Una se veía a sí misma, parada a su lado y diciéndose, junto a la línea del metro: “Tírate, tírate”. Otra aún no puede llorar por los abusos que vivió, pero cualquier evento insignificante le provoca lágrimas desbordantes, imparables, que no sabe de dónde vienen. La tercera lo ve en pesadillas metido debajo de la cama y se sueña gritándole y golpeándolo: “¡Sal de aquí! ¡Ya no te creo! ¡Me engañaste, viejo culiao!”. Este es el testimonio de tres mujeres que acusan a Humberto Baeza Fernández, conocido por su nombre artístico “Tito Fernández”, de haber aprovechado su condición de maestro espiritual para abusar sexualmente de ellas y que relatan el largo proceso que han debido recorrer para reconocerse como víctimas de violación.
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