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Opinión

2 de Agosto de 2014

“He tenido pacientes, de doce años, mejores mamás que las adultas”

Hace más de veinte años trabaja en el Hospital Clínico de la UC, donde promueve a sus pacientes el uso de métodos naturales y no receta anticonceptivos. El doctor y profesor, Mauricio Besio, está en contra de cualquier aborto. Dice que si se legaliza, prefiere que lo metan preso antes de practicarlo. Para él, una célula es una persona comparable a un niño de cinco años. Por eso se opone a la fertilización in vitro y a la manipulación de células madre: “Es un atentado a la vida”.

Macarena Gallo
Macarena Gallo
Por

Besio

Imagen: Alejando Olivares

¿Por qué está en contra del aborto?
-Me motiva desde que entré a estudiar medicina a la Universidad Católica. A pesar que mi familia era católica, yo no era religioso. Más bien, era completamente agnóstico. Pero el aborto nunca me pareció bien. Siempre tuve claro que era un atentado contra la vida de una persona. Independiente de mis convicciones religiosas, porque en ese tiempo no las tenía, y después claro que cambié.

Se volvió católico.
-Por mi señora. Me llama la atención que siempre se asocia la defensa de la vida humana a una postura religiosa. Eso es un error. En ninguna parte de la Biblia aparece el ser humano. Son argumentos más bien teológicos y filosóficos. Por otro lado, fui militante de la Izquierda Cristiana en mi juventud, partidario del gobierno de Allende, pero nunca partidario del aborto. Eso es bien curioso. Aquí se asocia la postura de los partidarios del aborto a los de izquierda. Y los que están en contra a los de derecha. Mi tendencia es votar por candidatos de izquierda, pero muchas veces he tenido que hacerlo por la derecha, porque justamente defienden la vida del que está por nacer.

Si no es por tema religioso, ¿por qué se opone al aborto?
-Siempre he considerado que hay una persona, un ser humano, dentro del útero. Entonces, cómo voy a ser partidario de matarlo o de hacer que muera. Eso me violenta. Para mí, hay vida desde el momento de la concepción. Ahí ya hay una persona.

Para algunos se trata sólo de un grupo de células.
-Nunca me convenció eso, porque no hay ningún argumento científico ni filosófico que lo avale. Soy gineco obstetra y cuando me toca ver a una mujer embarazada, ella sabe que dentro suyo tiene un hijo y no un grupo de células amorfas. Pero, antes que todo, es importante definir lo que es aborto. Hay muchas confusiones. Si te pregunto qué es el aborto, desde el punto de vista médico, qué me responderías.

Es la interrupción del embarazo.
-¿Eso no más? Te faltó decir lo más importante: la intención que tiene la persona para que esa guagua muera. Estamos hablando, bajo el entendido, que estamos frente a un ser humano desde el momento en que se une el ovocito con el espermatozoide. Si es así, ¿cuáles interrupciones del embarazo se constituyen un aborto?

Bajo su lógica, desde el momento de la concepción, ya es un aborto.
-Sí. Si alguien considera, lo que se llama aborto eugenésico, donde ese fetito no es compatible con la vida, ya sea porque viene con enfermedades, y yo interrumpo ese embarazo, lo que quiero es que ese fetito o embrión muera. Pero yo no quiero que muera. Y no haré nada para matarlo.

Para usted, cualquier mujer que aborte es una asesina.
-Fíjate, qué pasa si voy a la sala de recién nacidos, donde hay una guagua de tres días, y la estrangulo hasta matarla. Y qué pasa si la mato dos días antes de nacer. En los dos casos se trata de matar a una persona inocente.

No es lo mismo.
-¿Cuál es la diferencia entre matarlo antes o después de nacido? Para mí, no hay. Es lo mismo matar a un niño que a un recién nacido, o matar a un feto, o matar a un embrión.

