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Cultura

3 de Junio de 2019

Patrick Hamilton sobre su obra inspirada en los Chicago boys: “Las medidas del recetario económico del neoliberalismo están en todo el mundo”

La exposición “Tiempos incompletos. Chile, primer laboratorio neoliberal" del artista chileno Patrick Hamilton y comisariada por Nelly Richard, se presentó en el Museo Reina Sofía en Madrid. La muestra cuestiona la actualidad del modelo neoliberal a partir de la relación entre los Chicago boys, la obra con los códigos QR de Felipe Rivas San Martín y el movimiento feminista de mayo 2018 en Chile.

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La crítica al neoliberalismo está de moda en España. Quizá por el resultado de las recientes comicios regionales, donde la derecha ha sacado una votación importante y el fantasma de la privatización ronda de nuevo sobre un estado benefactor que aunque mermado por los recortes de la crisis, aún tiene potentes bastiones en salud y educación. Dos obras recuerdan por estos días en la capital española, el impacto del neoliberalismo aplicado en Chile tras la dictadura: “Shock, el cóndor y el puma”, obra teatral del dramaturgo Andrés Lima y la muestra “Tiempos incompletos. Chile, primer laboratorio neoliberal” cuya obra principal es la del artista chileno Patrick Hamilton. Conversamos con él en medio de su obra extendida como un imponente tablero en un sitio privilegiado en el Museo de Arte Contemporáneo Reina Sofía. Sobre el tablero, bloques de ladrillos anaranjados y negros, que “sujetan” la instalación con archivos de imágenes que documentan la implantación del modelo neoliberal en Chile.

– “Tiempos incompletos. Chile, primer laboratorio neoliberal” busca mostrar las consecuencias de la doctrina del shock, implementada por la dictadura chilena. ¿Crees que la gente desconoce tanto las causas como las consecuencias del neoliberalismo?

Creo que para la gente son más evidentes las consecuencias del neoliberalismo que las causas y por ello ha sido interesante para mí realizar un trabajo que habla justamente de los orígenes del neoliberalismo (Sociedad Mont Pelerin), su difusión y traspaso a través de enseñanza universitaria (convenio Universidad Católica y Universidad de Chicago), bajo qué condiciones se implanta en Chile y sus consecuencias que podemos ver hasta el día de hoy en Chile y el mundo. Una de las tesis de la exposición es que el modelo Chicago boys no es algo del pasado que se circunscribe simplemente al caso chileno, sino que es un fenómeno mucho más amplio y actual, lo que queda refrendado en el caso de Bolsonaro en Brasil quien se ha declarado un ferviente admirador de Pinochet y que ha puesto al Chicago boys, Paulo Guedes, a cargo del ministerio de Economía.

– ¿Qué te ha dicho el público español de la exposición?

Nosotros los chilenos estamos acostumbrados a un neoliberalismo salvaje, pero aquí en España se percibe el peligro de las medidas neoliberales en relación al socavamiento del sistema de bienestar -sanidad y educación publica gratuita y de calidad, seguros sociales- que impera a pesar de la crisis y las medidas de austeridad impuestas a España para salir de la crisis. La gente con la que conversé se mostraba muy interesada y receptiva a estos temas ya que, si bien la historia específica del caso chileno no es tan conocida, el concepto de neoliberalismo luego de la crisis del 2008 ha estado en el debate público en términos de cuestionamiento al modelo de mercado, la especulación financiera, la especulación inmobiliaria o la crisis medioambiental.

– ¿Por qué tu interés en el tema y cómo comienza este acopio de materiales sobre los Chicago boys, El Ladrillo y el neoliberalismo en Chile?

Desde mediados de los años noventa cuando estaba en la universidad, empecé a definir mi trabajo artístico como una suerte de reflexión estética en torno a las consecuencias de la “revolución neoliberal” implantada en Chile por Augusto Pinochet y el grupo de economistas conocidos como los Chicago boys, durante los años setenta y ochenta, hasta ahora. Me interesaba la relación entre arte y política, arte y sociedad, pero me agobiaba el tema de la memoria en relación a la violencia de estado, que era lo que trabajaban muchos artistas de mi entorno. Así fui dirigiendo mi investigación tanto formal como conceptual, hacia las complejas consecuencias que el sistema neoliberal ha producido en Chile, así como en tantos países alrededor del mundo.

Mi interés se da justamente por el hecho de que Chile fue –reconocidamente- el laboratorio del neoliberalismo, el primer país donde se implanta un sistema económico mediante un golpe militar. También porque este sistema económico, social y cultural ha sido la herencia más permanente de la dictadura de Pinochet, un modelo que muchos celebran en términos de crecimiento y desarrollo pero que sabemos, es muy cuestionable en términos morales ya que es incapaz de abrazar la justicia y al equidad. Desde entonces he ido a través de los años formando una bibliografía sobre el tema y también recolectado documentos y las reflexiones de Nelly Richard y Tomás Moulian al respecto.

– ¿Quién convence a Pinochet para que los Chicago boys lideren la “reactivación” económica de Chile? ¿Cómo se produce ese proceso?

