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Opinión

3 de Julio de 2011

Claudio Borghi: “No le voy a preguntar a un jugador si culió anoche”

Fue campeón del mundo en México’ 86 y en algún momento lo consideraron el sucesor de Maradona. No nombra a Carlos Menem ni en broma y cuando alguien se lo menciona se agarra los huevos. Aquí, el “Bichi” explayándose sobre mujeres, política y farándula años antes, cuando aún no llegaba a la selección chilena.

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Por Álvaro Peralta Sáinz / Fotos: Archivo The Clinic

-Cuando eras muy joven se te catalogaba como el sucesor de Maradona.
-Son cosas que dice la gente. Eso se dio porque en 1981 Diego fue vendido a Boca Juniors y yo -con diecisiete años- empecé a jugar en el puesto que dejó (en Argentinos Juniors). Ahí automáticamente la gente empezó a decir que yo era su sucesor. Pero estaba claro que yo no podía hacer todas las cosas que hacía Maradona. De repente escucho a gente que me dice que yo fui mejor… ¡Mentira hueón, yo sé que no fui mejor que él!

-Jugar con ese título debe haber sido como entrar con una mochila con piedras a la cancha.
-Eso le ha pasado a todos los “diez” que hemos venido después que él. Pero yo no tenía las características de Maradona, ni siquiera nos parecíamos físicamente. Yo era flaco y grande y él era gordo y chico.

-Después, en el Mundial de México 1986, fuiste su eterno suplente.
-Sí. Ahí yo estuve en la banca, esperando que el hueón jugara mal, pero nunca jugó mal el hueón en todo el mundial.

-¿Es verdad que viendo una foto del equipo argentino de ese Mundial, tu hijo reconoció a Maradona y no a ti?
-Sí, es verdad. Esas cosas pasan con Diego. Mi hijo lo vio y lo reconoció al tiro. En esa foto yo aparezco al lado de Maradona, pero mi hijo no me dio ni bola… Algunas veces no tengo claro si soy más importante por lo que jugué o porque jugué al lado de Maradona.

-¿Tienes todavía algún tipo de contacto con Maradona?
-No, es que no voy con la edad ni con el estilo de vida de él. Aparte que después los equipos se desarman y no existe un vínculo muy grande.

-¿Pero nunca fuiste amigo suyo?
-No, somos muy diferentes como para ser amigos. Le tengo una gran admiración, conozco a toda su familia, pero no soy su amigo.

LA POLÍTICA Y CHILE

-A ti te compró el Milan de Silvio Berlusconi, que vendría a ser como el Sebastián Piñera de Italia…
-Piñera no tiene relaciones con nosotros, no tenemos contacto con él. Yo no sé si la cantidad de acciones que tiene le dan derecho a estar en el directorio.

-¿Pero no crees que ambos se parecen un poco: metidos en el deporte, la política y la televisión?
-Bueno, Berlusconi fue primer ministro italiano, que es distinto al caso de Piñera. Pero yo a Berlusconi lo conocí como dueño del Milan y de cinco canales de televisión. Y con mucha plata. No alcancé a tener contacto con el Berlusconi político… capaz que hubiera tenido problemas, porque él es de un partido de derecha.

-¿Por qué, te sientes más cercano a la izquierda?
-Sí, mi vieja siempre me decía que no sabía si yo era izquierdista o idealista. Lo que pasa es que en la Argentina no está tan claro qué es la izquierda y qué es la derecha, no tan marcado como está aquí en Chile.

-Es que el peronismo abarca varias corrientes políticas.
-Claro, a gran parte del espectro político. Pero yo siempre voté en Argentina al radicalismo, no porque fuera radical, sino porque soy anti peronista. Hacía cualquier cosa para que no ganara el peronismo.

-¿Qué te parece Bachelet como presidente?
-Me gusta porque es de izquierda, aunque no creo que haga un gobierno tan bueno como el de Lagos. Pero de todas maneras yo la voy a apoyar.

-¿Cómo viste todo lo que pasó con los escolares?
-Me gustó mucho. Incluso creo que aflojaron demasiado rápido… Mirá, yo sé que hay gente que va a decir: “¿Y este hueón qué opina si es argentino?”, pero yo llevo catorce años aquí, pago mis impuestos y le tengo respeto a la bandera. Más encima tengo hijos chilenos.

-Llegaste a Chile en 1992, ¿qué fue lo que más te sorprendió?
-Qué el 11 de septiembre de ese año me tocó ver a gente que salía a las calles a recordar el Golpe de Estado de Pinochet, a celebrarlo. Eso me impresionó mucho. Porque en mi país no pasa eso, incluso hoy en día allá hay militares que si salen a la calle los destrozan.

-¿Ha cambiado mucho desde entonces?
-Sí, muchos cambios. La economía ha mejorado mucho, aunque no sé para qué lado se ha ido la riqueza. No lo tengo muy claro, pero me parece que ha ido más para arriba que para abajo. Ese es el gran problema de Chile, que todavía es un país muy injusto. Porque cuando uno recién llega acá se pasea por La Reina, Las Condes y el Parque Arauco; pero después con el tiempo uno empieza a conocer los otros barrios y se da cuenta que todavía le falta mucho al país. Y es complicado, porque este es un país muy dividido entre los que tienen y los que no tienen.

MENEM

-¿Es cierto que no te gusta nombrar ni que te nombren a Carlos Menem?
-Ah, no, no, no. (Mete su mano derecha debajo de la mesa y se queda en silencio un momento). Disculpa, pero me estoy tocando los huevos, hay que tocárselos cuando lo nombran. Pero no lo nombrés más, porque me paro y me voy.

