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Salud

2 de Diciembre de 2019

Neurobiólogo asegura: “Ya no solo hablaremos de mutilados o fallecidos por el estallido social, sino de graves enfermedades mentales”

Alexies Dagnino, académico de la U. de Valparaíso, proyecta que el estrés postraumático que produzcan las manifestaciones se puede transmitir de una generación a otra.

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Producto del estallido social, el nivel de estrés que está experimentando la sociedad chilena es altísimo y el daño en la dimensión emocional de las personas puede ser un factor preocupante en materia de salud mental, al punto de comprometer a las futuras generaciones.

Así lo advierte el doctor Alexies Dagnino, investigador del Centro de neurobiología y fisiopatología integrativa de la Universidad de Valparaíso (CENFI), cuya principal línea de investigación se orienta a la neurobiología del estrés y la resiliencia.

Alexies Dagnino. Foto: UV

En su opinión, el estrés postraumático se puede transmitir de una generación a otra. “Está ampliamente documentado que sociedades que han vivido situaciones muy estresantes, los efectos del estrés se transmite a las próximas generaciones, un ejemplo de ello es el Holocausto”, detalla.

De hecho, los niveles de estrés ya eran altos antes del estallido y así lo comprueba el reporte “Depresión y otros Desórdenes Mentales Comunes” (2017), de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que señala que en Chile cerca de 850 mil personas mayores de 15 años padece depresión ( 5% de la población) y más de un millón sufre de ansiedad (6.5%).

Dicho informe ubica a Chile entre los cuatro países con mayor prevalencia en enfermedades psiquiátricas relacionadas con el estrés en el continente americano.

En esa línea, el doctor Dagnino puntualiza que el estrés es una respuesta natural y adaptativa que se da ante las demandas del entorno físico y emocional. Cuando la persona interpreta ese ambiente como amenazante desencadena una reacción fisiológica que prepara al organismo para dar una respuesta que permita enfrentar la demanda y adaptarse ella (por ejemplo arrancar, esconderse, pelear, etcétera)

En su opinión, el organismo está preparado para realizar este tipo de cambios cuando es necesario y puede volver a su estado natural sin que esto implique sufrir consecuencias irreversibles.

Sin embargo, el investigador indica que cuando el entorno cambia rápidamente en el día a día, algunos cerebros no alcanzan a adaptarse. Por lo tanto es sencillo predecir –considerando la situación por la que pasa el país- que en los próximos meses ese tipo de enfermedades tenderá a aumentar fuertemente su prevalencia.

“Ya no solamente vamos a hablar de los mutilados de los ojos o de los fallecidos por el estallido social, sino que vamos a hablar de las graves enfermedades mentales generadas por el estrés y el aumento de su prevalencia. Recordemos que estas enfermedades cuando no son tratadas son causa de suicidio y muerte de las personas”, señala.

Dagnino explica que “la magnitud de los efectos del estallido social equivalen a un ‘terremoto emocional’. De eso estamos hablando. El estrés produce aumento de la ansiedad, mayor susceptibilidad a la impulsividad y agresividad, menor concentración y problemas en la memoria. El cerebro humano es demasiado susceptible a los cambios emocionales”.

“Hoy se perdió el miedo a manifestarse. Lo que estamos viviendo es un cambio emocional en un contexto social muy fuerte y cambiante. El cerebro en algunos casos puede adaptarse a esos cambios, pero hay una gran parte de la población que no va poder, lo que contribuirá a desencadenar el desarrollo de patologías mentales como la depresión y los trastornos de ansiedad”, concluye.

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