Fue el Almirante José Toribio Merino quien a través de Roberto Kelly, recién nombrado director de ODEPLAN a fines de 1973 contacta a un sector de los Chicago boys, Emilio Sanfuentes y Sergio De Castro, quienes ya habían redactado un programa económico de corte liberal, monetarista y alternativo al modelo socialista de la UP. Ese texto será luego conocido como “El Ladrillo” y servirá de base para la política económica del gobierno militar. Sergio de Castro es nombrado asesor del Ministro de Economía, primero el General González y luego Fernando Léniz, semanas después del golpe. Jorge Cauas, Ministro de Hacienda de Pinochet comienza con el Plan de Recuperación Económica, que luego intensifica Sergio de Castro desde el Ministerio de Economía, cartera que asume el año 1975. Así la visión de los Chicago Boys se empieza a imponer y sus medidas económicas se implementan sin anestesia en Chile.

Luego viene de visita a Chile en marzo del 1975 el polémico Milton Friedman, se reúne con Pinochet, acompañado de Arnold Harberger y le dice que las medidas que se estánaplicando son las correctas, pero le recomienda que frente a una economía enferma no se pueden tomar medidas graduales sino que hay que ejecutar una “terapia de shock”. Así sigue la historia en un contexto donde se hablaba de libertad económica al mismo tiempo que existía una absoluta represión de las libertades civiles y sociales, persecución política, tortura, muerte y desaparición.

– ¿Dónde están los Chicago Boys cuando el modelo comienza a hacer patente los primeros “fallos del sistema” y qué se recomienda al respecto?

Continúan en el gobierno. La gran crisis económica del año 1982 tiene como protagonista el mismo Sergio de Castro quién era ya Ministro de Hacienda. De hecho se le responsabiliza a él en parte, de la crisis dada su obstinación en mantener el precio del dólar fijo en 39 pesos, cuando todo el mundo recomendaba la devaluación.

– En tu obra haces un recorrido desde los orígenes de la Escuela de Chicago y el éxito de su implementación en Chile gracias a la dictadura, hasta las loas al sistema neoliberal chileno hechas recientemente por Jair Bolsonaro. Antes quizá había un recato en el panorama internacional a la hora de exaltar los beneficios del neoliberalismo, ahora parece que no hay complejos…

Nunca ha habido complejos de parte de ciertos grupos en exaltar los éxitos de la implantación del neoliberalismo en Chile. Desde siempre se ha dicho en Chile y el mundo, que Pinochet “no obstante los lamentables atropellos a los derechos humanos”, ha realizado una gran labor en la economía chilena. Lo que sucede es que ese reconocimiento supone primero, obviar el terrorismo de estado que se utilizó para implantar el modelo –asumirlo como parte de los costos- y segundo, que ese mismo modelo ha privilegiado el crecimiento a toda costa sin medir la gran desigualdad que ha provocado. Entonces el desarrollo económico que exalta el impresentable de Bolsonaro tiene que ver con esa visón totalmente parcial y manida sobre el “milagro económico chileno”.

Paralelamente a esto, hay que decir que hubo una crítica casi inmediata a la relación entre neoliberalismo y genocidio y a la complicidad entre los economistas de Chicago y la dictadura desde muy temprano en los años posteriores al golpe. Sin ir más lejos, Andre Gunder Frank publicó sus cartas abiertas a la escuela de Chicago y su intervención en Chile dirigidas a Milton Friedman y Arnold Harberger, así como esta la famosa carta que publica una semana antes de su asesinato Orlando Letelier en The Nation, titulada elocuentemente: “Los Chicago boys en Chile; el terrible impacto de la libertad económica”.

– Los Chicago boys se extendieron por toda Latinoamérica, ¿Qué región le falta por conquistar al neoliberalismo y por qué?

*Foto cedida para la exposición, cortesía de Carlos Massad.

Las medidas del recetario económico del neoliberalismo están en todo el mundo. Salvo algunos países europeos con un sólido sistema del bienestar –sobre todo los países del norte de Europa- en el resto del mundo el neoliberalismo campea en algunos países con más o menos intensidad. Se podría decir que unos pocos países viven en un capitalismo del bienestar y que la gran mayoría vive en un capitalismo del malestar.

– ¿Cómo le explicarías a un/a joven de 20 años qué es el neoliberalismo? 

Le diría que el neoliberalismo es un sistema económico que se basa en un programa político que se define por un desprecio absoluto por cualquier idea colectivista y que promulga la superioridad técnica, moral y lógica de lo privado por sobre lo público y que define al mercado como la expresión material y concreta de la libertad individual. Es sin duda, la ideología más exitosa de los últimos 40 años ya que equipara tramposamente los conceptos de mercado a los de libertad y democracia.
También les diría que ese desprecio por lo público, por lo común, por el interés general, esconde un complejo entramado de relaciones mediante las cuales el Estado debe operar a favor del libre mercado. Es por ello que para la ideología neoliberal la política está al servicio del mercado y debe garantizar mediante un conjunto de leyes y arreglos institucionales que nada interfiera en el libre funcionamiento del mercado ya cualquier tipo de regulación, significa un obstáculo para la “libertad”.

-¿Qué recorrido te gustaría que tuviera esta obra?

Sería importante para mi que se exhibiera en Chile, veremos qué podemos hacer al respecto. También me interesa otro modo de circulación como puede ser el diseñar algún tipo de cuaderno o libro con los documentos que he convertido en archivo. Creo que tengo un material valioso allí que me gustaría compartir.

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