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Coronavirus

19 de Marzo de 2020

La incertidumbre de atletas ante los últimos Juegos Olímpicos de sus vidas

Pixabay

"Serán mis últimos Juegos. Aunque es verdad que si en Río me hubiesen preguntado si eran los últimos también hubiese respondido que sí. Nunca sabes lo que puede aguantar el cuerpo y, en este caso, ha aguantado. Pero, a partir de ahora, ya entran en juego las prioridades vitales y tengo otras cosas por hacer que hasta ahora he dejado de lado".

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Debido a la incertidumbre por el posible aplazamiento de los Juegos Olímpicos de Tokio, previstos para la temporada entre el 24 de julio al 9 de agosto, hay un grupo de deportistas que está especialmente atento al devenir de los acontecimientos que provoque los efectos de la pandemia del coronavirus: los que disputarán los últimos Juegos de su vida.

“Si tuviera lugar un aplazamiento en lo que queda de 2020 simplemente significaría retrasarlo todo. Pero si se aplazara al 2021 o al 2022 sería otro escenario en el cual mi participación quedaría a expensas de cómo esté mi condición física entonces y de si me respetan las lesiones. Y cada año es más difícil resguardarse de ellas”, explicó a EFE ‘Chuso’ García Bragado (Madrid, 1969).

Bragado, a sus 50 años, si finalmente participara en los 50 kilómetros marcha en Tokio, sumaría ocho Juegos en su carrera (los primeros fueron los de Barcelona’1992) y así superaría a la jamaicana Merlene Ottey como el atleta que ha disputado más en la historia.

En una situación similar se encuentra Dani López Pinedo (Barcelona, 1980), el portero de la selección española de waterpolo, quien en Tokio participaría en sus terceros Juegos. “Seguro que serán los últimos para mí. Si se celebran este año iré y si los aplazan uno o dos años ya será más complicado. Pero, de momento, me encuentro bien físicamente”, dijo a EFE.

Por su parte, Maialen Chourraut (Lasarte-Oria, 1983), la piragüista que en los Juegos de Río consiguió el oro en la modalidad de eslalon en K1 y el bronce en Londres, no quiere plantearse los de Tokio como los de despedida, aunque lo puedan ser.

Así lo sentenció a EFE: “Simplemente son los Juegos que ahora están presentes y para los que me he clasificado”. En los siguientes, los de París 2024, llegaría con 41 años.

Quien sí tiene claro al cien por cien que son los últimos es David Alegre (Barcelona, 1984), jugador de la selección española de hockey hierba.

“Serán mis últimos Juegos. Aunque es verdad que si en Río me hubiesen preguntado si eran los últimos también hubiese respondido que sí. Nunca sabes lo que puede aguantar el cuerpo y, en este caso, ha aguantado. Pero, a partir de ahora, ya entran en juego las prioridades vitales y tengo otras cosas por hacer que hasta ahora he dejado de lado”, admitió a EFE.

Los cuatro deportistas han visto cortadas de golpe sus preparaciones para los Juegos, como el resto de olímpicos españoles, por culpa de la pandemia del coronavirus. Este es un contratiempo importante para todos, pero especialmente para los que se dedican a los deportes de agua.

“El cuerpo técnico del club (el waterpolista Dani López Pinedo juega en el Atlètic Barceloneta) nos ha confeccionado una preparación física en seco para llevarla a cabo con los instrumentos que tengamos en casa. Hacemos cuatro sesiones diarias de entrenamientos. Físicamente vamos a mantenernos, pero otra cosa son las sensaciones en el agua, que las vamos a perder durante estas semanas”, reconoció el jugador.

En la misma línea se expresó Chourraut: “Nunca he estado tanto tiempo sin tocar una piragua como el que me veré obligada a estar ahora. El día antes del parto de mi hija subí a una piragua y dos semanas después ya volví a subir otra vez”.

La piragüista vasca, que está confinada en la Seu d’Urgell, explicita su frustración por vivir muy cerca del río Segre y no poder entrenarse.

“Con tener una lámina de agua me conformaría, pero las órdenes son que nos quedemos en casa y éstas son iguales para todo el mundo”, señaló Chourraut.

Mientras tanto, en su hogar pone en práctica sesiones de entrenamiento de mañana y tarde con el objetivo de evitar lesiones en la vuelta a la competición.

A García Bragado es habitual verlo marchar por la ribera del río Besòs (vive en Sant Adrià del Besòs), pero también en la escuela de atletismo de El Prat de Llobregat o en el CAR de Sant Cugat. Precisamente a este recinto tenía pensado ir para seguir entrenándose antes de que lo clausuraran por la epidemia.

“Entonces pensé en ir a entrenar al Pirineo francés, que es un lugar habitual para nosotros en verano cuando queremos marchar en altura. Al final lo descarté porque intuí que allí acabaría pasando lo mismo que aquí”, explicó.

En su casa utiliza ‘fitballs’, esterillas y algún aparato de gimnasia para hacer acondicionamiento físico. E intuye que la situación de confinamiento va para largo.