La Corte Interamericana de DDHH, dijo hace poco que el embrión no era sujeto de derecho…
-El embarazo comienza al momento de la implantación en el útero. Pero eso no quiere decir que la vida humana comience ahí, sino que comienza antes. ¿Cuánto se demora en implantarse? Por lo general, entre cinco días, desde el momento de la fecundación, a que se implante el embrión en el útero. Es cierto. La mujer ahí recién está embarazada. Pero ese embrión antes sí era una persona. Para mí sí lo es.

Otros no lo piensan así. Simplemente, se trata de un ser vivo que todavía no se constituye como ser humano.
-Si no es ser vivo, ¿de qué especie es? No va a ser un mono o una ostra. Si está vivo, ¿qué es lo que es?: un ser humano. Léete cualquier libro de embriología. Todos consideran que hay un sujeto humano desde el momento de la fecundación.

Para otros, son sólo un par de células no pensantes.
-No es pensante, pero es una persona. Es un ser humano en su estado inicial. Si miras para atrás: fuiste recién nacido, fuiste célula, fuiste embrión y fuiste dos células. Estamos claros que un embrión no toma decisiones, pero nadie dice que no sea persona. Algunos dicen, mira, en realidad lo que nos especifica como personas es que somos inteligentes, que podemos tomar decisiones libres, y conscientes de nuestros actos. Y eso no está en el embrión. Estamos de acuerdo, pero tampoco eso está en un recién nacido ni en un deficiente mental. Si aceptamos esa teoría, tendríamos que aceptar que tampoco son personas los recién nacidos.

Bajo esa lógica, usted no debería estar de acuerdo con la fecundación in vitro.
-No, porque en la mayoría de los casos, se manipulan embriones- que para mí son personas- y lo someten a mortalidad, riesgos de vida o congelarlos. Hay un atentado a la vida de una persona. O sea, tener congelado a embriones, para mí es tener congelado a personas. No corresponde.

¿Y, en el caso, de la inseminación artificial?
-No soy muy partidario, pero no tengo mayor reparo, siempre que sea homóloga, que hayan algunas condiciones. Me complica menos que la fecundación in vitro, porque no hay manipulación embrionaria en sus estados iniciales.

¿Y en el caso de las células madres, que podrían salvar vidas?
-El tema es que si se obtienen de embriones es condenable, porque si vas a destruir un embrión para construir células madres, no me parece. Ahora, si sacan células madres del cordón umbilical, o de la sangre periférica, no tengo problemas, no se está afectando la vida de nadie.

Y la masturbación, ¿es abortiva? Se estarían desechando espermatozoides que pueden ser futuros hijos.
-Hay un error en esa frase. Los espermios son células. Para que sea vida, tiene que juntarse el espermio con el ovocito. Ahí recién hay un nuevo ser.

EL EXTERMINIO

Bachelet tiene en su plan de gobierno despenalizar el aborto terapéutico.
-Por eso no voté por ella.

¿No cree que despenalizar el aborto solucionaría un problema de salud pública?
-Se ha hablado mucho de que con un aborto seguro las mujeres no morirán. Ya, pero, fíjate bien en las estadísticas. Chile tiene menor mortalidad materna que EE.UU., ha logrado bajar la mortalidad materna a niveles que son envidiados por muchos países. Y eso es sin ley de aborto. Eso que las mujeres se mueren porque no hay ley de aborto, no es cierto. No es un problema de salud pública.

Llama la atención que Chile esté entre los cinco países que prohíben el aborto. Hay convenciones científicas que piden regularizarlo.
-Es un dato. No significa que como país estemos equivocados. Es lo mismo que si te dijera: la esclavitud infantil existe, así que transparentémosla y legalicémosla.

Pero no es lo mismo que la esclavitud…
-Esto es peor todavía, porque esto es matar.

Y en el caso que esté en peligro la madre, ¿no habría que hacer algo?
-Imagínate que tenga una mujer embarazada, con una enfermedad grave, y que yo después de hacer todos los esfuerzos para tratar que ese embarazo siga adelante, de repente llego al convencimiento de que si continúa ese embarazo, a pesar de todos mis esfuerzos, esa madre va a morir, yo tengo que interrumpir ese embarazo aunque la guagua muera. Esa acción no busca la muerte de esa guagua. Por lo tanto, es acción lícita y se hace en todos los hospitales de Chile. Eso no es aborto. Y, es más, es obligación para los médicos hacerlo, porque si no sería negligencia.

