No es alto ni musculoso. A simple vista nada pareciera decir que se gana la vida prestando el poto o chupándosela a hombres que le pagan por hacerlo. Josecarlo es un puto, y ama serlo. A ratos cree que su trabajo le hace un bien a la sociedad al acostarse con hombres que le langüetean el cuerpo mientras él usa uniforme escolar. “Mejor que me lo hagan a mí, que a uno de sus hijos", dice. En esta entrevista, Josecarlo o Camilo, como lo conocen sus clientes, habla a calzón quitado de su pega. Lo pueden leer en http://mibotadero.blogspot.com/ y en http://tuputocapricho.blogspot.com
Por Macarena GalloCompartir
foto: alejandro olivares
Antes de dedicarse a la prostitución, Josecarlo trabajaba en locales de comida rápida friendo papas fritas y empanadas. Pero quedó chato del horario. Un día mandó todo a la mierda cuando conoció en una disco a un joven que se prostituía en la calle. Su nuevo amigo le habló maravillas de su trabajo. Y a Josecarlo le picó el bichito. “Y como siempre me han gustado los hombres mayores, entonces, dije qué regio que un hombre mayor, como tu papá, te pague como consintiéndote en todos los caprichos”. Se armó un perfil en una página web de citas para hombres gay y de inmediato lo empezaron a llamar. Hace dos años que prefiere hacerle sexo oral por quince minutos a un viejo caliente, que trabajar ocho horas diarias de lunes a viernes.
¿Y cómo te va?
-Lo mínimo que podís cobrar, y que es lo que se está cobrando hoy, son veinte lucas por el contacto que no dura más de 15 minutos. Imagínate uno al día y calcúlalo por el mes. Es harto. Y uno no tiene solamente uno al día y no cobrai 20 lucas nomás.
¿En qué consiste el contacto?
-Sexo oral, anal, masturbación, juegos con dildos, chupeteo en todo el cuerpo. Cobro más cuando quieren que eyacule, que por lo general no lo hago, ya que ellos acaban primero.
Igual es poca plata para prestar el culo…
-El pago es simbólico. No sólo de dinero vive el puto. Sin embargo, por lógicas del mercado del sexo, no puedo cobrar 70 lucas por hora, siendo que el promedio cobra 30 lucas la hora. Y no es poco, si lo sumas mensualmente.
¿Cuánto te haces?
-Al mes me puedo hacer entre 400 y 700 lucas. Pero no me esclavizo. Si un día no quiero, no puteo. Otros días puedo tener unos tres clientes o más. Así y todo, con lo que gano puteando, me puedo pagar la U sin pedirle créditos ni becas a ningún gobierno de mierda… También tiene su precio cuando es sexo oral, una chupá de no más de 10 minutos, son 15 lucas. La suerte es encontrarse con tipos precoces que te pagan por hora, pues no duran ni 15 minutos y se deben ir nomás.
¿Te ha tocado mucho precoz?
-Sí. No sé si todos sean eyaculadores precoces. Puede ser que le jueguen una mala pasada la excitación o el nervio de la primera vez… Además, si venís de tu casa, donde dejaste a tu esposa con el cabro chico, y a lo lejos tenís la posibilidad de follar con un jovencito, cuando llegai a ese momento, es la cagá. Me he encontrado con tipos que tiemblan cuando me tocan. También he estado con tipos exquisitos, que he estado feliz de follarlos, y no pasan ni cinco minutos y acaban. Pero está bien. En cinco minutos te ganai treinta lucas. Pero los precoces, son los mejores. Todo puto desea clientes mayores y precoces, porque en una hora te podís hacer hasta tres. Una vez atendí a siete clientes en tres horas.
¿Y cómo rendiste?
-Es que no siempre es sexo y no siempre alcanza a ser sexo. Porque estái poniéndole el condón y acaban. O antes de tener sexo, se la chupo y acaban. O cuando lo estoy moviendo, dos moviditas y acaban. O simplemente conversan contigo algo cochino, se masturban y chao. O te pagan para comer o tomarse un trago nomás.
Qué triste qué paguen por compañía.
-Debe ser triste.
¿Pagarías por conversar?