“Cuando volvamos a la actividad habitual yo creo que tendremos que hacer como si empezáramos de nuevo la temporada porque me temo que estaremos algunas semanas más que 15 días”, considera el atleta madrileño, quien en condiciones normales acumula una media semanal de entre 120 y 140 kilómetros marchando.

Alegre también está siendo creativo a la hora de entrenarse en su hogar. “Estoy utilizando el sofá, las sillas y las botellas para poder hacer ejercicios que me sean útiles”, informó.

Vive en un piso de 60 m2 con un pequeño balcón al que le da el sol por las mañanas. “A la preparación física le dedico entre una y una hora y media al día”, reconoció. El resto del tiempo laboral lo dedica a teletrabajar desde casa para una empresa distribuidora de marcas deportivas.

Estos cuatro no son los únicos deportistas españoles que pueden disputar sus últimos Juegos en Tokio. También entran en este grupo otros ilustres como Raúl Entrerríos (39 años), quien ya ha anunciado que se retirará del balonmano después de esta competición; la campeona de Europa de halterofilia Lidia Valentín (35 años), y Mireia Belmonte (29 años), la nadadora española que más trofeos ha obtenido en competiciones internacionales.

En el panorama internacional, la gimnasta Simon Biles (23 años) está planeando la retirada después de los Juegos y el velocista Justin Gatlin (38 años), el luchador grecorromano Mijaín López (37 años) y la atleta Caterine Ibargüen (36 años) ya han confirmado que lo dejarán después de Tokio.

“Me sentía muy bien antes de este parón obligado y ahora teníamos que empezar a competir una vez finalizado el entrenamiento invernal, que ha ido muy bien y lo he disfrutado mucho. Y en abril y mayo nos íbamos a Tokio para prepararnos. Ha sido una pena”, expresó Chorraut.

Después de todo, tiene dudas sobre si será posible luchar por revalidar el oro que consiguió en Río: “En este momento no tengo ni idea de en qué estado de forma llegaré a los Juegos y cuál puede ser el objetivo allí porque todo es incertidumbre”.

Más optimista se muestra el portero de la selección española de waterpolo. “Tenemos una situación envidiable porque ya estamos clasificados para los Juegos y en el club vamos primeros en la Liga y en la Champions (10 de los 13 integrantes de la selección en el Europeo de Budapest juegan en el Atlètic Barceloneta). Así que un parón de dos o tres semanas no interferiría para nada en la preparación de los Juegos”. Aunque advierte que “si la situación se alarga dos meses el panorama cambiaría mucho”.

Por otro lado, no considera que pueda haber ventajas y desventajas en la preparación de las selecciones a causa de las diferencias en las medidas de seguridad que han tomado los gobiernos estatales para combatir la epidemia.

“He hablado con Xavi García (jugador hispanocroata que actualmente juega con la selección del país centroeuropeo) y me ha dicho que en Croacia también están cerrando todas las piscinas. Y supongo que así acabará sucediendo en todos lados. Creo que las selecciones participantes estaremos en igualdad de condiciones”, pronosticó López Pinedo.

El presidente del Comité Olímpico Español (COE), Alejandro Blanco, denunció el martes que los deportistas españoles “no pueden entrenar y de celebrarse los Juegos irían en desigualdad de condiciones”.

La selección española masculina de waterpolo lleva tres campeonatos internacionales seguidos consiguiendo la medalla de plata: el Europeo de Barcelona 2018, el Mundial de Gwangju 2019 y el Europeo de Budapest 2020. Por este motivo, no es descabellado pensar que a la cuarta, en Pekín, podría ser la vencida.

“A estos Juegos llegamos realmente con opciones de medalla, pero hay 9 selecciones que estamos con posibilidades de medalla”, dijo el portero marinero, para quien será su última opción de colgarse por fin una medalla olímpica.

El objetivo de García Bragado en Tokio es conseguir su tercer diploma olímpico (fue cuarto en Pekín 2008 y quinto en Atenas 2004), el cual ve posible después de que en el Mundial de Doha del año pasado consiguiera la octava posición en unas condiciones extremas de calor y humedad.

Las ganas las mantiene intactas a pesar del obligado confinamiento, el cual le ha servido para informarse de que los Juegos de Tokio 1964 se disputaron en octubre. “Esto demuestra que desde el punto de vista de la meteorología no habría problema para disputarlos en esa época del año”, afirmó. “El problema será si todos los deportes pueden o no adaptar su calendario a esas fechas”, añadió.

“Yo soy optimista respecto a que los Juegos se celebrarán en las fechas previstas. Los deportistas necesitamos tener esta actitud positiva y nos va bien pensar que esta pesadilla tiene fecha de caducidad. Sería muy extraño que se pospusieran al 2021. Aunque siempre ha de estar por delante la salud de las personas”, opinó Alegre.

La selección española masculina de hockey hierba ha conseguido tres medallas de plata (Pekin 2008, Atlanta 1996 y Moscú 1980) y un bronce en los Juegos Olímpicos (Roma 1960).

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