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Coronavirus

22 de Marzo de 2020

Vacaciones interminables: Los chilenos que continúan varados en República Dominicana

Imagen de referencia. Foto: Agencia UNO

Más de 611 compatriotas están atrapados en los pocos y costosos hoteles disponibles de Punta Cana. Muchos de ellos agotaron sus ahorros, están sin medicamentos para enfermedades crónicas y con pésimas medidas sanitarias frente al coronavirus en los resort de las paradisíacas playas. Lo que debería haber sido un viaje de ensueño se ha convertido en una absoluta pesadilla en un país que está con sus fronteras cerradas, toque de queda, 112 contagiados confirmados y que ya ha lamentado tres fallecidos.

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El Aeropuerto Internacional de Punta Cana está colapsado con turistas de diversas partes del mundo en búsqueda de un ticket que los lleve de regreso a sus respectivos países. Las filas son larguísimas, pocos respetan la distancia, no todos usan mascarillas, hay personas llorando, otros gritan desesperados y muchos descansan en el piso sin respuestas. Los vuelos comerciales están cancelados y las fronteras cerradas.

Es por eso que a través del grupo de Whatsapp “Chilenos Varados en República Dominicana” los connacionales han podido canalizar la información oficial que les llega por parte de las autoridades. El cónsul está dentro del chat y ha respondido sus inquietudes. Actualmente son más de 550 las personas reunidas allí, pero el número aumenta diariamente. Mediante esta vía de comunicación han logrado agruparse para compartir datos de habitaciones y casas disponibles, la búsqueda de medicamentos para enfermos crónicos y contención emocional. Juntos comparten el miedo de vivir una pandemia lejos de sus familias en una ciudad afectada por la salida masiva de turistas y que cada día sube de forma usurera los precios de alimentos y productos básicos de primera necesidad. 

Jaime Concha (46) llegó el jueves 12 de marzo a Punta Cana. Viajó desde Australia junto a su esposa e hija de dos años y medio. Allí pasarían unos días de descanso y relajo antes de volver a Pucón en un vuelo de LAN con destino a Santiago programado para la madrugada del viernes 20 de marzo. Sin embargo, el pasado martes 17 el presidente de República Dominicana, Danilo Medina, anunció el cierre de fronteras y todos los vuelos comerciales fueron cancelados

“Decidimos con mi mujer tomar este viaje que teníamos programado. Por esos días no había casos en Chile y no había alarma de nada. Viajamos para acá, nos dijeron que no había ningún riesgo y que no había casos en Punta Cana. Era un viaje de vacaciones y se convirtió en la peor experiencia que podíamos tener”. 

Según el relato de Jaime, la ciudad está lejos de ser un destino paradisiaco. “La sensación acá es que este virus mata a la gente caminando. La gente no maneja mucha información en la calle. Hay muchos que están asustados y otros ni siquiera se enteran”. 

PRECIOS ALTÍSIMOS 

A los pocos días del arribo, su hija evidenció fiebre, vómitos y un estado gripal, por lo que se dirigió de inmediato a la clínica interna que posee el hotel Bahía Príncipe Grand Punta Cana. Allí fue examinada sin éxito y reenviada a otro hospital donde la menor fue diagnosticada de un resfrío normal. Le recomendaron reposo, paracetamol y otro remedio para las náuseas. Toda esa atención médica tuvo un costo de US$863, unos 745 mil pesos chilenos. 

“Ha sido terrible. Mi hija lo único que entiende es que no está en su casa y que tiene miedo. No hemos podido dormir casi nada. Acá la salud es precaria, carísima y no es la que uno esperaría de una ciudad grande. Después la gente nos dijo que esa clínica del hotel es solo de los resort y que nadie se atiende ahí porque saben que es impagable y que es para sacar plata a los extranjeros”, cuenta. 

