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Reportajes

25 de Febrero de 2020

Los “infiltrados comunistas” en Escuela Militar

EFE

El 15 de febrero se realizó una manifestación por el Rechazo a la nueva Constitución en la que algunos manifestantes exaltaron símbolos patrios y la figura del dictador Augusto Pinochet. Entre besos y abrazos a Carabineros se escuchaba fuerte y claro “Lavín, escucha, ándate a la chucha”. Minutos después se reportaron diversas agresiones a adherentes al Apruebo. En medio de todo, dos periodistas de The Clinic recibieron una golpiza al ser catalogados de “infiltrados comunistas” por grupos minoritarios de ultraderechistas.

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A las 10:30 de la mañana del 15 de febrero ya se encontraban reunidas un centenar personas en el frontis de la Escuela Militar, en la comuna de Las Condes, para apoyar la opción Rechazo a cambiar la Constitución en el plebiscito de abril. En su mayoría, los asistentes vestían poleras blancas y se les entregaban carteles hechos en serie que decían: “Yo voto rechazo a una nueva Constitución”. 

Un comerciante ambulante vendía como pan caliente banderas de Chile. Luego, un camión llegó con un parlante a todo volumen por el que sonaba el himno nacional y una joven apareció vestida de huasa. “Rechazo, rechazo, no quiero miseria. No queremos Cuba tampoco Venezuela”, fue de los primeros cánticos de los manifestantes.

El 26 de abril Chile decidirá en las urnas si aprueba o rechaza cambiar su actual Constitución. El plebiscito confirmado por Sebastián Piñera el 27 de diciembre de 2019 fue anunciado luego de su aprobación en el Congreso, tras un pacto entre distintos sectores políticos, denominado “Acuerdo por la paz y nueva Constitución”, nacido a partir del estallido del 18 de octubre. 

Las manifestaciones en apoyo a la opción Apruebo se han desarrollado en el marco de las movilizaciones que no se han interrumpido desde el inicio del estallido social en distintos lugares del país y han tenido como epicentro la Plaza de la Dignidad (ex Plaza Italia) en Santiago y se han replicado en regiones. Por otro lado, los partidarios del Rechazo han tenido desde enero su propia zona cero los sábados: la Escuela Militar; aunque algunos manifestantes, divididos por el pinochetismo, debatieron en algún momento si el punto de encuentro debe ser el Paseo Bulnes.

“CHILE ES Y SERÁ UN PAÍS EN LIBERTAD”

Faltando cinco minutos para las 11:00, los adherentes a la manifestación superaban las 500 personas y se dispusieron a avanzar por la avenida Américo Vespucio. En su mayoría eran hombres de mediana edad y mujeres adultas mayores. A diferencia de la mayoría de las manifestaciones del estallido social que tienen un importante número de estudiantes secundarios, en Escuela Militar la falta de juventud era evidente.

Justo antes de comenzar el recorrido un grupo de cerca de diez hombres se reunió a un costado de la congregación de manifestantes e hicieron una arenga. Estos sujetos portaban palos, bastones retráctiles y escudos circulares amarillos con un águila negra en el centro, además de un singular casco amarillo. Esta simbología pertenece a Capitalismo Revolucionario, un grupo que difunde un discurso de extrema derecha a través de videos en YouTube.

Foto: Agencia UNO

Antes de que el tránsito fuera interrumpido, la columna de gente avanzó por Américo Vespucio mientras una patrulla de los servicios de seguridad de Las Condes observó pasivamente desde una vía lateral. “Todo esto es proceder de Carabineros, mi estimado. Nosotros solamente cooperamos en los cortes de tránsito y la seguridad de las personas”, comentó el conductor del vehículo municipal mientras fumaba un cigarro, al ser consultado sobre el plan de contingencia. 

Sin inconvenientes y de manera pacífica, la marcha giró por la calle Presidente Riesco, donde un carabinero en moto resguardaba el desvío y les pedía que por favor solo usaran una calzada, pero como la euforia iba en aumento, tomaron toda la avenida mientras aplaudían al policía. 

Los asistentes entonaban: “Chile es y será un país en libertad”, al tiempo que desde un parlante sonaba “Libre” del cantautor español Nino Bravo, canción que durante los años 80’ fue convertida en un himno en apoyo a la dictadura por parte de los seguidores de Pinochet

Un poco más atrás, un grupo de mujeres apareció con un gran lienzo que decía: “Mujeres salvemos Chile, no al anarco Estado violentista”.

