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Opinión

28 de Agosto de 2019

Editorial

Somos los mismos pero más encachados. Al papel nuestros honores, a la web nuestra esperanza.

Lorena Penjean
Lorena Penjean
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Querido lector, nos hace mucha ilusión contarte que tenemos nueva web, la que trae consigo la promesa de innovación, no solo en términos de mejorar la famosa “experiencia del usuario”, -que por cierto es una meta-, sino también para seguir poniéndonos a tono con los tiempos que corren y enchular nuestro ADN de independencia, modernidad, humor, vanguardia y libertad. Ahora, con esta nueva casita ordenada, anhelamos encantarte y sumar más amigos. 

Empezamos a trabajar hace ya casi un año, probando nuevos formatos, sumando voces que nos hablen en otros idiomas, que nos cuenten qué pasa allá afuera, que nos ayuden a habitar y entender este mundo que entre la emergencia climática, los resurgimientos de populismos nacionalistas, absolutismos morales y crisis de salud mental, nos convoca a poner toda nuestra energía para estar a la altura de esta nueva era que se abre en el mundo de los medios de comunicación.

Cuando nacimos, hace veinte años, usábamos disquetes para irnos a la imprenta y escuchábamos CD. Reporteábamos a la que nos criamos y muchos de nuestros periodistas se pasaban la tarde en la biblioteca. Algunos jugaban con una serpiente en el Nokia en los celulares de “Faúndez”, que eran la promesa de la eterna conexión. 

“Este equipo atesora el impreso, porque somos nostálgicos y porque le debemos todo. Porque resistir en el impreso ya nos parece un gesto político”

Era la época del Nintendo 64, del minidisc. Empezaban a aparecer las máquinas fotográficas digitales, que eran como lujos de magnate petrolero, y un buen día bajamos música en nuestros computadores gigantes y escuchamos Sultans of Swings, Elvis y Manzanita, cantando
Ramito de Violetas. 

Nuestra primera aparición en la web fue a diez años de nuestro nacimiento, en 2008. De ahí en más, ustedes conocen la historia: en nuestro sitio se publicaron muchos golpes, como el Milicogate, Pacogate, las múltiples aristas del Caso SQM y abordamos en varios reportajes el escándalo que terminó con Jadue (y por rebote Sampaoli) fuera de la ANFP, sólo por mencionar algunos ejemplos. El Clinic ha cubierto temas que otros medios jamás habrían publicado. Reafirmamos este compromiso de independencia. 

Hoy, este equipo atesora el impreso, porque somos nostálgicos y porque le debemos todo. Porque resistir en el impreso ya nos parece un gesto político y ojalá consigamos seguir en la lucha, aunque lo cierto es que todo se mueve aquí, en el mundo digital, ya ni siquiera por el computador, sino que por el celular. Y eso requiere otros esfuerzos. Al papel nuestros honores, a la web nuestra esperanza. Pero ojo, hay algo que no cambia desde nuestra fundación en 1998 ni tampoco en nuestro salto a la web una década después: nuestra carcajada impertinente y nuestro amor por contar historias. 

En este nuevo Clinic Navegable, apostamos no solo a las herramientas que nos ofrece la tecnología y a la caja de resonancia de las redes sociales; ponemos nuestras fichas en afianzar nuestras comunidades, en “Escuchar la voz del pueblo”, no solo porque es un mandato autoimpuesto, sino porque nos gusta, porque queremos seguir conectándonos con nuestros lectores, habitar sus imaginarios, conocerlos y entablar diálogos virtuosos y también ociosos, por qué no. El Clinic siempre ha sido y será un lugar donde todos están invitados a participar e interactuar. 

En este Clinic mantenemos el humor como talismán, como nuestro mecanismo de defensa, nuestra forma de patear la perra. Nuestro grito en días difíciles de leer.  

En el Clinic no tenemos complejos. Podemos publicar una entrevista a un ministro al lado de un meme, un reportaje, un obituario, una denuncia, su alharaca poca y lo que venga, porque no se nos cae la corona ni aspiramos a ser más que un medio amigo. Somos unos desclasados. Unos perfectos imperfectos.  

Somos los mismos pero más encachados, y les ofreceremos contenidos “360” -(qué lata hablar sin caer en la pomposidad de estos raros conceptos nuevos)- en formato escrito, fotos, videos, ilustraciones, animaciones, streamings y podcasts. Pero también habitamos en Instagram, Spotify, Youtube, Twitter y Facebook, sin dejar de lado comunidades de futuro como Tik Tok y Twitch.

Sean todos bienvenidos a este nuevo desafío, a nuestra nueva página y plataformas. Son suyas, nuestras, de todas esas criaturitas imperfectas, atrevidas, desprejuiciadas, escépticas, querendonas, experimentales, abiertas a la contradicción, inclusivas, compasivas, fiesteras, que creen en las segundas oportunidades, rabiosamente tolerantes y amorosas. Esas que se enchuchan a más no poder, pero que al final se ríen de todo y con todos, partiendo por ellas mismas.

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