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Nacional

14 de Diciembre de 2017

Pepe Mujica saca aplausos en el centro de Santiago tras improvisado café con Guillier: “Seamos adversarios, no enemigos”

"Yo apoyo todo lo progresista en el mundo. Tengo una inclinación filosófica. He gastado mi vida tratando de contribuir a un mundo un poco más de iguales", dijo el ex mandatario uruguayo. Asimismo, afirmó que "lo que viene no es ni el paraíso ni el infierno".

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Un poco antes de las 13 horas de este jueves 14 de diciembre, el candidato presidencial de la Nueva Mayoría, Alejandro Guillier sorprendió al arribar sin previo aviso a un café del centro de Santiago en compañía del ex mandatario uruguayo José “Pepe” Mujica. Quien desde ayer se encuentra en el país para acompañarlo.

El Paseo Bulnes, el mismo donde esta noche tendrá lugar el cierre de la campaña de la carta oficialista, fue el lugar escogido para la cita. Desde ese rincón de Santiago, y en medio del asombro de los transeúntes, ambos ofrecieron un punto de prensa. Guillier abrió los fuegos y rápidamente cedió la palabra a su interlocutor. “Están más interesados en escucharlo a él que a mí”, pronunció.

Entonces Mujica agarró el micrófono y no lo soltó más, contestando las preguntas de los medios presentes.

“Mis sueños trabajan para un mundo que yo no veré, y ese sueño es que los latinoamericanos tengan una nación”, dijo el ex jefe de Estado.

Luego expresó que “hay que defender la política (…) la política es luchar por incrementar la civilización. No hay hombres insustituibles, hay causas insustituibles”.

También llamó a cuidar la convivencia, a aprender a tolerarse. “Lo que viene no es ni el paraíso ni el infierno”, subrayó.

Consultado por el respaldo a Guillier, resolvió que: “yo apoyo todo lo progresista en el mundo. Tengo una inclinación filosófica. He gastado mi vida tratando de contribuir a un mundo un poco más de iguales”.

“Por parentesco en materia de sentir y de pensar es que estoy acá. Pero no estoy por ser enemigo de nadie”, profundizó.

Dentro de las reflexiones que compartió también con la gente apostada en el lugar, fue que “la historia humana es una vaivén (…) la cara conservadora cuando se pone muy dura se transforma en facistoide; y la cara mía, cuando se llena de corazón y de buernas intenciones, cae en el infantilismo, y confunde rivalidad con sentimiento”.

“Los seres humanos nos movemos dentro de esta dialéctica (…) no le tengo odio a mis adversarios, los preciso y ellos también a mí. Seamos adversarios, no enemigos. Quiéranse un poco más y sepan lo que está en juego”, cerró.

 

 

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