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Actualidad

4 de Marzo de 2020

Chileno viajó casi un mes por el sudeste asiático: “Llegué a Chile y ni siquiera me midieron la temperatura”

Ciudadano con mascarilla en Jakarta, Indonesia. Foto: Agencia EFE

El ciudadano llegó al Aeropuerto Arturo Merino Benítez, donde las personas encargadas sólo le dijeron: "Buenas noches" y "Bienvenido".

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JP tiene más de 30 años y ha vivido en la Quinta Región toda su vida. El 30 de enero llegó a la ciudad de Bangkok, Tailandia, para encontrarse allá con su pareja y comenzar sus vacaciones.

La idea del viaje era hacer un recorrido por el sudeste asiático, pese a que ha sido una de las zonas más afectadas por la expansión del Covid-19 (conocido como Coronavirus). Por ejemplo, Tailandia es el noveno país asiático con mayor número de infectados (43) y en sus registros aparece un paciente muerto.

“Es un viaje que habíamos planificado con tiempo. Yo no veía a mi polola en mucho rato, quedamos de encontrarnos allá y sí o sí quise realizar el viaje, tomando las precauciones que ya se habían indicado en noticiarios o en las mismas páginas de la embajada. Sabía que se podía evitar el contagio. Tomé todos los resguardos necesarios para poder hacer el viaje sin problemas”, explica.

Personas con mascarillas en Bangkok, Tailandia. Foto: Agencia EFE

JP recuerda que llegó al Aeropuerto Internacional Suvarnabhumi “con pleno desconocimiento de cómo era in situ el tema del virus. Había mucha gente con mascarillas, pero posteriormente me enteré que Bangkok es una de las ciudades más contaminadas del mundo y que la gente está acostumbrada a usarlas”.

En el aeropuerto nos hicieron mediciones de calor a través de cámaras. Un día fuimos a un mall y en los ingresos tenían medidores de calor. También habían enfermeros midiendo la temperatura”, relata.

Tras dos días en Bangkok, el viaje de JP siguió a la provincia de Krabi. También visitó la isla de Koh Tao y el archipiélago de Phi Phi. “En una de las islas no habían antecedentes de contagio. Nos midieron la temperatura apenas nos bajamos del ferri. De hecho, en cada parada nos hicieron mediciones de temperatura”, cuenta.

Aeropuerto de Noi Bai en Hanoi, Vietnam. Foto: Agencia EFE

Tras 12 días en Tailandia, tomó un avión desde Phuket a Bali, Indonesia. En el aeropuerto de Denpasar “nos hicieron firmar una declaración jurada respecto a cómo estaba nuestra salud y nos hicieron conservar ese papel hasta el retorno”.

Luego se trasladó a las islas Gili, ubicadas al noreste de Lombok. Allí nuevamente les midieron la temperatura. Tras una semana en Indonesia, visitaron la ciudad de Hanoi y la isla de Cat Ba en Vietnam.

Antes de aterrizar en el aeropuerto de Noi Bai en la capital vietnamita, se encontraron “por primera vez con un aviso del avión. Nos dijeron que, si nos sentíamos mal, teníamos fiebre o tos, había que asistir a un centro médico lo antes posible”. Además, “empezaron a echar desinfectante en la parte de arriba, donde está el aire acondicionado”.

Uso de desinfectante en aviones en Hanoi, Vietnam. Foto: Agencia EFE

El periplo por el sudeste asiático concluyó el 26 de febrero. Tomó nuevamente un avión en Bangkok, donde “nos midieron la temperatura incluso al salir del país”. En la escala en Dubai también le midieron la temperatura y en Brasil hicieron una advertencia en el avión.

Aterrizó a las dos de la madrugada del 28 de febrero en el Aeropuerto Arturo Merino Benítez de Santiago, donde aún no habían casos confirmados de Coronavirus. “Me bajé bien rápido porque estaba mi familia esperándome afuera”, relata.

JP supuso que “iba a tener que llenar alguna declaración o formulario que me iba a tomar tiempo”. Sin embargo, llegó a Policía Internacional donde solo le preguntaron su origen y agregaron: “Ah ya, muy bien. Bienvenido”.

“A la salida de la caseta de Policía Internacional había una mesa con cuatro personas con capas blancas. Al percatarse que iba pasando, se paran y me dijeron ‘Buenas noches’. Llegué a Chile y ni siquiera me midieron la temperatura”, relata.

Personas con masacarillas en el Aeropuerto Arturo Merino Benítez. Foto: Agencia UNO

JP es uno de los tantos indignados con la frase del ministro de Salud, Jaime Mañalich, quien aseguró que el sistema de salud chileno es “uno de los mejores y más eficientes del planeta”.

“Hacen completadas en San Felipe para comprar insumos; las mujeres que dan a luz en La Ligua tienen que elegir si quieren anestesia o no, y si quieren, no pueden tenerlo en La Ligua, sino que en Quillota. La gente muere esperando, no hay camilla en los hospitales, en Quintero, en plena intoxicación de las personas, no había ni oxígeno”, critica.

Para él, “que el ministro Mañalich venga a decir que en Chile está el mejor sistema de salud del mundo de verdad es una broma y una irresponsabilidad gigantesca. Ni siquiera da risa, encuentro triste que las personas que nos lideran tengan ese nivel de desfachatez”.

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