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Entrevistas

18 de Noviembre de 2019

Marlen Olivari va por la alcaldía de Viña del Mar: “En los cerros de Viña todo el mundo sabe que soy como el compadre Moncho, estoy en todas con ellos”

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"Soy viñamarina, nacida acá, estudié en el liceo de niñas de Viña del Mar, trabajé como pizzera aquí y soy una mujer de esfuerzo. Me ha costado la vida, nadie me ha regalado nada", dice la exmodelo.

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La crisis social que atraviesa el país fue la bencina para encender definitivamente los motores de la campaña de Marlen Olivari por el sillón edilicio de Viña del Mar.

De cara a las elecciones municipales de octubre de 2020, la artista decidió lanzarse con una candidatura independiente que, según comenta con The Clinic, es un pedido que le vienen haciendo sus coterráneos desde hace años.

Los más de $17 mil millones de déficit en la ejecución presupuestaria de 2017, bajo el mandato de la actual alcaldesa Virginia Reginato, también son parte importante de la renovación que la exmodelo le quiere entregar a la tierra en que nació.

“Soy viñamarina, nacida acá, estudié en el liceo de niñas de Viña del Mar, trabajé como pizzera aquí y soy una mujer de esfuerzo. Me ha costado la vida, nadie me ha regalado nada. Soy animalista, salvo gaviotas, salvo pelícanos, mi familia es parte de Greenpeace, todos son animalistas y soy muy humana“, dice de entrada Marlen.

¿Es eso lo que realmente te motiva a ser alcaldesa?

Lo que me interesa es estar con la gente. En los cerros de Viña todo el mundo sabe que soy como el compadre Moncho: estoy en todas con ellos. Cada vez que me llaman de una junta de vecinos, de algún club deportivo o lo que sea, estoy ahí, animando completadas, bingos, platos únicos bailables, las rifas, lo que sea. Por supuesto ad honorem. Sé que hay mucha gente vulnerable que necesita y quiero estar con ellos. No es que los estoy ayudando desde ahora, he sido super consecuente siempre y la gente lo sabe. Me quieren mucho.

Renovación Nacional, Evopoli y la Democracia Cristiana son algunos de los partidos, que según ella misma contó, le ofrecieron ir como candidata pero que terminó rechazando porque no le gustan los extremos.

“Creo que uno pierde objetividad a veces, y eso es importante. Conozco a mucha gente de la política, de este gobierno y de los anteriores. He estado ayudando en causas que me parecen válidas e importantes, no en campañas políticas. Por ejemplo en las de Sernam, donde he sido rostro. Son las causas las que a mí me han motivado, pero no estoy inscrita en ningún partido político y tampoco me considero de algún color“, dice.

¿Qué le podrías ofrecer a la gente viñamarina, Marlen?

Me interesan los problemas de las personas. Las necesidades de ellos, escucharlos. Eso que está tan de moda hoy, escuchar a la gente, lo vengo haciendo hace más de 20 años. Llevo 30 años en las comunicaciones y he recorrido más de 30 veces el país, entonces con la gente de Viña del Mar es lo mismo.

¿Por qué no quisiste tomar la opción e ir acompañada por uno de los partidos políticos que te hicieron ofrecimientos?

Ellos saben y conocen mi gran vocación de servicio. Tienen claro cuáles son las cosas que he hecho siempre por mi ciudad. Por eso me lo pidieron, pero después que vino esta crisis social, con mayor razón y junto a un equipo de profesionales (psicólogos, sociólogos, periodistas, etcétera) tomamos la decisión que no tenía que estar con los partidos políticos, sino que tenía que estar con la gente. No es relevante si eres azul, si eres rojo o eres amarillo. Aquí lo relevante es hacer cosas por las personas, por la gente más vulnerable. Por eso tomamos la decisión que teníamos que ser candidatos a alcalde de forma independiente.

Por último, ¿qué le hace falta a Viña del Mar?

No quiero culpar a nadie de las cosas que le faltan a Viña, pero creo que llegó el momento de hacer cambios importantes. La gente es super inteligente y sabe que viña necesita aires nuevos. Se pueden hacer cosas maravillosas. Tenemos solamente el hospital Gustavo Fricke, y está colapsado. Lo he vivido en carne propia. Mi papá tiene Fonasa y la otra vez estuvo sentado 20 horas en una silla porque no había cama para él, que estaba con una pielonefritis y había mucha gente que estaba en el suelo porque no habían camas. Fue una situación bien triste que viví con él. Por eso cuando hablo es con conocimiento de causa, no es algo que me han contado ni algo que leí en el diario.

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