-No. No conozco putos que sean entretenidos para conversar. La mayoría solo quieren meterla, que le paguen y listo. Son máquinas sexuales. Yo también lo soy, pero también puedo ser una máquina social.
Te gusta conversar.
-Sí. Me encanta.
LOS CLIENTES
¿Y te has prostituido en la calle?
-No, para qué. Es más peligroso y te pagan mucho menos. Y con Internet no hay necesidad, pos. Está lleno de páginas de escort donde podís publicarte con fotos eróticas o pornos. En todo caso, me publico sólo de vez en cuando. No quiero saturar la imagen. Es rico desaparecerse un rato.
¿Te acuerdas de tu primer cliente?
-Fue un caballero con quien no tuve sexo. Me pagaba por ser como su dama de compañía. Era entretenido. Me sentía como su hijo. Un año tuvimos esa relación. Bueno, estos viejos para no sentirse tan clientes ni denigrados, te venden la pomada que están enamorados de ti y si te pasan plata es para ayudarte. Ese fue mi primer cliente indirecto, pues no me contactó por ser puto, sino que en un chat gay. Con él íbamos a cenar, a su casa en la playa, me regalaba libros.
¿Qué libros te regalaba?
-Varios de Foucault. No ha sido el único. No ha faltado el de mal gusto que te regala literatura erótica muy ordinaria. La intención de regalarte libros la encuentro preciosa. A lo mejor querrán culear con un puto culto, no sé, jaja.
¿Y tu primer cliente como puto?
-Fue un tipo cuico a morir, de 28 años, estupendo, cocainómano. Rico, regio, un encanto. Pagaba muy bien. Me venía a buscar en su maravilloso auto. Y era perverso. Me pagaba por contarle cosas cochinas de pendejos. Se excitaba más con mis relatos que con el acto sexual.
¿Por qué los hombres te buscan?
-El cliente homosexual busca al estereotipo típico del puto: musculoso, machote, grande, fuerte, ojalá pichulón, rubio, lampiño…Y yo no. Si me va bien, es por la suerte de ser chico, flaco y con cara de pendejo. Y la mayoría me paga por parecer cabro chico. De hecho, Josecarlo tiene una edad para trabajar y otra de nacimiento.
¿Cuáles son?
-Camilo tiene 19 y Josecarlo un poco más. No te diré mi edad real, porque perdería la magia con mis clientes.
¿Cuándo cachaste que te iba mejor bajándote la edad?
-Siempre he parecido menor y desde que empecé a tener sexo, me di cuenta que a mis amantes les gustaba. Después empecé a cachar que habían pocos putos jovencitos, porque los hay, pero en la calle, y dije “ya, me voy a lanzar en las páginas de Internet, ya que voy a ser uno de los pocos”. Y me publiqué en Sexo Urbano. Y heavy, recibí muchas llamadas de gente que fantasea con tirarse a un cabro chico pero que no quiere líos judiciales.
¿Y qué te piden esos clientes?
-Tuve dos que me llevaron el uniforme de sus hijos, o eso al menos me dijeron, para ponérmelo y me tuve que llamar como su hijo. Y me follaban diciéndome hijo y yo papá.
Ay, qué asco.
-A mí me encantaba, porque gracias a mí no se estaban violando al cabro chico. Y anda a saber si es verdad. O a lo mejor es una fantasía y nada más.
LAS MUJERES Y LOS FEOS
¿Te ha pagado alguna mujer?
-Aún no. Al principio me llamaban y les decía que no. Pensaba que no iba a funcionar con ellas… pero después me tocó hacer tríos con putas para clientes hombres. Y me gustó harto.
¿Por qué la gente paga por sexo?
-Yo tenía el prejuicio, antes de prostituirme, que la persona que pagaba era porque nadie los quería.
O porque eran muy feos y nadie los pescaba.
-O porque eran muy gordos. Pero no. Hay jóvenes, hermosos, homosexuales, que buscan sexo y pagan. Así como hay hombres que buscan putas, hay hombres que buscan putos. Hay muchas motivaciones. Hay minos guapísimos que me han pagado por sexo y por una cuestión muy práctica: se ahorran la lata de la seducción. Una vez un chico de 20 me pagó por sexo y yo le regalé dos horas, porque me encantó y seguimos. Y él me dijo que nunca pagaba por sexo, pero que me había visto en una página de escort y que le gusté…
¿Haces todo lo que te pidan?