¿Y, en el caso, de inviabilidad fetal?
-Con la acción de hacerlo, ¿no lo estoy matando? Claro que sí.

Pero si sabemos que morirá cuando nazca. ¿No sería mejor ahorrarle todo ese sufrimiento a la madre?
-¡Pero si la guagüita está viva!

Pero si la mujer no quiere continuar con su embarazo y sabe que su hijo no tiene esperanzas de vida, por qué no ahorrarle todo ese sufrimiento.
-Pon en balanza. Qué pasa si una mujer tiene un hijo de cinco años con un cáncer terminal.

No es lo mismo…
-¿Por qué no es lo mismo? La única manera para que no lo consideres lo mismo, es que ese feto es una persona que vale menos que un niño que está afuera.

Pero por qué empeñarse en que la mujer pase por ese calvario
-¿Y por qué hacer pasar a la mujer por el calvario con un niño de cinco años que está con un cáncer terminal? Nosotros, en la Católica, tenemos un programa que se llama Acompañar, donde acompañamos a estas mujeres y las guagüitas nacen y mueren en los brazos de su mamá. Y es una experiencia súper gratificadora.

Eso es trivializar el tema. No creo que sea una experiencia gratificadora.
-Pero si la acompañas, te aseguro que pensarías lo contrario. Es lo mismo que pasa con un niño de cinco años. La única manera de justificarlo, cuando está dentro del útero, es que consideres que ese niño vale menos que un niño fuera del útero.

Pero no sabemos lo que hay dentro. Es un misterio.
-¿Es menos persona? Acuérdate, lo que ha pasado en la historia del mundo cuando se atropellan los derechos de la vida de las personas por considerarlas menos personas. A los judíos se les consideró menos persona, a los negros se les consideró menos persona, y se les exterminó. Son atrocidades.

¿Para usted el aborto es un exterminio comparable al exterminio judío?
-Es así. ¿Por qué los mataron? Porque se les quitó su condición de seres humanos. Y a los negros ¿por qué los esclavizaron?. Porque le quitaron su condición de humano. Y el aborto es quitar la condición de humano. Son comparables. El aborto es matar a personas inocentes. Así de claro: Se está matando a personas inocentes que ni siquiera se pueden defender. Qué es lo que es eso. ¡Es un exterminio! Y, más aún, si lo estás haciendo legalmente.

¿Un aborto es un exterminio comparado con la matanza de un niño palestino?
-Exactamente. El aborto es comparable al exterminio de un niño palestino.

Pero comparar un aborto con el exterminio de un pueblo, me parece extremo.
-Pero de adónde. Si es tan persona dentro del útero, como fuera, por qué no va a ser lo mismo.

El camino va hacia la regulación del aborto, ¿le parece que vamos camino a una exterminación masiva de niños que están por nacer?
– Sí. Legalizar el aborto es un exterminio. Pero tampoco soy partidario de andar quemando clínicas. Soy partidario de la vía democrática. Pero nadie me puede obligar.

¿Qué le parecen casos, como el de la niña de once años, que el año pasado quedó embarazada? Piñera, dijo, que estaba apta para ser madre.
-Nació su guagüita, nació sanita, y están los dos bien. Si le hubieran hecho un aborto, no habría nacido esa guagüita.

¿Usted encuentra que una niña de once años está preparada para ser madre?
-He tenido pacientes mías, de doce años, mejores mamás que las adultas. No estoy diciendo que estoy justificando el embarazo en adolescentes. No.

Pero a esa edad deberían estar jugando con muñecas, no cuidando hijos. Es más, la guagua pasa a ser como su Barbie.
-De acuerdo, pero biológicamente pueden ser madres.

Pero sicológicamente no creo que estén preparadas.
-Mira, ¿a qué edad crees que fue madre la Virgen María? ¡A los 15! He visto madres adolescentes que son mejores madres que las adultas y que están más preocupadas de sus hijos.

