Tras clasificar al anhelado Mundial de Francia 1998, la Roja de Nelson Acosta comenzó a preparar los duelos de amistosos que sirvieran de preparación para el trascendental certamen intercontinental. El respeto ganado por los dirigidos de Acosta, entre ellos lo letal de la dupla Za-Sa (Zamorano y Salas), generó que varios equipos se interesaran en disputar un encuentro frente a Chile. Uno de ellos fue Inglaterra, equipo que cayó por 0-2 ante la Selección nada más ni nada menos que en el mismísimo Wembley. En ese panorama, la Roja logró firmar un amistoso frente a la prestigiosa selección de Argentina de Passarella, que estaba conformada por Ayala, Verón, Ortega y Batistuta, entre otros.