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Planeta

26 de Diciembre de 2019

Ácido acetil salicílico, ibuprofeno, naproxeno y ketoprofeno, entre otros, son encontrados en aguas servidas y de ríos de la Región Metropolitana

Agencia Uno

Un grupo de investigadores de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas de la U. de Chile realizó la investigación que fue publicada por la revista Analytica Chimica Acta.

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*Imagen referencial

Un grupo de investigadores de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas de la Universidad de Chile, liderado por el académico Pablo Richter encontró concentraciones importantes de contaminantes emergentes en aguas servidas y ríos de la Región Metropolitana.

¿De qué se trata? Ácido acetil salicílico, ibuprofeno, naproxeno, ketoprofeno, ácido mefenámico, diclofenaco, ácido clorfíbrico, gemfibrozilo, parabenos, hormonas, nonilfenol y triclosan fueron encontrados en las muestras que el equipo de expertos recogió a través de un novedoso formato de microextracción e identificación eco-eficiente en base a láminas de corcho, detalla La Tercera.

Los resultados fueron contundentes: se encontraron concentraciones de hasta 20 ug/l (microgramos por litro) de  dichas sustancias, en el estudio que publica la revista Analytica Chimica Acta.

Según detalló Richter, el proceso contaminante comienza en la casa o en cualquier hospital. “Después de que la gente ocupa medicamentos o productos de cuidado personal, éstos van al sistema de alcantarillado de forma nativa o como algún metabolito (molécula producida durante el metabolismo). Si tomas aspirina o paracetamol, una parte inalterada sale por la orina y eso se va a la alcantarilla”, explica en La Tercera.

En la planta de tratamiento, cuando se realiza el proceso de depuración, aquello “no es del todo eficiente, porque no están diseñadas para remover este tipo de contaminantes. Estos compuestos tienen una alta solubilidad en agua y una parte importante de ellos no queda retenido en las plantas de tratamiento”.

Luego, a través del efluente, aquellos contaminantes emergentes llegan a la gente.

“Son moléculas sintéticas que no tienen por qué estar en el medioambiente. Si bien en parte se diluyen (baja de 20 ug/l a 8 ug/l), son concentraciones que pueden afectar a largo plazo porque no son naturales, uno puede pensar que producirán daño a futuro. Eso se tiene que normar, pero todavía falta. Aún no se sabe que efecto puede causar con certeza. Si bien ya hay estudios que indican que produciría daño a ciertas especies de peces, aún falta confirmarlo”, finaliza Richter.

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