-¿Cómo tanto?
-Es que él le hizo mucho daño al país. Yo reconozco que él fue un tipo que sufrió en la dictadura militar, que estuvo preso y todo. Pero después en sus dos períodos de gobierno hizo vivir al país en una burbuja, en una realidad que era falsa. Mucha gente quedó mal y perdió mucha plata con todas las macanas que él hizo… Resulta que se dedicó a llevar una vida de playboy, cuando en realidad era el presidente de una nación. Y cuando se fue llegaron heredados todos sus problemas a De la Rúa… Quedó mucha gente damnificada. Hasta yo perdí plata con el corralito.

-¿Tenías plata en el banco en Argentina?
-¿Me vas a creer? Debo haber sido el único hueón que sin vivir en Argentina tenía plata allá. Y la perdí. Pero yo soy joven y puedo salir adelante con mi trabajo. En cambio mi vieja y mi suegro no, tenían la guita ahí para la vejez y quedaron en pelota. Y eso es culpa de él… Es que hizo mucho daño.

-Y ahora te lo topas en Chile…
-Sí, pero yo estoy trabajando acá. Él se pasea como si no hubiera hecho nada, como si no tuviera ninguna culpa por lo que pasó en Argentina. Además, dice que gana poca plata pero tiene un avión privado. (Hace una pausa y luego lo nombra por única vez en toda la entrevista:) Menem nos vio los huevos a todos.

COLO COLO Y EL SEXO

-¿Por qué crees que los periodistas quieren conversar contigo siempre después del entrenamiento de Colo Colo?
-Es que estoy en el equipo más popular del país y por eso todo el mundo quiere saber lo que pasa aquí. Colo Colo genera noticias cuando gana y cuando pierde. Más encima, hay prensa que anda en busca de otras cosas, porque Colo Colo no sólo vende por el fútbol. Vende también por los problemas internos que pueda tener o por la salida nocturna que algún jugador haya tenido.

-Han estado encima de eso en este tiempo…
-Claro, de pronto acá se ha sabido sobre el lío de algún jugador y llegan a los entrenamientos la gente de CQC, de SQP; qué se yo. Y tú sabes que no vienen a hablar de fútbol. De hecho a veces llevo media hora atendiendo a la prensa y no me han hecho una puta pregunta de fútbol. Sólo me preguntan sobre la salida de éste o lo que hizo aquél. Y dar explicaciones sobre terceros es muy complicado.

-¿Tú no te metes en sus vidas mientras rindan en la cancha?
No mientras me rindan, es que no me corresponde meterme en sus vidas. Y menos en temas de cuándo y con quién tienen sexo.
La Cuarta le dio duro a Humberto Suazo. Lo pusieron en portada con esas cosas. ¿Te molesta?
No. Pero me da pena que esas cosas privadas salgan en la tapa de un diario. Yo llevo veintidós años con mi mujer y jamás he dicho cuántas veces hago el amor con ella. ¿Me entendés?

-Pero igual debe ser complicarte.
-Es complicado porque los periodistas vienen a preguntarme a mí acerca de esas cosas. Lo que pasó con Suazo fue que apareció una chica (Mariana Cuesta), que es compatriota mía, diciendo que salía con dos jugadores de Colo Colo. Lo único que yo me limité a decir es que me parecía que eso hablaba mal de la chica, no de los jugadores.

-¿Por qué?
-Porque no se ve bien que una mujer ande con dos hombres al mismo tiempo. Pero más allá de esa declaración yo no me he metido más en el tema. Porque imagínate, no voy a llegar por las mañanas a los entrenamientos y le voy a preguntar a un jugador: “¿Culiaste o no culiaste anoche?”.

-¿Por qué crees que aparece tanta mina que quiere estar con futbolistas?
-Es que creo que muchas de estas chicas necesitan agarrarse de alguien para dar que hablar y así hacerse conocidas. Utilizan cualquier método para esto. Pero a ellas tampoco las voy a juzgar yo, cada uno hace con su culo lo que quiere.

-¿Pueden salir los futbolistas de noche?
-Claro, de martes a jueves pueden hacer una vida completamente normal. A los días cercanos al partido tienen que cuidarse un poco más. ¡Si todos tenemos derecho a divertirnos! Hay gente que piensa que algunas cosas son malas de hacer solo para los futbolistas, y eso no puede ser. Es como si yo estuviera en una casa de putas y de repente me topo con uno de mis jugadores y le digo que cómo se le ocurre estar en ese lugar. No tengo ningún derecho, si yo estoy en lo mismo.

-¿Es malo para los jugadores tener sexo antes de un partido?
-No, lo malo es tener sexo después de los partidos, porque te produce un gran desgaste físico. Pero antes no hay ningún problema. Además, el jugador de fútbol es una persona entrenada físicamente, con mucha fortaleza. Un futbolista es capaz de hacer un par de cosas en la cama que ni tú ni yo podemos.

-¿La falta de sexo también puede ser mala para los futbolistas?
-Eso es muy malo, pero para cualquiera, no solo para los futbolistas. Creo que nadie puede estar sin tener relaciones sexuales.

-¿En tus tiempos salías a carretear por ahí?
-A mí nunca me vieron en una discoteca, pero sólo porque no me gusta bailar. Yo siempre he preferido ir a un bar y tomarme unos tragos. Además, es muy relativo eso de qué es hueviar y portarse mal.

-¿Cómo?
-Lo que pasa es que uno vincula a la noche con el hueveo. Pero -por ejemplo- yo esta noche me voy a juntar en casa con unos amigos. Vamos a jugar dominó, conversar y tomar algo. Probablemente me voy a acostar bien tarde, pero como nadie me va a ver haciendo esto porque estoy en mi casa, nadie va a poder decir que estuve hueviando. Pero si esto mismo lo hago en un bar de calle Suecia, que no tiene nada de malo, me cuelgan.

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