-Yo soy puto porque me gusta y no por necesidad. Si fuera por necesidad, haría todo lo que me pidieran.
¿Qué cosas no haces?
-Caca y pichi. Me han pedido que les haga caca en su cuerpo o que deje que me caguen, y no. ¿Pichi?, quizás. Si es guapo, sí. Jaja. La lluvia dorada, como le dicen.
Hay algunos hombres que les gusta que les chupen el culo…
-Sí. El ano es bastante erógeno, muy delicioso para jugar con él, más allá de si es con la lengua o no. Debe ser que tenemos una fijación con el culo ya que es el único orificio democrático: todos tenemos un ano, todos tenemos esa delicia, la posibilidad de ser penetrados. Pruébalo, te lo recomiendo. Tengo mujeres amigas que les encanta chuparles el culo a los minos.
¿Qué más no harías?
-Que me peguen hasta hacerme sangrar, no. Me han pedido que lleve o contacte a un menor de edad para hacer un trío, pero tampoco. No quiero verme envuelto en un lío. Porque los cabros chicos son súper vivarachos. Tengo muchos conocidos de 15 que trabajan en la calle, se hacen clientes y le sacan ene plata, y si no los amenazan con denunciarlos por abuso… Entonces, mejor no.
EL CALENTARSE
Para las mujeres es más fácil fingir una relación. Pero para un hombre, no. Si no se le para, caga todo.
-O sea, si no me calentara no podría trabajar en esto. Para un hombre es mucho más difícil fingir. A lo más, podís fingir el gemido si te tocó un cliente con la pichula muy chica y no te hace nada, pero la erección no.
¿Y no usas viagra en esos casos?
-No. Una vez tomé y me dolió la cabeza. No me gustó.
¿Y cuando no se te para, qué haces?
-Juego de otras formas. Hago un sexo oral espectacular para que acaben luego y no quieran que se los meta. O le ofrecís consolador. En todo caso, me pasa que me excita y calienta mucho el sólo hecho de saber que me voy a juntar con un desconocido, que no tengo idea quién es, que puede ser alguien con esposa e hijos, y eso me calienta más.
¿Nunca te ha asqueado alguien?
-Ha habido casos. Pero he sido honesto. Una vez me tocó una persona demasiado gorda. Yo creo que para hacer pipí tenía que levantarse la guata y encontrarse el pene. Y, me pidió que le hiciera masajes eróticos y se los hice hasta que me dijo que le tocara el potito y la pichulita. Le dije que otras veces había atendido gente gorda, pero nunca tanto como él, y que realmente no iba a funcionar; que mejor lo dejáramos hasta ahí, que no me pagara y listo.
Se fue humillado…
-No. Para nada. Me agradeció la honestidad. Cuando a los tipos les escucho la voz muy de anciano, tiritona, también les digo que no. Porque más encima me han dicho que ellos son los pasivos y quieren que los penetre. Para penetrarlos necesito que se me erecte. Y si es muy viejo no tiene por dónde calentarme, entonces, qué le voy a meter, a menos que me pida que le meta otra cosa… Ahí se nota mi inexperiencia. En el puterío no es nada dos años de experiencia. Los putos que llevan mucho tiempo no discriminan clientes. He visto colegas que atienden minusválidos o quemados.
¿Tú lo harías?
-Hasta el momento, no. No sabría cómo calentarme con ellos, me daría pena.
¿Los clientes, qué te piden que les hagas siempre?
-Lo típico: penetración, meter y sacar, chupeteo. Y eso.
¿Te piden besos en la boca?
-No siempre. Como que tienen asumido que uno no lo va a hacer. Pero un tiempo les di besos a mis clientes más guapos o a los que soportaba la idea de chupetearles la boca. Pero al resto no.
Es cuático lo del beso en la prostitución. Podís dejar que te besen el culo, pero la boca no.