Foto: Agencia UNO

De pronto ocho fuerzas especiales de Carabineros aparecieron al interior de la marcha avanzando junto con los manifestantes quienes los vitoreaban. Al llegar al club de golf Los Leones los policías se pusieron en fila para indicarle a las personas que debían continuar su recorrido por la calle El Golf. En ese momento los partidarios por el Rechazo comenzaron a formar una cola para saludarlos y abrazarlos mientras les agradecían por su trabajo.

“Hay un pro y un contra porque uno se siente agradecido por la labor que está haciendo, pero igual hay otros funcionarios que no están tomando el camino correcto, como el vandalismo que se ve en algunos videos. Pero hay casos y casos. Los buenos funcionarios siempre van a salir adelante y esa es la idea, que la institución se corrija”, comentó un teniente.

Al ser consultados por las muestras de cariño, otro uniformado comentó a The Clinic que “uno siente ese orgullo para seguir adelante, ir adelante luchando por ustedes”. Otro agregó: “Acá uno ve la otra cara de la moneda, el apoyo de la gente”. 

Por estos días, las demostraciones de afecto a la policía no son comunes. Según datos del Ministerio Público, funcionarios de Carabineros de Chile tienen al menos 4.170 denuncias por violaciones a los derechos humanos desde el 18 de octubre, inicio del estallido social, casos en que la Justicia solo ha logrado identificar a 294 policías. No sólo eso, la última encuesta Cadem, arrojó que la gestión de Carabineros solo fue respaldada por un 34% de los encuestados, lo que constituye —en dicha encuesta— su registro histórico más bajo.

Luego de saludar afectuosamente al personal de Fuerzas Especiales, los manifestantes siguieron hacia el sur en dirección a Apoquindo. Ahí un parlante sobre el camión, ahora con fotos gigantes del dictador Augusto Pinochet pegadas en su exterior, nuevamente entonó el himno nacional pero ahora con la tercera estrofa, la cual era cantada de manera oficial durante la dictadura cívico-militar que sufrió Chile entre 1973 y 1990. Con este ruido de fondo algunos manifestantes con un ademán sonriente imitaron una marcha militar. 

TIEMPOS DE FAKE NEWS

Mientras la manifestación avanzaba por El Golf, sobre el camión se encontraba Loreto Letelier, quien se hizo conocida en las elecciones parlamentarias de 2017 cuando buscó un escaño como diputada por la UDI y dijo que las víctimas del Caso Quemados “se quemaron a sí mismos”. Letelier tuvo un rol protagónico en la marcha, dirigiendo las arengas y entonando una versión por el Rechazo de “Bella Ciao”, el famoso himno italiano de resistencia antifascista. 

En un clima de efervescencia,  los manifestantes entregaban sus razones para votar Rechazo, como Claudia que señaló: “De partida, si te fijas en el contexto fáctico y político, no están las condiciones para instalar un proceso constituyente. Lo puedes ver todos los días, todas las semanas, dada la violencia, la presión, la intolerancia, la falta de respeto y la ignorancia; porque ya la ignorancia es soberana, todos se ponen a hablar cuestiones que no tienen la menor idea”. 

Al llegar a Apoquindo, mientras sonaba el himno de Carabineros, Rafael comentó que sus razones para estar en la manifestación eran que “en el fondo no hay una nueva Constitución. ¿Qué están ofreciendo? Nada. Proyectos de algo que no existe y quieren cambiar por la mejor Constitución que ha tenido Chile en 30 años”. Respecto a esta afirmación es importante aclarar que si gana la opción Apruebo en abril, que determinará si Chile cambiará su Constitución y cómo lo hará, posteriormente existirá un plebiscito de salida en que las personas votarán si están de acuerdo con que el texto redactado sea la nueva carta magna.

Foto: Agencia UNO

Mientras le aclarábamos a Rafael el plebiscito de salida, la conversación fue interrumpida por otros manifestantes que nos molestaron por ser periodistas diciendo “fake news, fake news”. Otra persona intervino y dijo que no creía en el “rechazar para reformar”: “No viejo, eso es quedar bien con dios y con el diablo. No tienen una postura clara los hueones. Aquí todos los partidos políticos quieren una parte de la torta”.

Un hombre de mediana edad se unió con ímpetu al cántico que decía así: “Y no nos da la gana otra dictadura como la venezolana”. Este sujeto lucía un jockey con la frase “Make america great again”, slogan de campaña del presidente de Estados Unidos: “Creo que es un símbolo que viene perfectamente a colación con lo que está pasando en Chile precisamente porque Donald Trump simboliza que se puede tener una política que contrarreste la hegemonía cultural que impera desde la academia, los medios y el mundo cultural, copado y saturado por simbología e ideología de izquierda o progresista”, comentó.

