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Cultura

24 de Julio de 2009

Laurita Rivas Vial (91), costurera top: “El papá de Piñera era potón”

Por

POR MACARENA GALLO • FOTO: ALEJANDRO OLIVARES

Durante toda su vida se ha dedicado a la alta costura. En los ‘70 se hizo conocida por ser la representante de Nina Ricci en Chile y ser la modista personal de Lucía Hiriart en plena dictadura. “Le daba con usar escotes, siendo que se veía mal porque era pechugona”, lanza sobre la viuda de Pinochet. La tía abuela de Rafael Gumucio, se refiere aquí a la candidatura de su otro sobrino nieto, Marco Enríquez Ominami, habla de su esposa Karen Doggenweiler y de paso de Piñera y Martita Larraechea.

¿Qué piensa que su sobrino nieto Marco Enríquez Ominami esté de candidato presidencial?
-¡Me encanta! ¡lo adoro! Lo encuentro estupendo, buenmozo, atractivo. Yo creo que esta vez, Marco va a estar asomado pero para la otra va a salir Presidente. Ahora nica. ¡Pero te lo doy firmado que va a salir Presidente de la República de Chile la próxima vez!

Tiene bien puesta la camiseta por él.
-Es que es encantador. Fuera de que es talentoso y bien documentado, es bien mateo. Es liviano, fresco, una persona abierta.

Él está a favor de legislar sobre la marihuana y el aborto.
-Está bien, fíjate. Lo único malo es que no nos gustó que se haya casado con Karen. Es una mujer separada.

…¿No le cae bien ella?
-No. A ella no la conozco. Me gusta más él que ella. Pudo haber sido mejor. Él es inteligente y la Karen, una muchacha separada…

Pero usted también se separó y volvió a rehacer su vida como tengo entendido…
-Sí, pero no me casé de nuevo como ella. ¡Estái loca! Si el matrimonio es para una sola vez y eso basta. Me casé una vez, me rejunté dos más pero así nomás, al de por ver. Tuve varios pretendientes porque era una mujer bien entretenida e independiente. Ningún hombre me mantenía y conmigo no tenían el cuidado de andar escondiendo su billetera…. Es que yo me casé vieja, a los 28 años, y tenía mis ahorros cuando lo hice. No entiendo para qué apurarse tanto con casarse.

La deben haber molestado por casarse tan vieja.
-Claro. Pintaba para ser solterona. Y de hecho, casada por la ley, duré como cuatro años no más. Siempre me dio lo mismo lo que pensara la gente. Nunca he sido beata ni tampoco suelta de cuerpo. Sólo que no pintaba para estar casada obligadamente. Siempre te van a estar criticando por cualquier lesera. A mí nadie, por supuesto, me aplaudió cuando me separé. Me criticaban, era una niñita ubicada, supuestamente formando una familia, entonces tenía que estar casada para toda la vida. ¿Y si no quería eso? No sacaba nada con sacar todo a la fuerza. Así que terminé haciendo lo que me dio la real gana.

Tampoco tuvo hijos.
-Es que no se dio no más. Tuve hartos hermanos chicos, que eran casi mis hijos… Claro que es bonito tener hijos. Por ejemplo, mi mamá tuvo ocho hijos y no alcanzaba de bajarse de la cama cuando ya estaba esperando otro. ¡Pero eso no era para mí! Con decirte que yo con mi hermano mayor no alcanzamos a tener un año de diferencia. ¡Una locura! Bueno, pero a mi mamá le gustaba el cuento de acostarse con mi papá.

Jajaja. ¿Y usted cómo se cuidaba para no tener hijos?
-Tomando pastillas anticonceptivas, como todas las mujeres, po. Se habla tanto del tema ahora: que si la mujer debe o no tomar la famosa píldora del día después. Uno mejor que nadie sabe cuidarse y por eso mismo uno es dueño de esa parte del cuerpo. Deberían entregarla y que la mujer maneje su esqueleto. Encuentro que es una falta de respeto meterse en temas que incumben solamente a la mujer y a nadie más. Mi mamá fue una mujer linda, con un esposo bien rico, un poco despreocupado eso sí, pero con el que pudo tener hijos como loca. Porque tenían la plata para hacerlos. Pero no todos tienen la suerte que tuve yo.

¿Qué piensa que la Iglesia se meta tanto?
-Mira, yo soy católica romana, pero soy de las que no va a misa. Y si le hemos dado tanto poder a la Iglesia, hay que asumirlo…Chile al final de todo es católico. Todas las grandes ceremonias tienen que ser en la catedral. ¡Hasta los Presidentes que no son católicos tienen que ir a misa por protocolo! Porque, dime tú, ¿qué tiene que hacer Bachelet en una misa si no es católica? Está ahí y le da la mano al curita… Entonces, que no se vengan a quejar si después prohíben la pastilla.