El problema es que la gente que se opone, una vez que nace la guagua desaparece y no le presta ayuda al niño ni a la madre.
-Es un problema de toda la sociedad. Pero a lo mejor, para el Estado, lo más barato sea matar. Porque cuánto cuesta el misotrol. En cambio, un programa social, de educación, ¿cuánto cuesta? Saca tus conclusiones.

Más allá de eso, ¿no cree que la mujer tiene derecho a decidir lo que quiere hacer con su cuerpo?
-¿Pero tiene derecho a matar a alguien? ¿Matamos al hijo por eso? ¿O la ayudamos para que sea una buena madre?

¿Le ha tocado atender a mujeres que se han provocado abortos?
-Muchas veces. Pero ahora mucho menos.

¿Y las denuncia?
-No. Es cierto que la ley dice que todo médico o matrona que tome conocimiento que se ha cometido un delito, tiene que denunciarlo. Pero también hay una ley que dice que uno, como médico, tiene derecho de guardar el secreto profesional. Yo hago esto último. No denuncio. Y he estado en juzgados y me he negado a declarar. Y nunca me ha pasado nada. Soy médico. No soy juez ni policía ni Dios. Mi campo de responsabilidad es uno solo: la salud de mis pacientes y no las juzgo moralmente.

LOS ANTICONCEPTIVOS

Acá, en el hospital clínico de la UC, no recetan anticonceptivos.
-La política de la red de salud de la UC no los promueve. Y eso incluye pastillas anticonceptivas, dispositivos intrauterinos, todas las variaciones de ellos. Lo que tenemos acá es un programa fuerte de métodos naturales.

De hecho, promueven el método Billings.
-Sí, fuertemente. Pero las pacientes consultan al médico y le hacemos una consejería, porque las pacientes son las que deciden. Ahora, qué pasa con la pastilla anticonceptiva. Las pastillas anticonceptivas se compran en la farmacia sin receta. No las recomendamos, pero si me preguntan decimos estos métodos anticonceptivos, pa pa pa, tienen estas ventajas, estas desventajas, elige tú.

¿Por qué se oponen?
-Lo que pasa es que la Iglesia Católica- no soy vocero de la Iglesia Católica- pero desde un punto de vista antropológico, la sexualidad debe cumplir dos funciones: la función reproductiva y la reproducción unitiva. ¿Pero no es solamente eso, cierto? Uno tiene relaciones sexuales no solamente para reproducirse.

Claro, la mayoría es para pasarlo bien.
-Claro. Pero disociar las dos… eso es lo que la antropología de la Iglesia Católica no permite y nosotros respetamos eso.

¿Pero usted también comparte que no debe haber esa disociación?
-Es un ideal difícil de alcanzar, pero me parece valioso como ideal.

¿Y ese ideal se lo inculca a sus hijos?
-O sea, mis hijos siempre han tenido la libertad de decidir lo que ellos quieran. Nunca les he impuesto ninguna cosa.

Pero, entonces, ¿por qué a los demás sí?
-Acá no se les impone nada. La mujer termina decidiendo.

Y si quiero tener sexo los siete días a la semana. ¿Qué me recomienda?
-Esa es la desventaja de los métodos naturales. Si una persona quiere tener sexo todos los días, no sirve.

Uno tiene la impresión que no promover el uso de pastillas anticonceptivas, responde más a una cuestión católica que a un tema médico.

-Es un tema valórico.

Pero no cree que cuando uno va al médico, va a ver a un especialista, no es como ir a la Iglesia donde le dan códigos de conducta moral.
-Pero nosotros no le decimos lo que tiene o no que hacer. El paciente termina decidiendo. Lo que pasa es que tampoco nos pueden obligar a entregar un dispositivo.

No entiendo por qué se oponen tanto…
-Es que no promovemos los métodos artificiales. Tampoco tenemos farmacias para darlas.

¿Cómo se puede controlar el embarazo adolescente?
– El ministerio de Salud tiene un problema serio con el embarazo en adolescentes. Y tienen la responsabilidad de prevenirlo y está bien que entreguen pastillas.