-Sí. Heavy. Hay una ética muy antigua que dice que la prostituta sólo besa al hombre que desea. Yo tengo pololo, que sabe que trabajo en esto y lo acepta. Y me pasa que con él tengo sexo, con mis clientes tengo sexo, entonces, en qué momento voy a tener algo que sólo tenga con mi novio. Es una cuestión de exclusividad, un capricho. Y por ese capricho, decidí no besar a ningún cliente y reservárselos a mi pololo, ya que el resto lo ocupa todo Santiago, jajaja.
LA FAMILIA Y LA TEORÍA
¿Santiago es una buena ciudad para putear?
– Sí, poh. Todo esta acá. Ya sabes, con esto de la centralización, hasta la prostitución gana más en Santiago que en regiones. Por eso hay que descentralizar la prostitución. Viña y Reñaca son espectaculares en enero y febrero porque está lleno de extranjeros, argentinos maravillosos, que son los que pagan más. Son buenas las regiones con playa. Todos los putos se van pa esos lados.
¿Tu familia sabe que te prostituyes?
-Sí.
¿Cómo lo tomaron?
-Mis hermanos siempre han sabido, porque somos muy cómplices en todo. Y a mi mamá le conté cuando me preguntó de dónde sacaba tanta plata si no estaba trabajando.
¿Cómo reaccionó?
-No se enojó, pero me lanzó el típico discurso de la madre del esfuerzo, el sacrificio y bla bla bla. Esa visión cristiana de que el sacrificio es lo único que vale. Me decía que me ganara la plata de manera digna. Como si vender el cuerpo y el orgasmo, no fuera digno. Pero nada más. Y lo aceptó a su pesar. Mi papá lo sabe pero no me dice nada. En todo caso, no voy a dejar de hacer lo que hago, si a alguien no le gusta. A mí me hace sentir pleno ser puto.
¿Qué te ha dado la prostitución?
-Un nivel de independencia, autonomía y libertad que no tendría en otra pega, porque hago lo que quiero. Además, me gusta mucho el sexo. Entonces, qué mejor que trabajar en lo que más te gusta.
¿La prostitución debería legalizarse?
-No. ¿Estái legalizándote para incluirte en qué? ¿Para entrar al mismo sistema que te ha discriminado y que va a volver a ser tu patrón y te dirá “ya, prostituta, trabájame estas horas, págame estos impuestos, sírveme con estos clientes”? Eso no. Para mí el mantenerse delictual, al margen, transitar como un puto en fuga, sin pedirle permiso a nadie, es lo importante. Para mí la prostitución, tanto politizada y consciente, es una forma de anarquismo sexual. Por eso no estoy ni ahí con que se legalice, y si eso llegara a suceder no me interesa participar. Si elegí esto, es para que un Estado no me controle.
Tu prostitución la has teorizado. Incluso, te han invitado de universidades para que cuentes tu experiencia puteril.
-Sí. En la facultad de Derecho de la U. de Chile. Fue maravilloso. Mucha gente fue sólo para verme.
No deben haber muchos putos que se reconozcan y que más encima teoricen…
-No hay. Hay más mujeres prostitutas hablando del tema, porque siempre son ellas las que están en conflicto. Estoy consciente de lo que me estoy convirtiendo. Soy EL puto que se está atreviendo a publicar, reflexionar y politizar una práctica muy antigua y despolitizada.
¿Te gustaría escribir algún libro?
-Sí, ahora estoy en proceso de enriquecimiento intelectual para escribir mi libro que se llamará algo así como Puto teórico. Quiero aplicar todo lo que he aprendido leyendo a Michel Foucault, Beatriz Preciado y Judith Buttler, que me abrieron todo un mundo.
¿Cómo son vistos los putos por el movimiento homosexual?
-Somos la vergüenza, el punto negro de ese rostro blanco gay, po. Denigrantes, “inmorales”. La antítesis del ideal gay romántico, sentimentaloide y familiar, ya que el discurso gay hoy es muy pro familia.
¿Piensas ser puto toda la vida?
-No le veo mucho tiempo a mi trabajo de puto. No toda la vida voy a parecer cabro chico. Y cuando crezca no creo que alguien quiera estar con un puto flaco, chico y viejo. Hasta el momento es lo que me tiene enamorado y me hace sentir libre, pero también me hace sentir libre escribir. De hecho, ahora estoy juntando plata para entrar a la universidad y estudiar periodismo.