Juan Pablo Escobar, hijo del “Patrón del mal”: “El amor de mi padre me salvó de ser como él”

Si Pablo Escobar se buscó una vida legendaria, su hijo Juan Pablo (40) no tuvo elección: nació condenado a una biografía excepcional. Creció rodeado de sicarios (“fueron mis niñeras”), lujos, armas, animales exóticos y montañas de billetes. Los enemigos de su padre trataron de matarlo y/o secuestrarlo al menos cinco veces. Tenía 16 años cuando Escobar fue acribillado y tuvo que arrancar de su escolta policial para viajar en secreto a Cali, donde los capos del cartel vencedor lo esperaban para matarlo, porque ir a entregarse era su única esperanza de sobrevivir. Convertido en un paria mundial que había resuelto morir sin descendencia, se cambió el nombre a Sebastián Marroquín –su identidad legal hasta hoy– para vivir de incógnito en Buenos Aires, a donde llegó con su madre y su hermana tras un fallido asilo en Mozambique, casi sin dinero y traicionados por toda la familia paterna. En Argentina estudió Diseño Industrial e inició una carrera laboral ganando lo mismo que a sus 15 años se gastaba en dos propinas. Un día decidió enfrentar a la sociedad y desde entonces se dedica a crear conciencia sobre los pecados de su padre, a quien ama sin reservas y define como “el mejor papá del mundo”. De todas esas contradicciones habló con The Clinic a propósito de “Pablo Escobar in fraganti”, su nuevo libro. Además, explica por qué su papá “se dejó matar” y critica a la serie Narcos: “Netflix ha creado un desastre”.