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Reportajes

10 de Febrero de 2020

Andrea Molina rompe el silencio: “Se olvidan de la gente que ha hecho Patria”

Valentina Manzano

Andrea Molina sale a hacer su sesión de fotos a los jardines de la Casona Amarilla de la Municipalidad de la Florida, ahí en el paradero 14 de Vicuña Mackenna. En 10 minutos se le acercan al menos 20 personas para sacarse una selfie, para abrazarla, para recordarla del Hola Andrea, para agradecerle una gestión por algún problema social. Calle tiene. Fue 2 veces diputada con primera mayoría en su distrito y cuando quiso saltar al Senado, sacó la tercera mayoría regional ¿Cómo fue que con ese capital político su partido, su sector, la dejaron fuera de todo y no la contemplaron en ningún cargo, ni para seremi en Petorca? Hoy, que está lista y empoderada para el retorno analiza con The Clinic la actualidad y entre sus preocupaciones destaca la salud mental: “¿Cuántos chilenos pueden pagar un psicólogo? ¿A cuántas empresas les importa que su trabajador esté anímicamente bien, que tome sus vacaciones? Así es como las sociedades explotan”.

Por

Fotos Valentina Manzano

-El 30 de enero renunció a la UDI. ¿Por qué? ¿Se cansó de la política?

-Se cumplió una etapa. No quería pertenecer a ningún partido y quería tener nuevamente la sensación de participar donde yo quiera y con quien yo quiera.

– Se cansó de los partidos, entonces, como tantísimos chilenos.

-Sí, pero también tiene que ver con haber estado adentro (de la UDI). Preguntarme “me siento cómoda en este lugar”, “me siento respetada, querida, cuidada”. Esas son cosas importantes para un ser humano en cualquiera sea su núcleo, su partido, su familia, su iglesia, hasta en su cuadra.

– ¿Me va a decir que la UDI no valora o no respeta a una parlamentaria que dos veces sacó mayorías del 30% en su distrito?

-No me sentí cuidada. Dicen que la política es sin llorar, pero detrás de la política hay seres humanos, no hay piedras. Ahí tiene que haber un análisis de quizás varias otras personas a las que les pasó lo mismo en el partido. O les podría pasar. Ahora, tampoco es que sea un problema de la UDI en particular, es de todos los partidos.

-Uno supondría que un partido que invierte políticamente como la UDI cuida a un parlamentario que ha tenido altas mayorías no sólo por una cuestión humana, lo cuida también como un activo, un capital político…

-No sé qué pasó. Hubo factores internos. Y también, tal vez, una postura mía de querer avanzar hacia una política menos vertical y de menos extremos. 

– Sigue siendo incomprensible que teniendo arrastre, votos, y además el capital social acumulado en el Hola Andrea, no la hayan llamado del gobierno de ChileVamos. Al Ministerio de la Mujer, al de Desarrollo Social, a trabajar en algún programa social con Cecilia Morel. A una gobernación, por último. ¿No la llamaron a nada?

-No. Estuve en todas las listas. Pero algo pasó, pues.

-Usted no tiene historia de mujer políticamente conflictiva.

-No. Tengo carácter, pero soy conciliadora. Finalmente es una pregunta que no puedo contestar. Yo, que soy creyente, solo puedo mirar al cielo y decir “Dios, Tú no querías que estuviera” (en el gobierno). Algún mensaje tiene que haber. Y yo lo tomo como que tengo cosas que hacer en otros lugares. Y no me detengo a enredarme en cosas que hoy no tienen sentido. A menos que mañana se suscitaran cosas que volvieran a darle sentido a entrar a la política.

– ¿Y qué pasó con la sororidad política de sus compañeras de la UDI? Habiendo pocas mujeres en política, la lógica sería que las mujeres de su partido dijeran “que no se pierda ese liderazgo de Andrea Molina, no lo suelten”,

-…O “mejor lo suelto, porque me hace sombra”. Yo creo que nadie sobra, pero es súper relevante que las mujeres nos hagamos una introspección respecto a cuánto somos responsables nosotras mismas de que no hayamos avanzado o no podamos llegar a cargos de importancia porque muchas veces somos las más chaqueteras, las más agresivas, las que más denostamos a otra. No solo hay que pararse a culpar al hombre, aunque eso es real, las mujeres nos hemos visto desmedradas a lo largo de la historia. Pero también ¿somos siempre solidarias entre nosotras cuando vemos a una mujer exitosa?

