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Coronavirus

17 de Marzo de 2020

Obligados a trabajar en tiempos de Coronavirus: El miedo de los trabajadores del retail frente a la pandemia

Foto: Agencia UNO

En medio del conflicto entre gobierno y municipalidades por el cierre del comercio, los empleados del sector han seguido cumpliendo con sus tareas diarias, quedando expuestos al contagio. Si bien algunas empresas han tomado precauciones, se han registrado casos dramáticos de trabajadores subcontratados, a quienes incluso les han negado las mascarillas, los guantes, el alcohol gel y el acceso a un baño con jabón. En conversación con The Clinic, dirigentes sindicales explican los principales temores que circulan en el mundo del retail y cómo sus trabajadores se han convertido en el eslabón más débil del manejo de la crisis.

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En el Líder de calle San Diego hay un guardia en la entrada que custodia el acceso y que evita las grandes aglomeraciones. Si empieza a notar que está entrando mucha gente -según su criterio o su conteo mental- , simplemente baja la cortina de hierro. Una vez dentro, la situación es relativamente igual a cualquier otro día. El pasillo de artículos de limpieza es el que se ve más pelado. Jabón queda sólo en barra, de esos amarillos con glicerina. Desinfectantes quedan tres. Ni hablar de alcohol gel, no existe.

En el Santa Isabel que está a pocos pasos del lugar la situación es similar. La afluencia de público es un poco mayor, pese a que el acceso es igualmente regulado. El tipo que está delante mío en la fila tose insistentemente mientras pasa sus productos. El cajero hace un ademán de hacerse para atrás, lo suficiente para no incomodar al cliente, pero insuficiente para evitar un eventual contagio de Covid-19 o Coronavirus, la pandemia que en Chile ya entró en fase 4.

Foto: Agencia UNO

Las medidas implementadas por el gobierno incluyen la suspensión de clases desde jardines infantiles hasta universidades, un llamado general a las empresas a optar por el teletrabajo, la suspensión de actos públicos y el cierre de fronteras a partir del miércoles, entre otras medidas. Sin embargo, hasta el cierre de esta nota, no se ha contemplado interrumpir el funcionamiento del retail. De hecho, el propio Piñera aseguró que la cadena de abastecimiento y producción estará “funcionando con normalidad”, lo que ha derivado en que los consumidores acudan masivamente a supermercados, agotando en algunos casos el stock de alimentos no perecibles, agua embotellada y productos de limpieza.

La situación ha puesto al Gobierno en franco conflicto con las municipalidades del país. De hecho, algunas de ellas han optado por cerrar el comercio por decreto. Incluso la alcaldesa Evelyn Matthei anunció el cierre del Costanera Center, medida que fue aprobada por el concejo municipal de Providencia. Paralelamente, se viralizaron manifestaciones espontáneas de trabajadores de algunos mall pidiendo el cierre de las tiendas por la crisis sanitaria. Sólo en la capital, estas expresiones de descontento se registraron en Parque Arauco, Alto Las Condes y Costanera Center.

SUBCONTRATADOS DEL RETAIL: SIN NINGUNA PROTECCIÓN

Manuel Díaz es presidente de la Confederación Coordinadora de Sindicatos del Comercio y Servicios Financieros, organización que agrupa a trabajadores de Jumbo, Falabella, Ripley, Sodimac, Almacenes Paris, Tottus, OK Market, entre otros. Él mismo es trabajador de Walmart. En su opinión, los sindicatos han sido un factor clave en las medidas que ha tomado cada una de las compañías de retail.

Las empresas no han tomado la iniciativa, sino que ha sido en conjunto con las organizaciones sindicales. Hay un trabajo inclusivo entre los representantes de los trabajadores y los empresarios, cosa que no pasa con el gobierno”, subraya.

Entre estas medidas está enviar a sus casas a todos los trabajadores mayores de 60 años, embarazadas y enfermos crónicos “con goce de sueldo”, debido a que forman parte del llamado grupo de alto riesgo. Dentro de las empresas, también se han tomado iniciativas de prevención como reducción de horarios de atención, sanitización de lugares de trabajo, medidas de higiene para las zonas de pago, entre otras.

Sin embargo, la situación no es la misma para el personal subcontratado. En su caso, “no se han tomado las medidas de resguardo, sobre todo las empresas de aseo, donde la mayoría de los trabajadores que opera ahí son adultos mayores”, subraya Díaz.

Trabajadores protestan en Mall Paseo Ross, Valparaíso. Foto: Agencia UNO

En el retail las tareas de reponedores, promotoras, mercaderistas y vendedores también se tercerizan. ECRGroup es una de las empresas líderes en esta materia. De hecho, se vende a sí misma como la compañía en Chile número uno en outsourcing, nombre en inglés para referirse a la externalización de servicios. La compañía es heredera de la Empresa de Complementos fundada en 1978, y actualmente cuenta con más de 200 clientes en las áreas financiera, de telecomunicaciones, salud, logística, tecnología, entretención y, por supuesto, retail.

