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Poder

15 de Septiembre de 2013

Ministra del TC y ex asesora de Piñera hizo mierda a El Mercurio y lo acusa de “prácticas fácticas cercanas al amedrentamiento”

María Luis Brahms, quien fuera la jefa del “segundo piso” y muy cercana al Mandatario, las emprendió en contra del megapasquín, ya que a su juicio ejercieron presiones indebidas, en el marco de las distintas votaciones para elegir a la actual presidenta de la entidad Marisol Peña. Fue clarita: “Estos hechos son claramente reveladores de que fuimos objeto de prácticas fácticas, que cercanas al amedrentamiento, han pretendido manipular las decisiones de este Tribunal, de acuerdo a intereses que no se han hecho visibles”, escribió Brahms. El Mercurio respondió: “No nos corresponde entrar al análisis de las expresiones de la ministra Sra. Brahms en el acta citada, por cuanto se trata de graves aseveraciones genéricas, desprovistas de fundamento en nuestras editoriales e informaciones”. En simple, le dijeron que no hablara pelotudeces.

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La ministra del Tribunal Constitucional y ex jefa de los asesores de la Presidencia, María Luisa Brahms, sencillamente se enojó. Y las emprendió rudamente en contra del diario El Mercurio a raíz de una serie de publicaciones, que daban cuenta de la interna para nombrar al nuevo presidente del organismo TC que reemplazó a Raúl Bertelsen, luego de varias votaciones donde no hubo acuerdo. La actual titular es Marisol Peña.

Las declaraciones de Brahms quedaron formalizadas en una de las actas del TC, en donde acusa a El Mercurio casi de una conspiración en su contra, luego que cambiara su voto, en una reñida lucha de poder interno por la cabeza del TC.

“Estos hechos son claramente reveladores de que fuimos objeto de prácticas fácticas, que cercanas al amedrentamiento, han pretendido manipular las decisiones de este Tribunal, de acuerdo a intereses que no se han hecho visibles”, escribió Brahms.

En esa línea, acusó “presiones indebidas” a partir de reportajes y editoriales que a su juicio la dejaron como chaleco de mono, cuestionando no sólo su idoneidad profesional, sino también su independencia.

“No obstante la brutalidad de los procedimientos ustedes, y el país, pueden tener la seguridad de que mi independencia, a la que tantas veces se alude en este pleno, como requisito de los jueces constitucionales, no ha visto afectada por esta campaña hostil”, insistió.

Brahms no se fue con chicas en contra del diario de Agustín Edwards, aprovechó también de darle un raspacacho, señalando que de no mediar una declaración por estos hechos, implicaría una confirmación de los mismos.

“Expreso mi más enérgico rechazo a lo ocurrido y advertir, que de no mediar una reacción proporcionada a la gravedad de estos hechos, ello se aceptarán como legítimos y se sentará un nefasto precedente que dejará expuesta a esta magistratura constitucional a la repetición de intromisiones similares en el futuro”, concluyó.

En el cuerpo de Reportajes de El Mercurio de seguro la cosa no cayó bien, menos en la dirección del mismo. Por eso fue que le respondieron en sólo 4 puntos, con la clásica “nota de la redacción”  (N. de la R.).

En síntesis se indicaron que la labor de El Mercurio se apega a la libertad de expresión; que los lectores son los que juzgan; que cualquier cosa que se publique en el megapasquín puede ser controvertida con fundamentos, entre otras expresiones similares.

Sin embargo, le mostraron los dientes.

“No nos corresponde entrar al análisis de las expresiones de la ministra Sra. Brahms en el acta citada, por cuanto se trata de graves aseveraciones genéricas, desprovistas de fundamento en nuestras editoriales e informaciones”. En simple, le dijeron que no  hablara pelotudeces.

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