-Qué opina de la Ley de cuotas, ¿cree que es meter la mano a la urna?

-Sí, lo creo. Hoy les parece importante “rescatar a las mujeres” en política, pero ayer no lo fue. No les creo. Apoyemos a las mujeres candidatas para que ganen, pongámosle de verdad recursos, apóyenlas con equipos, con gente. Eso es más concreto que Ley de Cuotas. No sólo ponerla en la papeleta y dejarla sola y sin recursos para abordar una campaña que es lo que les pasa a las mujeres que quieren participar en política. Terminamos solas, sin equipo, teniendo que pagar después la campaña años de años, como nos ha tocado a muchas.

-¿Le pasó eso?

“A Andrea Molina se le llenan los ojos de lágrimas. Asiente en silencio. Después, en un alto, explica que todavía está pagando de su bolsillo la deuda bancaria que adquirió como candidata a senadora UDI para solventar su campaña. Deuda que llegó a ser de 100 millones y frente a la que hubo 0 solidaridad política de su ex partido. Pero hoy se siente al otro lado”

– ¿Cómo llega a la Alcaldía del Cariño?

-Rodolfo Carter me dio la mano en un minuto en que yo más lo necesitaba. Y eso es algo que no voy a olvidar nunca en mi vida. Estuve cesante hartos meses y las cosas que me ofrecieron eran cosas que no tenían sentido en ningún aspecto. Y apareció el alcalde de La Florida que, sin ser mi amigo, me invitó este proyecto. Una idea que yo venía armando hacía mucho tiempo en mi cabeza, una cosa que me daba vueltas y había tratado de concretar en diferentes momentos y no había podido. Y me dieron la oportunidad de armarlo, coordinarlo, con planificación, con profesionales, y luego también con atención holística para las personas en duelo.

Sanando el duelo

La Alcaldía del Cariño es un programa de la Municipalidad de La Florida que ofrece atención en salud mental a personas que atraviesan situaciones emocionales críticas como enfermedades catastróficas, pérdidas de familiares, violencia intrafamiliar, depresión. Ofrece desde apoyo monetario en algunas situaciones, acompañamiento psiquiátrico y psicológico, hasta terapias alternativas si a las personas les hace sentir mejor. Todo esto lo coordina Andrea Molina.

-La Alcaldía del Cariño fue muy especial – explica,- porque de alguna manera, yo era una más de las personas que llegaban a ayudarse a este centro, con dolor, con desilusión, con miedo, con inseguridad. Con lo que sufre cualquier ser humano al que le pasan cosas, que queda de repente en el aire, sin nada, y no sabe cómo va a seguir, siendo mamá, separada… como a muchas chilenas que al leer esta entrevista dirán “esto yo también lo viví o lo estoy viviendo” y “cómo lo hago para salir de aquí”. Se puede.

– ¿Esta Alcaldía del Cariño es un retorno pleno a la Andrea Molina en su dimensión social?

-Sin duda. Y también un retorno al origen: fíjate que para mí es interesante porque La Florida es una comuna donde viví muchos años, 16 años de mi primer matrimonio. Tenía un negocio aquí a la vuelta. Es encontrarse con gente que uno conoció en el supermercado, en la calle Santa Amalia.

– ¿Piensa quedarse en estos temas sociales?

 -Uno de los temas que más me preocupa es la salud mental. A propósito de todo lo que estamos viviendo, del estallido social. Creo que generamos una estructura y una forma de vida en que hemos ido desvinculándonos de nosotros mismos. Nos come el día a día, rendir, tener más. Pero también poder llegar a final de mes. Hemos olvidado cómo sentir que pertenecemos y que le importamos a alguien. Nos disgregamos como seres humanos y como sociedad. ¿Cuántos chilenos pueden pagar un psicólogo? ¿A cuántas empresas les importa que su trabajador esté anímicamente bien, que tome sus vacaciones? Así es como las sociedades explotan. Es importante generar políticas de Estado que permitan volver a conectarnos, mirarnos a los ojos.