Ustedes, como hospital católico, ¿no tienen esa misma responsabilidad?
-La Iglesia Católica propone algo más. Que las parejas tengan una sexualidad responsable. Ese es el ideal.

Ese es el ideal. ¿Pero en la práctica cómo ayudan a una adolescente?
-Nadie le impide que no tome pastillas. Pero también uno puede decir, ¿qué es lo mejor para ese adolescente? Lo que le corresponde es ejercer sus relaciones sexuales cuando pueda hacerlo de forma responsable.

¿Le recomiendan que se guarde, que no tenga sexo todavía?
-No, no, depende. No es lo mismo tener relaciones sexuales en todos los carretes con diferentes personas a tenerlo con su pololo, que es una pareja única.

Pero los jóvenes viven la sexualidad de manera menos racional.
– Tú estás flagelando. Es perfectamente posible llevar una vida de un pololeo, aunque tengas relaciones sexuales, pero en una relación estable, que andar teniendo relaciones sexuales en todos los carretes con distintas personas. A mí me gustaría que mis hijos tuviesen una sexualidad más responsable.

¿Y la tienen o no?
-Espero que sí, yo creo que sí, por lo menos.

¿Y usted tuvo una sexualidad responsable?
-Sí, te puedo decir que sí. En esos tiempos uno se casaba joven, yo me casé a los 23 años.

¿Y se casó virgen?
-Me casé virgen. Pero nunca tuve ningún rollo al respecto.

NO AL CONDÓN

¿Acá también se oponen al uso del condón?
– El condón es un método artificial.

¿No promueven su uso?
-¿Qué llamas promover? ¿Darlo? ¿Aquí tienes un condón?

Claro.
-Nosotros no los entregamos.

Hablemos de la píldora del día después. ¿Para usted es abortiva?
-Espérate. No seas tan taxativa. No se ha comprobado ni lo uno ni lo otro.

Hay estudios que dicen que no es abortiva
-No está demostrado nada. Ahora, a diferencia de las pastillas anticonceptivas comunes y corrientes, la ley estableció que la píldora del día después tiene que ser con receta médica. ¡Bravo!

¿Usted encuentra que está bien?
-No. Como médico, tengo que decir ‘a ver, esta mujer tiene esta bacteria, ¿le doy este antibiótico o le doy este otro?’. Tengo que hacer un juicio si darla o no. Ahora resulta que estoy obligado a dar la pastilla del día después. Eso va contra el acto médico. Mejor que pongan un dispensario, así como de condones, donde la mujer meta una moneda y saque la píldora del día después. ¿Pero para qué quieren un médico?

La ley los obliga.
-Me violenta que me obliguen a entregar una receta, de lo que sea. Acá no la vamos a entregar. Lo único que te puedo decir es que si alguien me quiere obligar a hacer una cosa que no quiero, no lo voy a hacer, aunque me metan preso.

¿No es imponer una visión valórica que no está contenida en la legislación?
-Si entras al club deportivo Colo-Colo, te aseguro que te dirán que una de las cosas que tienes prohibida es ir a alentar a la Universidad de Chile. De eso se trata.

El rector dijo que, si se aprobaba el aborto terapéutico, en ninguno de sus centros de salud se practicarían.
-Acá no se van a hacer. Meterán preso al rector, nos meterán a todos presos, pero estoy seguro que el rector preferirá irse preso antes que decir ‘háganle un aborto a esa paciente’.

Si eso no es imponer…
-Pero lo otro, ¿no es imponer también?

¿Pero no tendría que dejar de lado sus convicciones personales?
-No. Un médico no está obligado a hacer todo lo que un paciente le pide.

Para algunos ustedes son considerados médicos talibanes.
-Es una afirmación tendenciosa. ¿Qué significa ser médico talibán? En una sociedad hay posturas diversas en todos los temas y tenemos derecho a plantear nuestras diferencias. Pero algunos consideran que eso es imponer, pero cuando ellos lo quieren hacer, no lo consideran imponer. No entiendo. La tolerancia hay que aceptarla por ambos lados.

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