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30 de Enero de 2014La carta contra la gratuidad en la educación que firmó Claudia Peirano en el año 2011
En pleno conflicto estudiantil en el año 2011 la hoy cuestionada futura subsecretaria de Educación Claudia Peirano firmó una carta junto a una serie de expertos y personalidades políticas en que se habla de las prioridades de la educación y se cuestiona la gratuidad. La misiva, publicada en El Mercurio, descarta que la gratuidad sea […]
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En pleno conflicto estudiantil en el año 2011 la hoy cuestionada futura subsecretaria de Educación Claudia Peirano firmó una carta junto a una serie de expertos y personalidades políticas en que se habla de las prioridades de la educación y se cuestiona la gratuidad.
La misiva, publicada en El Mercurio, descarta que la gratuidad sea uno de los temas principales a destacar en esta área.
En la carta se habla de la importancia de “el nivel educativo donde se invierten los recursos adicionales que se destinarán a la educación”. Además se pone énfasis en que “se debe privilegiar la educación preescolar durante los próximos años”.
Como segunda prioridad de la carta firmada además por personalidades como Mariana Aylwin, Patricia Matte y José Joaquín Brunner, se destaca “la educación escolar, que permite consolidar los esfuerzos realizados en educación preescolar”.
Además se habla del “abandono en que se encuentra la educación técnico-profesional, que atiende mayoritariamente sectores vulnerables de la población, y que requiere profundas transformaciones. Abordar este desafío también supone importantes recursos, pero ofrecerá oportunidades renovadas a nuestros niños y jóvenes de menores recursos”.
Definidas las prioridades en la carta se dice que “nos preocupa que nuestros líderes políticos estén pensando en extender de modo masivo, más allá de la gradualidad que pueda acordarse, una política amplia de gratuidad en la educación superior. Se trata de montos cuantiosos que en un mundo de recursos escasos significará necesariamente postergar la reducción de los déficits en educación preescolar y escolar antes mencionados. Quisiéramos que se allegaran la mayor cantidad de recursos a la educación, pero sabemos que los países tienen que equilibrar los gastos públicos en diversas áreas prioritarias”.
En una línea claramente a lo propuesto por el programa de Michelle Bachelet, la carta continúa diciendo que “Creemos que en las circunstancias actuales es razonable acotar la gratuidad a las proporciones que sean razonables para no desalentar el acceso a la educación superior de los más vulnerables. Los mecanismos preferentes de financiamiento estudiantil deben ser otros. Por ejemplo, un crédito contingente al ingreso que podría extenderse al noveno decil”.
Finalmente se agrega que “Pedimos que los recursos que libera esta propuesta, respecto de la alternativa de extender ampliamente la gratuidad en la educación superior, se dediquen enteramente a la educación preescolar y escolar para asegurar en estos niveles una mayor calidad y equidad. Si se ajustan las prioridades en la dirección que planteamos, se hará una mayor contribución a la igualdad de oportunidades y a la movilidad social”.