Foto: Agencia UNO

Cerca del adherente a Trump, María Elena, una adulta mayor del barrio alto, comentó que votará por el Rechazo porque el cambio en la Constitución “no tiene nada que ver con las demandas sociales”, mientras un cántico en contra del alcalde de Las Condes, Joaquín Lavín, se escuchó con fuerza: “Lavín escucha, ándate a la chucha”.

Sobre el histórico candidato de la UDI señaló: “Encuentro que eligen a gente de la farándula sin ninguna educación y tiene que ser gente más dedicada porque esto no es un show de televisión. Joaquín Lavín, ponte tú, que yo voté por él, es un imbécil porque está en la farándula con el Pancho Vidal y cree que con eso va a salir pero se va a hundir y me alegro”. 

A continuación la mujer consultó a qué medio pertenecemos. “Somos de The Clinic”, respondimos. “¡Ah, qué entretenido!, el único diario que dice la verdad es The Clinic, siempre lo compro, es el único que dice la verdad y que no censura”, sentenció.

“OMITAN AL TATA”

En medio de los clásicos “Ceacheí” que parecían desatar a la multitud, algunos manifestantes más eufóricos terminaban el grito con “Viva Chile y Pinochet”. Pablo, un joven con el pelo largo y polera negra alusiva a una banda de metal, confesó que antes era de izquierda pero por hechos que consideró violentos se dio vuelta la chaqueta. Ahora es de derecha y se motivó a asistir a esta manifestación, la primera actividad de derecha en la que participaba.

Al preguntarle por los cánticos sobre Pinochet comentó: “Es bastante fuerte, pero lo entiendo por una sencilla razón: los grupos de izquierda siempre han hablado de lucha armada, de guerra y de matar. Acá hay mucha gente de clase alta, con la papa en la boca, pero al final, nos guste o no, la democracia se ganó con las armas y se protege con las armas”.

Foto: Agencia UNO

Entre los manifestantes se levantaba una bandera con una equis sobre el logo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que era llevada por Jorge, quien tiene una opinión diferente respecto a los grupos que reivindican la dictadura de Pinochet en este tipo de manifestaciones. 

¿Qué opinas de los cánticos e imágenes a favor de Pinochet? 

— Es una de las hueás que no pueden entender algunas personas: se supone que este es un movimiento ciudadano por el Rechazo. Entre los cabecillas de los distintos grupos dejamos claro, y bien claro, que si llegara a aparecer una bandera de la UDI, de Renovación Nacional o cualquier otra cabeza de pescado se va ir de patada en las hueas. 

¿Estás en contra de que aparezcan gritos a favor de Pinochet? 

— Sí, porque provocan división. Yo me considero patriota, chilenista, nada más, viejo. No me interesa hacer apología a un personaje que todo el tiempo pasa dividiendo a los chilenos. Pero tampoco voy a estar a cada rato diciendo lo que he dicho un montón de veces: “Chiquillos, por favor, omitan al tata“. Pero ya a veces uno no tiene la paciencia para controlar y ellos hacen lo que quieren.

LA BATALLA DE ESCUELA MILITAR

En el momento de mayor entusiasmo de los partidarios del Rechazo apareció a la distancia un grupo de alrededor de cien personas que gritaban: “¡Apruebo, apruebo, apruebo!”. Los manifestantes avanzaron saltando al son de “el que no salta es paco” por Apoquindo desde la Escuela Militar haciendo flamear una bandera de Chile negra y una bandera Mapuche, íconos del estallido social. 

El grupo de hombres que andaban con palos y escudos entre los manifestantes por el Rechazo inmediatamente se pusieron alerta y luego de ajustarse los cascos amarillos, fueron corriendo a confrontar al grupo opositor.  

Mientras corría decidido hacia los del Apruebo, uno de los manifestantes afirmó: “¡Les vamos a sacar la cresta a estos culiaos!”. Al ser consultado el porqué, responde escuetamente: “Porque sí”. Detrás de este sujeto un grupo de Fuerzas Especiales de Carabineros se sumó a la alerta y fueron corriendo atrás de los que defienden la Constitución de Pinochet a prepararse para el choque. Cuando estuvieron frente a frente se pusieron en un fila en la esquina de Apoquindo con Augusto Leguía para que no se juntaran los dos grupos que estaban dispuestos a pelear.

Foto: Agencia UNO

“Comunistas conchesumadres”, se escuchaba desde una lado. “Fachos asesinos”, les respondían desde el otro. Algunos policías comenzaron a empujar a los manifestantes por el Apruebo. Ante los gritos de indignación de la gente por esta situación, uno de los carabineros respondió argumentando que la marcha solo estaba autorizada para los partidarios del Rechazo. Los uniformados se vieron notoriamente superados y muchos manifestantes ya estaban derechamente peleandose a combos, convirtiendo la sosegada avenida Apoquindo en un verdadero campo de batalla.

