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Nacional

29 de Septiembre de 2013

Odlanier Mena, el general que prefirió la muerte a una nueva prisión

El general chileno Odlanier Mena Salinas negó siempre ser un violador de los derechos humanos y era un enemigo declarado de Manuel Contreras, considerado el máximo agente represivo de Augusto Pinchet. Mientras Contreras acumula condenas por más de 300 años de prisión por decenas de crímenes de lesa humanidad, Mena estaba condenado a sólo seis […]

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El general chileno Odlanier Mena Salinas negó siempre ser un violador de los derechos humanos y era un enemigo declarado de Manuel Contreras, considerado el máximo agente represivo de Augusto Pinchet.

Mientras Contreras acumula condenas por más de 300 años de prisión por decenas de crímenes de lesa humanidad, Mena estaba condenado a sólo seis años y era el único militar preso autorizado para pasar los fines de semana en su casa.

Ambos cumplían prisión en el Penal Cordillera, de Santiago, cuyo cierre fue resuelto esta semana por el presidente Sebastián Piñera, por lo que la decena de oficiales recluidos ahí serán trasladados a Punta Peuco, otra prisión para violadores de los derechos humanos, situada 35 kilómetros al norte de Santiago.

Mena, según su abogado Jorge Balmaceda, no soportó la idea del traslado y por eso se mató este sábado de un balazo en la sien.

La rivalidad entre Mena y Manuel Contreras era conocida y una última manifestación de ella fue una carta publicada en el diario El Mercurio, en la que el primero desmiente haber sido parte del Plan Cóndor, la coordinación que hubo entre las dictaduras de los países del Cono Sur para eliminar opositores en los años 70 y 80, organizada por el jefe de la DINA.

En 1976, Odlanier Mena es nombrado embajador en Brasil, cuando era uno de los generales que comenzaban a criticar la manera de operar de la DINA y llegó a decir que Contreras y sus agentes habían cambiado la ortodoxia de la inteligencia por acciones cometidas por verdaderos “ladrones y asesinos”.

En esa época en la DINA comenzaban a escasear los recursos, pues Pinochet estaba bajo la presión del gobierno de Estados Unidos con motivo del asesinato del excanciller Marcos Orlando Letelier del Solar y de su asistente estadounidense Ronnie Moffit, cometido por agentes de la DINA el 21 de septiembre de 1976 en Washington.

Para generar recursos propios, la DINA comenzó a gestionar empresas con operaciones financieras clandestinas, pero a la vez Contreras quiso desestabilizar al general Mena y a la DINE.

Para ello sus agentes cometieron una serie de atentados con bombas en sucursales bancarias, negocios y mobiliario público, con el fin de demostrar que sólo la DINA podía mantener la tranquilidad del país.

En este escenario, Pinochet decidió suprimir la DINA en agosto de 1977, pero designó a Contreras director de la recién creada Central Nacional de Informaciones (CNI).

Poco después, y ante la solicitud de extradición de Manuel Contreras por Estados Unidos por el crimen de Letelier, Pinochet lo saca de la CNI y pide a Mena que regrese de Brasil para asumir la dirección del nuevo organismo represivo, donde se mantuvo hasta 1980.

A fines de 1978 y comienzos de 1979, el general Mena fue quien, como jefe de la CNI, coordinó y supervisó la llamada “Operación retiro de Televisores”.

Se trata de una acción ordenada por Pinochet que consistió en desenterrar todos los cuerpos de prisioneros asesinados hasta entonces, que habían sido sepultados en fosas clandestinas.

La mayoría de los cadáveres desenterrados fueron arrojados al mar, pero otros fueron quemados en hornos y tambores metálicos, como ocurrió en el Regimiento de Los Ángeles y la Escuela de Artillería de Linares, al sur de Santiago.

El general Mena nunca fue procesado ni condenado por estos crímenes.

Entre los desentierros realizados figuran los de los asesores y guardias del Presidente Salvador Allende hechos prisioneros el 11 de septiembre de 1973 en La Moneda.

El general Mena justificó los desentierros argumentando públicamente que se limitó a cumplir una orden del general Pinochet, dado que el país se encontraba al borde de una guerra con Argentina.

A fines de 1978 habían sido encontrados los cuerpos de 15 campesinos sepultados ocultamente en una mina abandonada de Lonquén, un sector rural al suroeste de Santiago.

Ello constituyó una alarma para el régimen militar, y de acuerdo a varios testimonios judiciales fue el motivo principal por el cual el dictador ordenó la “Operación retiro de Televisores”.

Pero fue durante el período de la DINA, entre 1973 y 1977, donde ocurrió poco más del 80 por ciento de las poco menos de cuatro mil muertes sucedidas durante la dictadura militar, que Mena se preocupó de condenar a lo largo de los años, para perjudicar a Contreras.

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