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Opinión

5 de Diciembre de 2019

Columna de Mahia Saracostti: Educación pública y formación ciudadana

"La participación ciudadana es un espacio que llegó para quedarse. Y, nuestros niños, niñas y adolescentes no están ajenos ni inmunes al estallido social que tiene movilizado al país y sus regiones. Acallarlo con un proyecto de ley contra el adoctrinamiento no hace sentido, cuando el Ministerio de Educación tiene otros instrumentos para trabajar con las comunidades educativas", escribe Mahia Saracostti.

Mahia Saracostti
Mahia Saracostti
Por

Mahia Saracostti; Red Universidades Unidas por la infancia, Académica UFRO

La ministra de Educación, Marcela Cubillos, anunció la elaboración de un proyecto de ley para frenar el “adoctrinamiento político” a menores en colegios y jardines infantiles, luego de recibir denuncias al respecto. Desde el Colegio de Profesores rechazaron el anuncio, indicando que las denuncias corresponden a “hechos aislados”.

Más allá de que los hechos puedan ser aislados o no, ciertos o no, los tiempos no están para dimes y diretes, ni para ponernos los unos contra los otros. Necesitamos, con cierta cuota de urgencia, superar intereses personales o estrategias comunicacionales a veces mezquinas para avanzar a un trabajo de educación y formación ciudadano colectivo y colaborativo. Todos tenemos que disponernos a aprender; desde el Ministerio de Educación hasta comunidades escolares. Las universidades no estamos exceptuadas.

Cuando el malestar social finalmente explotó, algunos pensamos que Chile tiene una oportunidad única de acompañar su desarrollo económico con un bienestar humano integral que ponga a las personas en el centro del movimiento social. Una oportunidad para mirar cómo lo han hecho otros países.

El llamado es a concretar la diversidad y la inclusión en la forma en cómo tomamos las decisiones sociales y políticas y en los distintos espacios de participación que se están abriendo en nuestro país. La escuela no puede quedar exceptuada de esta nueva forma de relacionarnos que está naciendo, obviarla sería resistirse al nuevo paradigma social y cultural que surge de la mano de los más jóvenes.

La participación ciudadana es un espacio que llegó para quedarse. Y, nuestros niños, niñas y adolescentes no están ajenos ni inmunes al estallido social que tiene movilizado al país y sus regiones. Acallarlo con un proyecto de ley contra el adoctrinamiento no hace sentido, cuando el Ministerio de Educación tiene otros instrumentos para trabajar con las comunidades educativas. Sería como intentar tapar el sol con un dedo. Los estudiantes no dejarán de manifestarse, dentro de la escuela o fuera de ella.

Recordemos que el Ministerio de Educación es el “órgano rector del Estado encargado de fomentar el desarrollo de la educación en todos sus niveles, a través de una educación humanista democrática, de excelencia y abierta al mundo en todos los niveles de enseñanza”.

Considerando su rol fundacional, situaciones de supuesto adoctrinamiento político solo pueden abordarse con más educación, más espacios de conversación en los espacios relevantes: Familias, escuelas y comunidades.

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