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Poder

8 de Julio de 2013

Caso Frei: Ministro busca a nuevos agentes en proceso por espionaje telefónico a Piñera

El magistrado Alejandro Madrid solicitó el expediente, donde el principal inculpado fue el capitán de la Compañía de Guerra Electrónica del Comando de Telecomunicaciones Fernando Diez, para bucear en los nombres de militares y agentes del servicio secreto que puedan llevar a encontrar a quiénes hacían las interceptaciones a la fecha del crimen del ex Mandatario en la Clínicas Santa María.

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De manera silenciosa el ministro Alejandro Madrid Crohare, a cargo de la investigación por el homicidio del ex Presidente Eduardo Frei Montalva, indaga el expediente que a principios de los 90 sustanció el entonces ministro Alberto Chaigneau en contra del capitán del Ejército Fernando Diez, quien estaba a cargo del espionaje a políticos desde el Comando de Teleomunicaciones de Peñalolén.

El mamotreto judicial contiene los detalles de la intercepción que realizó Diez al actual Presidente Sebastián Piñera, cuyo contenido le fue revelado por el mismo oficial a la hoy ministra del Trabajo Evelyn Matthei, quien a su vez lo derivó al dueño de Megavisión, Ricardo Claro. Este último, hoy fallecido, dio un golpe a la cátedra el domingo 22 de agosto de 1992 en su programa “A eso de…”, cuando insertó el cassette en una radio Kioto, generando una de las peores crisis de la recién instaurada democracia.

En la grabación clandestina, Piñera hablaba con uno de sus mejores amigos, el empresario Pedro Pablo Díaz, a quien le pedía que acorralaran a Matthei sobre temas valóricos y la “dejaran como una cabrita chica”, cuestión en la que participaría el periodista y panelista del espacio, Jorge Andrés Richards. Cuento corto, el registro, por sí solo, bastó para que Piñera bajara su candidatura presidencial ese mismo año y derivó en la renuncia de Matthei a RN y su inscripción en la UDI, luego de reconocer que había sido el nexo para la operación digitada por Pinochet a través de un comité asesor, presidido por Jorge Ballerino.

Los vínculos

Madrid solicitó el original de los varios cientos de fojas, para bucear en los nombres de militares, agentes del servicio secreto, inteligencia, telecomunicaciones, entre otros, pistas que puedan llevar a encontrar a quienes hacían las intercepciones a la fecha del crimen del ex Mandatario en la Clínicas Santa María, ocurrida el 22 de enero de 1982.

Si bien es cierto entre el Piñeragate y la muerte de Frei existen diez años de diferencia, las actividades conspirativas de los servicios de seguridad de Pinochet, siempre estuvieron asignadas a un grupo no muy amplio de personas. Para el caso de la Democracia Cristiana, en la DINA, era la Brigada Purén y en la Central Nacional de Informaciones (CNI) la Brigada Sociopolítica.

El cruce de Madrid del caso Frei con el espionaje telefónico tiene un asidero lógico. Diez, quien pertenecía a la unidad de Guerra Electrónica del Comando de Telecomunicaciones, había estado muy cerca de Pinochet, ya que trabajó en su grupo de avanzada en los 80. Y según reveló Qué Pasa, en su hoja de vida consta una felicitación de abril de 1990 hecha de puño y letra por el propio ex dictador.

Madrid, en todo caso, ya cuenta con variada información de estos temas, sobre todo de la central de intercepciones que funcionaba en República 475 -en total cordinación con la entonces CTC- cuyo secreto era de tal magnitud que no estaba encuadrada en el organigrama de la CNI. De allí que Madrid ha indagado la relación institucional del Ejército con la muerte de Frei.

De hecho, ya en el proceso por el homicidio del químico de la DINA, Eugenio Berríos Sagredo, encontró a un agente de la inteligencia militar, que fue una pieza clave en el Piñeragate, cuyo nombre permaneció por años en el anonimato, hasta que el diario La Nación dio a conocer por primera vez su identidad en octubre de 2006: Luis Romero Andrade. Este último, quien fue un infiltrado de la inteligencia militar en Entel durante la UP vigilando las comunicaciones, apareció el 22 de septiembre de 1992, como el NN en Televisión Nacional, entrevista donde le reveló al periodista Santiago Pavlovic, cómo espiaba el Ejército desde el Comando de Telecomunicaciones.

Romero viajó hacia Argentina para evitar el asedio castrense, pero el entonces jefe de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE), el general Eugenio Covarrubias, envió a Luis Zamorano Soto, un experimentado agente del Servicio Secreto Exterior a buscarlo y recordarle que su padre también era parte de la institución. Llegó rápidamente a Chile y fue condenado en un proceso llevado por la Fiscalía Militar, bajo el delito de sedición.

Pócima invisible

La línea hacia el Ejército de Madrid ha tenido algunos aciertos desde que este proceso se iniciara formalmente en 2003. Entre ellos descubrir la existencia del Laboratorio de Guerra Bacteriológica (LGB) del Ejército que operaba en Carmen 339, lo que posteriormente fue el Archivo Judicial hasta hace un par de años. En ese lugar, está acreditado en el caso, se fabricaron venenos a partir de toxina botulínica traída desde Brasil vía valija diplomática por el Instituto de Salud Pública a mediados de 1981. En diciembre de ese mismo año, coincidentemente, fueron envenenados en la cárcel pública los militantes del MIR Ricardo y Elizardo Aguilera, Guillermo Rodríguez Morales (“El Ronco”) y Adalberto Muñoz Jara. Todos se libraron de la muerte gracias a que el antídoto para el botulismo llegó a Chile por solidaridad internacional.

De allí que Madrid esté buscando una relación entre la Unidad Atiterrorista, conocida como UAT o Comando Cobra, el LGB, que a fines de los 80 se trasladó a los terrenos de la Escuela de Inteligencia del Ejército (EIE) en la localidad de Nos, cercana a San Bernardo y el Complejo Químico de la institución ubicado en Talagante.

Algunos militares que han declarado en el caso, le indicaron a Madrid que la UAT fue creada formalmente en 1987, luego que el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) atentara en contra de Pinochet en el Cajón del Maipo.

Sin embargo, Madrid sospechando de que esa versión no era real, se dio a la búsqueda de un documento secreto fechado en 1980, donde se establece que esa unidad existía al menos desde ese año, tal como lo reveló The Clinic Online en noviembre pasado.

Se trata de la orden ministerial secreta del 22 de agosto de 1980 que “establece normas de coordinación en la lucha antisubversiva” y que dejaba sin efecto otras de iguales características dictadas con anterioridad.

La línea investigativa del magistrado apunta a que desde el comando Cobra, el anillo más cercano a Pinochet, bien pudo haber salido un “asesino especializado” para terminar con la vida de Frei, inoculándole veneno.

En el caso Frei están procesadas seis personas. Como autores, los médicos Patricio Silva Garín y Pedro Valdivia, junto al ex agente de la CNI Raúl Lillo Gutiérrez, quien a su vez era el agente de control de Luis Becerra, el chofer de Frei Montalva. En calidad de cómplices están los patólogos de la Universidad Católica Helmar Rosenberg y Sergio González. Estos dos últimos fueron quienes realizaron la autopsia a Frei, la cual estuvo escondida en el archivo de la casa de estudios por más de 20 años, sin mencionar que ambos fueron el enlace de la UC con la Colonia Dignidad.

Recuerde el momento estelar de Ricardo Claro

Lea el documento secreto de la UAT

Documentos secretos del caso Frei

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