(Archivo The Clinic) La encantadora aristócrata que se pasó a su clase por la raja

“Su delito fue transgredir los cánones morales y sociales de la conservadora sociedad de su época y de su clase burguesa. Su pecado, buscar espacios para la libertad de amar, conocer, liberalizar lo sexual, viajar, consumir drogas, escribir y morir”, dice Ruth González-Vergara, autora de la biografía “Teresa Wilms Montt, un canto de libertad”.