Desde un departamento una joven insultó a los manifestantes por el Rechazo y estos le respondieron tirándole piedras a su ventana. Una mujer se dispuso a grabar este hecho, pero un miembro del grupo del Rechazo le robó el celular y salió corriendo para luego lanzarlo cuando fueron a reclamárselo. Carabineros decidió tirar bombas lacrimógenas y usar el carro lanzaaguas para alejar a los grupos.

Los partidarios de que se mantenga  la Constitución de la dictadura se replegaron rápidamente para emprender el retorno hacia la Escuela Militar mientras los partidarios del Apruebo se dispersaron. Algunas personas fueron increpadas por manifestantes del Rechazo, hechos que provocaron peleas que devinieron en golpizas. Algunos agresores fueron detenidos por Carabineros pero en otros casos, siendo testigos de los hechos de violencia, no intervinieron. 

Mientras grupos de casi diez personas golpeaban a un par, otros manifestantes los rodeaban bramando: “Mientras Chile exista, jamás será marxista”. 

NO TAN LIBERALES

La violencia a esta altura iba en escalada y las condiciones ya no estaban para seguir haciendo nuestro trabajo. Cuando nos preparábamos para el retiro y alejados de la multitud que se concentraba en el camión liderado por Loreto Letelier, nos ubicamos en la vereda contraria a los partidarios del Rechazo para volver a Escuela Militar y poner término a la marcha. 

Mientras emprendíamos la retirada, ya listos para regresar a nuestras casas, se nos acercó un hombre con una botella en la mano: 

— ¿Quiénes son ustedes?

— Somos periodistas — le respondemos. 

— No. Ustedes no son periodistas. Son comunistas. ¡Son infiltrados comunistas!— gritó.

Antes de mostrar nuestras credenciales y explicarle que trabajamos para The Clinic, el mismo hombre nos tiró agua y lanzó la botella en la cara. 

Un poco confundidos, decidimos retirarnos raudamente por la ya evidente agresividad de los manifestantes. Cuando nos dimos vuelta dos personas más nos preguntaron quiénes éramos y qué hacíamos ahí. Sin mediar respuesta prefirieron creerle a su camarada: “¡Son comunistas!”. 

Apurados y algo torpes, en medio de gritos y empujones, les mostramos nuestras credenciales. Uno de ellos, visiblemente alterado, nos arrebata una. “Si ustedes son periodistas, yo soy Donald Trump”, exclama otro con tono burlesco. Los insultos rápidamente pasaron a ser patadas y combos. Un golpe de puño rompió los lentes de uno de nosotros. 

A esa altura estábamos rodeados por ocho personas que nos golpeaban indiscriminadamente. Al mismo tiempo, otro de los sujetos nos robaron la mochila donde teníamos parte de nuestros instrumentos de trabajo. Intentamos forcejear con la persona, pero aparece un tercero por la espalda que nos roció gas pimienta directo a la cara.

Los atacantes no entienden razones. Medios desorientados y con el rostro ardiendo, escapamos hacia la entrada de un edificio. Ninguno de los manifestantes por el Rechazo, testigos de lo ocurrido, nos ofreció ayuda.  

Una documentalista es la única persona que se acercó a prestarnos auxilio y fue a recuperar nuestra mochila que, luego del enfrentamiento, fue lanzada a la pileta de otro edificio. El violento grupo de extrema derecha robó nuestras libretas con los apuntes de la jornada, un libro y una de nuestras credenciales. Las otras cosas se estropearon con el agua.


A una semana del ataque, y ya recuperados físicamente tras haber sido atendidos en un centro asistencial, decidimos escribir la historia de ese día. Tratando de recapitular una jornada impredecible y con un final que jamás hubiéramos imaginado.

Con los días, distintas agrupaciones públicas y privadas se nos han acercado ofreciendo ayuda sobre las posibles acciones que podríamos emprender.

¿Atentado a la libertad de prensa? ¿Crisis en nuestra democracia? Son algunas de las dudas que se plantearon ese día a través de comunicados de prensa, noticias y tuiteos varios. No tenemos una respuesta clara a ellas, pero queremos creer que no. Mientras, dejamos testimonio de lo ocurrido como registro de lo que no debe volver a repetirse por estos días —ni nunca—, próximos al inicio de la campaña por una Nueva Constitución.

En este momento la causa está siendo investigada por el Ministerio Público a través del fiscal Carlos López Díaz.

*Los nombres de las fuentes de esta crónica fueron modificados para resguardar la seguridad de quienes dieron su testimonio.

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