-Pero la promesa de bienestar, de no tener más los miedos de la clase media eran las promesas de los Tiempos Mejores. ¿Se cumplió eso?

-No se cumplió. Nos quedamos en la intención. Nos faltó, y creo que a todos, a los gobierno de derecha, y antes a los de izquierda, les faltó hacer más, poner más recursos, hacer cirugía mayor

-En abril ¿Aprueba o rechaza?

-Esperemos que llegue abril. Hay mucho que analizar.

-Uno de los temas del estallido social tiene que ver con la desigualdad social y la discriminación. En declaraciones anteriores suyas se queja amargamente de haber sentido eso en su partido, lo que pasa cuando no se pertenece a un club de ciertos colegios, barrios, orígenes.

-El chileno es discriminador.Tendemos a discriminar constantemente a persona que tenemos enfrente hagas lo que hagas, tengas dinero o no, tengas cultura o no. Somos discriminadores. En ciertos lugares se nota más porque se sienten poseedores de la cultura, la riqueza, de la aristocracia y del apellido. De la historia. Pero en cualquier espacio hay que ganarse el lugar. Yo creo en la meritocracia, creo en las oportunidades para todos. Pero no todos pueden llegar a los mismos lugares, porque no todos tienen las mismas capacidades o aguantamos la misma presión.

-Alguna vez se quejó de la necesidad de tener que recurrir a padrinos para estar en política, el suyo fue Pablo Longueira, en vez de valer por sí misma. “Estos son mis votos, esto peso”.

Debería ser así, pero… Deberíamos tender a eso, poder presentarnos ante la gente y decir: “la próxima campaña me voy a presentar ¿usted cree en mí y en mi trabajo? Ponga lucas para mi campaña”. Y que sea transparente como en Estados Unidos, que cada quien apoya con plata a quien quiere, sean los centavos de un vecino o los miles de un millonario. Pero aquí necesitamos siempre a un apoderado o al político de estirpe y con redes en las empresas para poder generar ingresos porque si no, la cosa no funciona. No sé cómo van a solventar las campañas próximas, si después de todo lo pasado la gente se va a atrever a dar su nombre para decir que puso recursos para éste o el de más allá.

– ¿Se sintió discriminada en la Cámara por venir del espectáculo? Porque mientras hay parlamentarios que no se leen ni un informe ni un boletin, la gente no lo sabe, pero usted era consumidora premium de los informes técnicos legislativos de la Biblioteca del Congreso.

Mira tú, siempre hay ojos observándola a uno. Bueno, me gusta estudiar, saber lo más posible del tema en que estoy, preguntar. Fue uno de los grandes consejos que me dio Mario Kreutzberger: siempre hay que rodearse de gente que sepa más que uno. Y sí, hubo momentos muydesagradables con otros legisladores, pero yo estaba aprendiendo el manejo de cómo se trabaja en la Cámara. Y llegó el minuto en que estaba segura de lo que sabía y de mis argumentos. Las personas tenemos derecho a evolucionar, a crecer, a desafiarnos y a iniciar nuevas actividades. Y nadie tiene derecho a menospreciarte si uno hace las cosas en serio, con respeto. Porque también hay mucho charlatán. Pero el que vende pomadas se nota al final.

– Dos veces presidió la comisión de Medioambiente. ¿Cómo se siente cuando ve hoy la crisis de agua de la que fue su zona (Quillota, Papudo, Petorca)?

Tristísimo. Fueron ocho años de esfuerzo, de pelear con todos los ministerios por tener más embalses, por plantas desalinizadoras de agua, para ver que no se hizo, que no hay recursos específicos para estas zonas.

– Cómo resolvería usted la cuestión: a unos se les mueren las pocas cabras para la subsistencia, los palteros enriquecen, pero también dan trabajo en la zona.

