñecas.

¿Quién, la niñita?
-No, la Verónica. Ella vive en Huechuraba y siempre iba al Mall Plaza Norte a hacer cosas. Yo le decía: “te van a pillar algún día y te van a meter presa”.

¿Qué robaba?

-Por ejemplo carteras, cosas básicas para mujer. Llegaba y yo le decía: “¿y eso dónde lo compraste?” y me respondía: “Lo saqué del mall”.

Su última pelea fue porque le pidió plata para la peluquería y usted le dijo no.
-Es que son varias cosas. Son los celos, su celopatía. Lo mejor que puede hacer su familia es internar a esa cabra en una clínica porque se va a meter en un forro grande. No conmigo, puede ser con otra persona. Ahora tiene problemas con el propietario de una casa que le arrendé porque no se quiere ir, se quiere quedar ahí. No ha pagado el arriendo y yo no lo voy a seguir pagando. ¿Te imaginai? ¿Cómo lo voy a seguir pagando después de todo lo que me ha hecho?

¿Ella no trabaja? ¿depende 100% de usted?
-Claro. Y la abuela, que es una mentirosa, dice que la ayuda… Puras mentiras. ¡Pura gente mentirosa!

¿Se refiera a la abuela por el lado de los Pinochet o los Molina?
-A la Lucía. Con los Molina no hay problema. A los Pinochet no los conozco a todos, pero la abuelita es una mujer que ha mentido toda la vida y sigue mintiendo. Yo hablé con ella por teléfono, hablé tres veces, habló hasta mi mamá con ella para que se llevara a la Verónica.

¿Ve a Verónica muy desorientada y perdida por la vida?
-Total. Imagínate que después que murió su abuelo estuvo internada en una clínica siquiátrica. Yo le decía que no diera pie para que la gente hablara mal de ella, que no anduviera peleando por la calle.

¿Ella toma ravotril?
-Toma cualquier cantidad de medicamentos.

¿Cómo era enfurecida,? ¿le tiraba los platos por la cabeza?
-Me enterró hasta una cuchilla en el brazo izquierdo. Eso tampoco lo denuncié. Lo hice por mi hija, pero al final esto pasó a mayores. El papá (Augusto ll) tampoco nunca se metió. Yo hablé con él y le dije: “don Augusto, su hija está enferma”. Ahí la pescó y la internamos en una clínica, porque intentó suicidarse. El papá es una excelente persona, aunque esté rayado. Cuando se murió el abuelo, ella se tomó no sé cuántos medicamentos. Un día la pillé y ahí llamé al papá. Después hablé con la abuela y ella me dijo: “por favor, yo no quiero que salga esto en la prensa”. Lo único que le interesa es la prensa, el qué dirán.

¿Le interesaba relacionarse con los Pinochet?
-No, porque no son de mi agrado. Cuando conocí a la Verónica, me mintió. Me dijo que se llamaba Verónica Molina y después de dos meses supe que era Pinochet… cuando ya me tenía engrupido, jajaja.

¿Lo invitaban a las comidas familiares?
-No, porque el papá de la Verónica me dijo que tratara de no conocer a la familia porque con la familia no pasaba nada.

¿Son muy herméticos los Pinochet?
-Son desunidos. No hay unión, no hay familia, no hay nada. Todo es plata, plata, plata, plata. Nada más.

LOS LOCOS RAYADOS

¿Cómo conoció a Verónica?
-Lamentablemente, por el destino. Fui a un restaurante en Vitacura con un amigo y estaba ella ahí con la cara de mosca muerta, porque tiene una cara de mosca muerta… Se hace la que no quiebra un huevo.

¿Nunca le mostró las garras?
-No, las mostró después y el primer marido que tiene, que se llama Marcelo, la pasó mal po, porque en ese tiempo estaba este viejo en el poder. Ella es peligrosa.

¿Por qué eran sus prinicipales problemas con ella?
-Por enfermedad, una enfermedad que siempre la ocultaron, porque son todos enfermos en esa familia, están todos rayados. Por ejemplo, el cabrito que es hermano de ella le pegó alguien en una discotec. Y esta cabra (Verónica) también ha tenido cualquier atado. Pero yo no voy a dar el brazo a torcer, porque hay muchas cosas entre medio: está mi integridad, mi trabajo, están mis otras dos hijas y mi hija con ella, la chiquitita.

¿Nunca sospechó que podía ser una mujer violenta?
-No. Pero ella tiene algo como de su mamá. Su mamá es violenta. Acuérdate que le metió un tiro a su esposo (Augusto Pinochet Hiriart).

¿No le parece coincidente que la que le dio de golpes haya sido la nieta de un golpista?
-Yo creo que están erradas las cosas, porque si yo soy nieto o familiar de una persona y creo que hizo bien las cosas, actuaría bien en la vida. No imponiendo el temor y la agresividad. Mira, de toda esta familia, dime tú si hay alguna persona que valga la pena. Ninguno, por ejemplo, es abogado o titulado. Imagínate que el hermano de la Verónica (Augusto lll, el nieto que cuando era militar hizo un encendido discurso en el funeral de Pinochet), es jefe de los guardias de la Municipalidad de Providencia. Son gente mediocre.

¿Y la familia no ayuda a Verónica económicamente?
-No. Mira, el abuelo le compró una casa, pero la abuela no le pagó el dividendo, por lo que la casa se la remató el banco. Y ella no tiene donde vivir. La abuela no le pasa ni uno. La Lucía es mala con su nieta.

PELEADORA

Dijo que Verónica estaba loca, ¿cuánto pesa su apellido en este descalabro?
-Yo creo que es un tema individual de ella. Si tú te das cuenta ¿quién ha salido a defenderla después de todo esto? Nadie. Ni siquiera el padre. Es porque saben cómo es ella: ha peleado con el hermano a combos, ha peleado con su otro hermano, ha peleado con su tía Jacqueline…Y yo el tonto me metí ahí, imagínate. Pongámosnos en la situación que hubiera estado este caballero (Pinochet) en el poder… ¡yo estaría desparecido!

¿Presenció alguna pelea familiar?
-No. Solamente lo que Verónica me contaba. Es que ella es manipuladora, te puede hacer llorar. Pero yo ya me aburrí con el tema. Entre hoy y mañana tiro la querella en su contra. Si la Verónica no es nadie. ¿Quién es? Es la nieta de un caballero que no fue ni Presidente de este país, porque los Presidentes son Frei, Aylwin, la señora Bachelet…

¿Qué siente hoy por Verónica?
-Lástima y pena.

¿Se quiere vengar de ella?
-No. Yo quiero estar tranquilo, estar con mi hija y que ella pague los daños que hizo, porque no es llegar y hacer tira un vehículo. Ese vehículo es de la empresa, no es mío. La era Pinochet se acabó. Verónica Pinochet Molina es una persona común y corriente y todavía está prevaleciendo el apellido para Carabineros e Investigaciones.

¿Y cómo fue la reacción de carabineros cuando ella alegó que era nieta de Pinochet?
-El paco se asustó al tiro. Le pasó el carnet y le dijo que se fuera. Pero ella abusa de su apellido. Hace prevalecer que es Pinochet y los carabineros le tienen miedo.

¿Cree que las instituciones aún le temen a los Pinochet?
-Creo que todavía hay mano negra y oscura en la justicia. ¿Querís reírte? El otro día encontré en la casa de ella una foto mía dada vuelta en un vaso con líquido azul. Le hace a la brujería’, a la magia negra.

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