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Actualidad

27 de Febrero de 2020

Khristian Briones, del Sename y la cárcel a emprendedor que brinda oportunidades a personas con antecedentes

Su niñez y adolescencia fue clave para entender la finalidad de su emprendimiento. La importancia de darle oportunidades a personas que han vivido años en el Sename o la cárcel lo ve como una forma de aportar a la disminución de la delincuencia. Cree que el foco de aumentar la seguridad solo ha generado más violencia, por esto, dedica su vida a brindarle oportunidades de trabajo a personas que buscan cambiar su historia, así como ocurrió con él.

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Khristian Briones es trabajador social, tiene 42 años y vive en Cerrillos. El 2018 formó la Fundación Dimas, que busca rehabilitar a internos de la cárcel ofreciéndole oportunidades laborales. Por esto formó una empresa de distribución de agua purificada que solo acepta trabajadores que tengan antecedentes penales.

Su historia de vida en el Sename y en la cárcel le demostraron que las oportunidades para la reinserción son nulas, sin embargo, la ayuda de un sacerdote cambió el destino que supuestamente estaba condenado a tener. Hoy dedica su vida a ayudar a otros que, por distintas circunstancias, han terminado privados de libertad sin oportunidades de empezar una nueva vida lejos de las drogas y de la delincuencia.

Khristian Mauricio Briones Puebla nació en la población José María Caro, en la comuna de Lo Espejo. Fue abandonado por su padre y vivió sus primeros años con su mamá, sus abuelos y cuatro tíos. En su familia nadie sabía leer ni escribir y  tenían problemas con las adicciones al alcohol, al neoprén y a la pasta base.

Este contexto poco adecuado para un niño derivó en una desmedida violencia intrafamiliar. La plata faltaba, la comida también, así que con sus tíos salían a pedir a otras casas o iban a Lo Valledor a buscar las frutas y verduras que dejaban los comerciantes. Llegó hasta octavo básico, porque a esa edad empezó a consumir pasta base, de la cual se hizo adicto muy rápido. Se fue de la casa con su hermano a la población El Castillo de La Pintana, ahí fue donde empezó a delinquir y a robar para consumir drogas. 

Comenzó robando espejos de micros y los iba a vender a algunos paraderos. Pero la plata no era suficiente ni para su adicción ni para comer, así que empezó a meterse dentro de las micros -amarillas en ese entonces-  donde robaba las monedas que quedaban y las herramientas: así fue como comenzó su historia en el Sename, donde aprendió la “cultura de la delincuencia” como él le llama. Se hizo más violento, aprendió a hablar y a pensar como delincuente, y conoció otras técnicas para robar. Estuvo más de 15 veces ahí. 

A los 18 pasó a la cárcel, frases como “los que trabajan son puros jiles” se fueron normalizando. Estuvo más de siete años preso, tras caer por robar casas en Las Condes y Vitacura, entre otras comunas. Cuando por fin pudo salir de la cárcel, teniendo 24 años, sufrió la discriminación laboral de no ser contratado por contar con antecedentes. Volver a delinquir fue el único camino que encontró. Por esto último volvió a prisión por 3 años.

La ayuda desde las manos de un sacerdote

La historia de Khristian es como la de muchos que están en el Sename o en la cárcel, sin oportunidades de reinserción. Pero a los 30 años conoció a un sacerdote que cambiaría su vida, Nicolás Vial, presidente de la Fundación Paternitas, donde acompañan a “quienes cometieron un error, pero decidieron cambiar”.

Primero entró a un centro de rehabilitación y luego empezó a trabajar para el cura haciendo aseo en la fundación. Al mismo tiempo comenzó a estudiar y terminar su enseñanza media en las noches. Su esfuerzo fue valorado y le dieron una beca para poder estudiar Técnico en Trabajo Social. Gracias a su desempeño le ofrecieron hacerse cargo del taller que hacía el sacerdote en la cárcel.

Khristian Briones en la Cárcel Colina 2

Formando su propio camino y el de otros

EL 2017, luego de convalidar el técnico, terminó la carrera profesional de Trabajo Social. Las suficientes herramientas que había adquirido le permitieron salir de la Fundación Paternitas y comenzar su propia organización: Fundación Dimas. Donde se encarga de entregar un camino para la reinserción social junto a otras 5 personas.

Con este nuevo proyecto, Khristian consiguió un convenio con Gendarmería para remodelar completamente el módulo 12 de Colina 2. En marzo comienzan estos trabajos, donde harán un espacio católico en el que podrán atender a 100 internos.

Al proyecto anterior se suma que gracias a su experiencia respecto a que no hay oportunidades para la gente que estuvo en la cárcel, en 2018 creó Aguas Dimas, empresa de distribución de agua purificada que solo trabaja con personas que tengan antecedentes. No tienen una oficina, se mueven entre la cárcel y la casa de él en Cerrillos.

Equipo Fundación Dimas

El estallido social le ha jugado un poco en contra, pero dice que de a poco vuelven a remar para sacarlo adelante. El fin de Khristian es aportar a la sociedad dándole oportunidades a personas que han cometido errores por causa de su entorno o de las drogas, y cree firmemente que esto además de ayudar a las personas, ayuda a combatir la delincuencia. “Llevamos décadas invirtiendo en cámaras, rejas, guardias y eso no ha logrado el objetivo de reducir la delincuencia, todo lo contrario, la hace más violenta. Nosotros sacamos a la gente de la delincuencia“.

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