Recientemente, desde el Sindicato de Complementos elevaron una queja a la empresa porque sus trabajadores fueron excluidos de las medidas de protección. No les entregaron mascarillas, ni guantes, ni alcohol gel con la excusa de que sólo había disponibilidad para el personal propio, no el subcontratado. Nayade Valenzuela, presidenta de esta organización acusó que se trata de “otra discriminación más que nos afecta por ser trabajadores de segunda categoría”.

Los trabajadores demandan cuestiones tan básicas como la habilitación de baños con jabón desinfectante y toallas de papel para el aseo frecuente; entrega de guantes desechables para la manipulación segura de materiales, en cantidad suficiente que garantice el correcto recambio durante la jornada; proveer de dispensador de spray y líquido desinfectante, para trabajadores que deben manipular productos o mercaderías; reorganizar las labores, promoviendo el trabajo individual (aislado o a distancia del resto), asegurando que los trabajadores no compartan materiales, elementos de protección personal, ni utensilios; y disponer medidas que eviten aglomeraciones en pasillos, entradas y salidas, casino, etc.

Los dirigentes advirten que exigirán -por vía legal si es necesario- el cumplimiento de las disposiciones del Código del Trabajo para dar protección eficaz a la vida y salud de los trabajadores. Incluso, no se cierran a la posibilidad de interrumpir sus labores, dado que la ley los faculta a “abandonar el lugar de trabajo cuando considere, por motivos razonables, que continuar con ellas implica un riesgo grave e inminente para su vida o salud”.

EL HORARIO DE CIERRE: WALMART DE CACERÍA

Manuel Díaz reconoce que la mayoría de las tiendas han actuado de manera similar dentro de la emergencia. Sin embargo, hay una diferencia importante a la hora de definir el horario de cierre. “Algunas grandes empresas del retail ya han avanzado en cerrar a las ocho. Sin embargo, Walmart no ha avanzado en eso. Tenemos una diferencia, porque están cerrando según necesidad”, explica.

Para el dirigente, “se produce una gravedad, porque como los otros supermercados cierran temprano, el público desde las 8 a las 10 se vuelca a los Walmart, y se produce una gran afluencia de público”, convirtiéndose en un inevitable polo de contagio. “Creo que vamos a tener muchos casos en el futuro, porque somos un grave foco de afluencia de público”, acusa.

Foto: Agencia UNO

En la misma línea, María Valderrama, trabajadora de supermercados Monserrat y dirigenta de la Unión Nacional de Trabajadores, manifiesta que “no estoy de acuerdo que Líder no se sume, a pesar de que tiene una cantidad enorme de trabajadores, a lo mismo que están haciendo otros empresarios”.

Hasta ayer, los trabajadores de Walmart tenían registro de dos casos sospechosos de trabajadores contagiados de Coronavirus. Sin embargo, según la propia Valderrama, uno de ellos fue descartado porque finalmente se trataba de un “resfriado”. De todas maneras, se otorgó una licencia médica al tratarse de una persona de la tercera edad.

DESPIDOS: EL MIEDO DESPUÉS DE LA CRISIS

Italia es uno de los países más afectados por el Coronavirus. Actualmente, registra más de 26 mil casos positivos de la enfermedad y más de 2.500 fallecidos. Sin embargo, su gobierno acaba de anunciar que durante dos meses no se podrán despedir trabajadores por motivos económicos.

En Chile, la situación es totalmente opuesta. Pareciera que los despidos serán inminentes y están prácticamente asumidos por los trabajadores. La Confederación de Sindicatos del Comercio y Servicios Financieros cifra en nueve mil personas desvinculadas tras el estallido social, antecedente suficiente para prever que los próximos meses serán negros en esta materia. “Indudablemente, capaz que en el futuro, mientras avance esta pandemia, a la altura de abril o mayo, probablemente existan (despidos masivos)”, desliza el dirigente Manuel Díaz.

Letrero en Costanera Center. Foto: Agencia UNO

La incertidumbre se ha apoderado de los trabajadores, al punto incluso de negarse a las medidas para prevenir el contagio que están adoptando las empresas, principalmente las referidas a restricciones de horario. De hecho, la dirigenta María Valderrama acusa que hay casos donde “la empresa trata de ayudar y los trabajadores no quieren dar nada”.

Según ella, uno de los temores de los trabajadores es a “perder los derechos adquiridos”, es decir, beneficios que han ido obteniendo los trabajadores a lo largo de los años sin que estén expresamente establecidos en el contrato de trabajo. Valderrama incluso está pensando en solicitarle al empleador que firme un documento donde la empresa se comprometa a que no se pierdan estos derechos y así “los trabajadores se sientan más seguros”.

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