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Humor

4 de Junio de 2019

Las alternativas laborales de Raquel Argandoña tras quedar sin pega en el 13

Luego de su abrupta salida de Canal 13, se abren nuevas opciones laborales para Raquel Argandoña, quien alguna vez fuera rostro importante de los matinales nacionales. Pero una mujer de 61 años en una economía en contracción no lo puede tener todo fácil. ¿Qué opciones le esperan?

Por

1. Llegar como modelo a “Cada día viejor”

Es el lugar donde llegan todas las viejas glorias, ya viejas, y con las glorias ya pasadas. El programa favorito de las casas de reposo. Ahí donde llegan todos los humoristas a llorar que el público es ingrato, los ejecutivos de televisión son ingratos, la familia es ingrata y las AFP, bueno, para qué hablar. Raquel lo haría excelente en su rol de juventud: una sonrisa cautivadora y malévola, una mirada intensa, solo para promocionar Osssssteoartrit, y su dos por uno si usted llama durante el programa y 60 cápsulas de regalo si llama en los próximos 20 minutos. Por 1000 pesos más se puede llevar una suscripción a “El Guardián de la salud”.

2. Vender sopaipillas en la calle

Haría carne las afirmaciones de su a-mi-ga personal Cecilia Morel, quien asegura que la mujer chilena quiere seguir trabajando más allá de los 65 años. Debido a que la industria está en crisis y no le ofrecen nuevos proyectos interesantes, no le quedará otra que sumarse a la gran masa de personas mayores de sesenta que se ven obligadas a trabajar para subsistir.

Y aunque tiene un buen monto ahorrado en la AFP, y hasta podría haber optado a ser del INP por haber cotizado antes de la reforma, dado que tiene un par de lagunas (que no pasan a ser pozas) le exigen que cotice 120 millones más o saldrá con una jubilación menor a la Básica solidaria.

Así que a ponerse el delantal, llevar el carrito hasta el puente de Mapocho, disputar con extranjeros y locales el espacio, tener cuidado de no resbalar cada vez que el piso se pone jabonoso por la cantidad de aceite quemado vertido en él, y a freír esas masitas tan populares, que la población chilena ansiosa por un infarto ha hecho el sustituto perfecto de un desayuno, almuerzo y cena, sano y perfectamente balanceado.

3. Volver a Pelar Co.

La vieja ciudad de Pelarco, allí donde fuera su alcaldesa hace varios años, donde organizara un concurso de belleza para las muchachas locales, la espera con los brazos abiertos. Ahí se necesita urgente alguien que se dedique a limpiar la única calle que lograron pavimentar gracias a un FNDR, ya que hay que sacarle el polvo que en estos lados es brutal y la afea, puchacái que la afea. El sueldo es de 209.000 pesos por sólo media jornada.

4. Ir a fiestas Kitsch como doble de David Bowie

O de Tilda Swinton, aunque para eso le falta un poco más de carenáh.

5. Ir a fiestas Kitsch como doble de Janin Day

Bueno, lo de doble de David Bowie fue, tal vez, un exceso de entusiasmo. Y a estas alturas Janine Day es más célebre que Raquel, así que el cambio se demuestra justo.

6. Invocar a Ricardo Claro por medio de la ouija para que le haga gancho en Mega

Hay que reconocerlo: Megavisión no es el canal que conocimos hace unos años. La risa de Viñuela (usada en Guantánamo como instrumento de tortura) es cuatro decibeles menos estridente. Se trajeron todo el área dramática de TVN de la posdictadura y los platós tienen aroma a Juan Gómez Millas a ratos. Raquel Argandoña invocará por un vórtex interdimensional a Ricardo Claro, el oscuro ex dueño, y lo conminará a que le haga gancho para entrar al lugar seguro donde Patricia Maldonado sigue sobreviviendo al apocalipstick.

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