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17 de Diciembre de 2019

Hasta que valga la pena vivir: Las cicatrices del estallido social en los muros de Santiago

Foto: Sebastián Flores

The Clinic conversó la actriz Luciana Echeverría el periodista Javier Rebolledo, dos de los autores de "Hasta que valga la pena vivir", retrato fotográfico y narrativo de la explosión creativa que quedó plasmada en las paredes de la capital durante la revuelta social que comenzó el 18 de octubre.

Por

*Este texto fue escrito en colaboración con
Catalina Llantén y Sebastián Flores.

El estallido social marcó a fuego el país. Episodios de violencia, horror, protesta, alegría y humor han atravesado a los chilenos, detonando una explosión creativa que ha quedado registrada -como llagas- en los muros de la capital.

En el libro “Hasta que valga la pena vivir”, que se lanza este miércoles, Dauno Totoro, Luciana Echeverría y Javier Rebolledo lograron retratar, compilar y narrar la revuelta mediante rayados, esténciles, pinturas y papelógrafos en las paredes de Santiago, Recoleta, Providencia, La Florida y Ñuñoa.

The Clinic conversó con dos de sus autores, quienes contaron cómo los marcó el estallido social, qué sentimientos les provoca esta estética urbana y cómo fueron estructurando este pequeño trozo de historia en imágenes.

Javier Rebolledo y Luciana Echeverría. Foto: Sebastián Flores

Javier Rebolledo: “Una de las cosas que más nos impresionó en el muro fue que, desde la espiritualidad de cada persona, se manifestaba una expresión gráfica creativa única. Además, muchos de estos rayados, escritos o papelógrafos tenían esa característica, que eran verdaderas obras de arte. Y eso es como el magma, si tú quieres, que sobrevive a la sociedad y que está presente a lo largo de toda la historia, pero con ciertos elementos o situaciones sociales como esta, de pronto explota y queda en los muros de Santiago”.

Luciana Echeverría: “Lo que tratamos de hacer fue buscar casos en particular que representen las injusticias de cada demanda. Por ejemplo, en el tema del feminismo, abordamos la historia de Nabila Rifo y la injusticia política que hay detrás de todo eso. El tema de Catrillanca o el aborto que ha sido súper importante. También en la lucha feminista, el que haya paridad en la Asamblea Constituyente. El Sename también fue un tema importante, porque en el fondo es cómo los toman como terroristas, pero en el fondo son nuestros hijos, son los hijos del Estado. Entonces es muy violento lo que ahí sucede”.

Foto: Sebastián Flores

Javier Rebolledo: “Si bien son demandas sectoriales en las que todos nos vemos reflejados, la forma en que se expresa es absolutamente única y eso es lo maravilloso. Era angustiante al mismo tiempo. Nos dábamos cuenta que estábamos frente a algo súper bonito, pero que iba a desaparecer en cualquier momento. Te dabas cuenta en las calles, en las marchas, cómo la gente empezó a liberarse también. A mí me llamaba la atención que de repente veías a unos tipos y tipas vestidos de una forma que nunca antes se habían atrevido probablemente, y es como que todos nos atrevimos de alguna manera”.

Luciana Echeverría: “Yo, por ejemplo, estuve en las marchas de los pingüinos, yo me tomé el colegio y todo. Desde mi vereda, puedo decir que es como la mochila que llevamos de todas las generaciones de que no es sólo por nosotros. Claro a nosotros a lo mejor no nos va a beneficiar, pero sí a la abuela que está a punto de morirse, a los papás que están cansados de trabajar”.

Javier Rebolledo: “A mi ojalá que me beneficie de alguna manera (risas)”.

Luciana Echeverría. Foto: Sebastián Flores

Javier Rebolledo: “Como símbolo de heroísmo está el Negro Matapacos, que es como el alma de todo esto. En el “Chile Despertó” quedó con mucha fuerza también el tema del edificio Enel en llamas. Sólo fue la escalera, pero era la imagen de la farsa de los medidores inteligentes, del mal servicio de esta empresa gigante y que fue una de las primeras cosas que ardió en llamas. Al principio nos encontramos con mucho fuego y con mucha rabia. Otra idea que estaba muy presente era esta imagen de la cuchara golpeando la cacerola y el fuego. El tema del A.C.A.B. también, que la gente se preguntaba qué era eso y qué es el 1312. Nosotros tampoco sabíamos qué era lo que significaba y tuvimos que ir aprendiendo. También tuvimos que familiarizarnos con la “ética” de la primera línea, de estos cabros que están ahí para que el resto pueda manifestarse. Hay una parte igual que hicimos con los medios de comunicación, que tiene que ver con que se descubrieron mentiras evidentes”.

Javier Rebolledo. Foto: Sebastián Flores

Javier Rebolledo: “Parte de lo maravilloso de esta cuestión es que nunca es una sensación la que manda, sino que es tan dramático que estás en medio de muertos, de gente que está perdiendo la vida, que están torturando, y también te estás expresando de manera maravillosa, estás sintiendo que tienes el valor para hacerlo, crees que puedes cambiarlo todo. Al mismo tiempo está todo lo bonito y todo lo terrible coexistiendo. Esa es la sensación de ensueño que nos invadió durante un tiempo”.

Luciana Echeverría: “Un día pasábamos por distintos tipos de emociones. Estábamos súper bien, pero de repente, nos venía la angustia profunda. El miedo. Después de nuevo volver, todo como en un mismo cuento. Es difícil catalogar lo blanco o lo negro. Lo fuerte que viene ahora es que tenemos que adecuarnos a algo que es nuevo, algo que no conocemos, y eso provoca incertidumbre”. 

Luciana Echeverría. Foto: Sebastián Flores

Luciana Echeverría: “Este libro representa la memoria de estos días y que todavía no para, todavía va a seguir, pero por lo menos el principio de algo que los muros metafóricamente, pasa y después se borra, tratar de dejarlo y que por lo menos esta vez no se olvide”.

Javier Rebolledo: “Este libro termina con la asamblea constituyente y una nueva Constitución. Parte con una introducción que dice que, cuando quedan estas embarradas, se expresa lo mejor y lo peor del ser humano, porque están los poderes enfrentados en esta sociedad. En este libro, para darle algún sentido visualmente, está esto que es maravilloso pero además está la historia, la verdad, el contexto de cada una de las demandas principales. El intento ahí es tratar de colaborar con el lector para que pueda tener una idea de lo que pasa en Chile”.

Foto: Sebastián Flores

-¿Y cómo avanzamos hacia adelante?

Luciana Echeverría: “La primera base es decir “No a la impunidad”. Porque ya hay muchos muertos, gente herida, gente sin ojos. Ha sido muy angustiante para todos. Incluso en un tiempo fue como normal. Eso no puede pasar, no podemos normalizar que eso esté pasando. Esa angustia de Piñera, que salía a hablar y no decía nada. Eso es todavía la rabia que por lo menos yo tengo. Mientras eso siga pasando, no va a haber tranquilidad”.

Breve adelanto de
“Hasta que valga la pena vivir”

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