“JUANITA MOCO”

¿Cuál es su panorama de la moda actual?
-La moda siempre ha sido linda. Lo que pasa es que las mujeres que la llevan, no la saben ocupar. Todo el asunto pasa por saber combinarla bien. No sacas nada con tener un vestuario sensacional, si tú no sabes ocuparlo. Porque al tiro te pones fuera de foco. Entonces, siempre he dicho que las personas más críticas son los niños. ¡Uhhhh, ellos son tremendos! Porque te dicen cuando te ves mal: “¡ayyy, mamá, yo no voy con Juanita Moco vestida así! Son tremendos. Yo fui la segunda de ocho hijos y tuve una colección de hermanos chicos que eran terribles.

En ese sentido, ¿cómo ve a los diseñadores actuales?
-Tremendamente mal. ¡Un espanto! Le faltan el respeto al público y para qué decir la gente que se viste como para ir al mercado. No te voy a decir que le voy a faltar el respeto al mercado, claro, es sensacional, pero la gente se viste con una ensalada de colores, todo mal combinado. ¡HORRIBLE! Tampoco entiendo a los jóvenes cómo se visten. Andan vestidos para la fiesta de disfraces. ¡ES-PAN-TO-SO! A la moda le falta sencillez. Y a las personas, saber vestirse en el momento oportuno y a la hora adecuada. No sacai nada con tener un tremendo vestuario si no te lo sabes poner. Hay que ser ubicado y tener un buen sentido de la estética. No sé por qué a la gente le da con seguir la moda. No son capaces de buscar su propio estilo. Eso lo encuentro tremendamente mal.

A la Presidenta Bachelet siempre se le ha criticado por su estilo.
-Ella está en otra. Así que no se preocupa de vestirse bien. Y es con toda razón. Ella está dirigiendo el país y no tiene tiempo para elegir su vestuario. A mí me gusta ella. Es una mujer que tiene una cultura general. Ella, exiliada, en Europa se defendió de manera brillante. Domina todo. Es inteligente. Esta criatura no se mata por el vestuario. Disculpa, pero haré una comparación bien fuerte: la Martita Larraechea, la mujer de Frei, tiene mejor facha que ella. La Martita vive pendiente de ella. Se mandaba a hacer siete vestidos semanales con unos amigos diseñadores, los Click, cuando era Primera Dama. Vive no te digo que sobrevestida, pero demasiado preocupada. Y eso está mal. No es bueno caer en los extremos.

¿La ve nuevamente como Primera Dama?
-Mmmm, no sé. Insoportable ella. Su papá era un caballero que tenía dos o tres hijas. Cuando se murió ese caballero, la Martita se vino a Santiago y entró a trabajar como una corriente mujer a la Copec. Era el lugar donde entraban las niñas que no tenían profesión. ¿Dónde trabaja la Juanita Moco? ¡EN LA COPEC! Ahí conoció a Frei…

¡No le creo!
-Eso todos lo sabían Después de conocerlo a él se puso bien refinada. Antes era una Juanita Moco nomás.

¿Y Piñera le tinca?
-¡Me carga! Se siente Presidente de Chile y no le ha ganado a nadie. Yo no voy a votar por él, ¡nooo! La mamá de él, la Picha, era un plomo, pesada…Yo era muy amiga del papá, José. Ése era simpático. Un tiempo largo en el que viví en Estados Unidos, me lo encontraba allá cuando iba de viaje. Siempre andaba con un atado de diarios debajo del brazo y todos pensaban que los tenía porque era culto y le gustaba leer. ¡Y noo! Era porque José Piñera tenía un gran poto, bien potón, y entonces cuando se sentaba hundía los sillones. Y para afirmarse, colocaba todos esos diarios.

LUCÍA, LA PECHUGONA

Usted vistió a la Lucía Hiriart en plena dictadura…
-¡Uuyyyyy! Sí. Ella no tenía muy buen gusto. Abusaba del recargo… Es que la Lucía siempre ha sido bien mazetota, una mujer fuerte de naturaleza y contra eso es difícil luchar. Yo le hice muchos vestidos. Era una mujer preocupada de la vestimenta. Era arrogante, llegaba con sus guardespaldas en una chorrera de autos y para qué tanto. Si yo no le iba a hacer nada. A ella le gustaba todo el aparataje. Era insoportable. Había veces que me tenía la mañana entera, la tarde entera y todo el día entero para que le cosiera un vestido! Le gustaba demorar a la gente y hacer notar su autoridad.

Debe haberle costado a usted darle en el gusto…
-Es que para qué estamos con cosas: la Lucía no es una mujer muy agraciada. Yo le aceptaba sus cosas porque era mi clienta. Es que tenía muy mal gusto. Le daba con usar escotes, siendo que se veía mal porque era pechugona y tenía los brazos muy gruesos, con unos tutos que salían a la vista. Yo, disimuladamente, trataba de meter mi cucharita para que se pegara la cachada que se veía mal. Dentro de todo era obediente, pero le costaba.

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