-No se resuelve si no se quiere resolver. El agua va terminar llegando siempre a los mismos. No se trata solo de estatizar el agua, de quitarle los derechos a agricultores que a lo mejor han luchado toda su vida por ese campo para producir. Tendríamos que redistribuir los derechos de agua, hay que cambiar la ley, quitar los derechos de agua que se transan y especulan. Tampoco se le pueden seguir asignado proyectos Corfo a gente que tiene recursos para que siga embalsando agua con plata del Estado. Hay que ayudar primero a los que menos tienen. Hay que asegurar el consumo primero. Y acompañarlo de medidas como mayor uso de agua desalinizada en la minería, proyectos de recuperación de aguas grises. Cosas que no hemos hecho y deberían haberse hecho hace años. Políticas que debieran trascender los gobiernos.

Hola, de nuevo Andrea (en política)

-Pasó por el Congreso, ahora está en el ámbito del gobierno local. ¿Qué le le gusta más?

-El trabajo cara a cara con las personas es increíble. Poder estar escuchando, aunque sean casos dramáticos, lo que acá es una constante, es enriquecedor. Pero mi rol consiste en plantearle a esa persona que va a poder salir de donde esta, que se la ayudará a apretar todos los botones para que encuentre cómo quererse de nuevo. Eso es tremendo. Por otro lado, las políticas públicas, la construcción de leyes, también es muy interesante porque tiene el valor de que se puede llegar a nivel macro, se puede incidir en muchas más personas. Pero hoy, desde lo que me ha pasado, estoy agradecida de poder ayudar y que haya gente que cree que lo que uno hace lo puede hacer bien.

-Ahora que está en libertad de acción respecto los partidos, se siente más cerca de dónde, de quién ¿José Antonio Kast? ¿Evópoli? ¿RN?

-Me siento más cerca de mí. Soy toda mía, jajaja. No tengo que darle cuentas a nadie. Si tengo ganas de sentarme a conversar con un partido lo voy a hacer y si no tengo ganas, no lo voy a hacer. Pero si lo hago será en paz, en libertad y sintiendo que somos iguales, en posición de igualdad con quien quiera conversar conmigo.

– ¿De qué depende?

-De que nos sentemos a trabajar juntos y a ver qué hacemos juntos. Pero que no me pongan donde quieran, que me muevan cuando quieran, ni en las condiciones que quieran. Las reglas cambiaron.

– Si fuera alcaldesa, ¿qué tipo de gestión le hace más sentido? ¿La de Cathy Barriga o la de Jadue?

– Son dos extremos. No he estado en ninguna de las dos comunas para saber a ciencia cierta si la gestión que hacen es como la pintan. Es fácil hablar desde fuera. No es la idea. No conozco la gestión de la Cathy, hay que ver cómo le va a ir en la próxima elección, también en el caso de Jadue, no por tener farmacia ciudadana le va a ir mejor, necesariamente. Me extraña, eso sí, que es al único que no ha sufrido daños en su comuna.

– Dónde se ve en el futuro menos inmediato: ¿de vuelta en el Congreso, en una alcaldía o como gobernadora regional?

-Haciendo algo que me guste. Me encantaría poder seguir desarrollando el tipo de proyectos como éste en el que estoy. Programas integrales para las personas, porque estamos tan solos en tantas áreas. Los adultos mayores; o las mujeres de más de 35 años, solas, que trabajan y tienen necesidades, pero no piden ayuda porque se convencen de “yo puedo” y podrían tener apoyo, programas e instancias de apoyo para ellas.

– ¿Le gusta la gestión que ha hecho la ministra Isabel Plá con las mujeres?

-La ministra Plá empezó como caballo de carrera, pero hoy no la veo con la fuerza y presencia que requiere un ministerio que tiene tanto que hacer. No la veo recorriendo el país de norte a sur.

-Debieran invitarla pronto a la promulgación de la Ley Gabriela, que usted patrocinó. El tema de la violencia en el pololeo era uno de sus temas en la Cámara.

– ¿Sí? ¿Crees que se acuerden? Se olvidan de la gente que ha hecho patria.

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