En cuanto supo que los vuelos estaban cancelados, Jaime se dirigió al aeropuerto. En ir y volver gastó otros US$120 ($103.000) en taxi. Debido a la escasez de habitaciones disponibles en hoteles, arrendó una casa en oferta cercana a la playa por US$600 ($517.000). El paquete de 24 pañales desechables para su hija tuvo un precio de US$80 ($76.000) y en uno de los pocos supermercados abiertos desembolsó otros US$150 ($129.000) en unos cuantos víveres. “Los precios están carísimos. Ese era el barato, porque el mini market que estaba cerca de acá las cosas valían 4 veces más. Una botella de agua de un litro vale 5 lucas chilenas”, contó. 

Otro problema fue lograr llegar a las dependencias del consulado chileno en Punta Cana. “Cuando llegamos a la dirección que está en la página nos dimos cuenta que la oficina no existe y que es una oficina de abogados que prestaron para la representación de este consulado. Ahí no hay nadie, no hay cónsul, ni secretaria. Ni siquiera una bandera, un distintivo o un número. Nada. Nosotros nos enteramos porque había un grupo de chilenos afuera que había llegado hace poco y ahí nos dieron la información de que el cónsul estaba en otro lado y que era un banco”. 

Claudio Jara está de vacaciones junto a su esposa desde el miércoles 11 de marzo. Ambos tienen 60 años, son parte del grupo de riesgo y a pesar de toda la información con respecto al COVID-19, decidieron viajar. “Nosotros tratamos de cambiar los pasajes. El hotel no tenía problemas de cambiar las fechas, pero LAN te cobraba mil dólares por persona. Traté de hacer los cambios pero era perder una brutalidad de plata. Como no era tan grave hasta ese minuto decidimos partir”, cuenta.

Foto: Claudio Jara junto a su esposa

CARRETERAS INSEGURAS

Valentina Del Río (30) y Camila Fuentes (30) son amigas y ahorraron durante todo el año para descansar en las playas de Punta Cana. Compraron sus pasajes en octubre y llegaron a la ciudad hace nueve días. Ambas reconocen que fue un error viajar y detallan que las condiciones higiénicas y sanitarias son precarias

“Nosotras tenemos que ir a almorzar y vemos que no hay nadie utilizando guantes. Solo nos dan alcohol gel en las entradas. Los servicios del hotel están siendo manipulados por muchas personas y es un riesgo. Estamos angustiadas por esta situación. Vemos que nadie respeta las distancia de dos metros, nadie estornuda correctamente con el antebrazo o limpiarse las manos a cada rato”, relata Valentina. 

Debido al cierre de los resort tuvieron que trasladarse varios kilómetros para buscar donde hospedarse. Les comentaron que moverse lejos de los puntos turísticos podría ser peligroso para ellas. 

Hace cuatro días en el recorrido por la ciudad debieron trasladarse junto a un grupo de italianos y se encontraron con una protesta de trabajadores hoteleros que fueron despedidos en medio de la crisis. “Nos encontramos con una huelga en la autopista con balazos y todo. Tuvimos que quedarnos detenidas en el auto. Jamás me imaginé que iba a vivir una situación así. Sacaron escopetas, armas y quedamos súper asustadas. Ahí te das cuenta que no estás en tu país y no sabes cuáles son las reglas”,  dijo Camila. 

Relatan que pese al avance de la pandemia y crisis sanitaria mundial hay turistas que no respetan a las autoridades y protocolos de seguridad del país. “Acá hay gente que está viviendo en una burbuja, hay gente tomando sol como si nada. Quizás están más relajadas porque tienen claridad de sus retornos o porque tienen otra realidad en sus países. Nosotras estamos pegadas al celular leyendo información, ¿Qué ganas de disfrutar vamos a tener en estas condiciones?”. 

VUELTA A CASA

El Consulado de Chile gestionó dos “vuelos ferry” con LATAM programados para este fin de semana. Serán en total 531 pasajeros que podrán regresar a sus hogares, pero otros 80 aún no tienen claridad de lo que ocurrirá con ellos. Sin embargo, Karen González, cónsul de la sección consular en Santo Domingo, les aseguró que nadie quedaría sin ayuda. 

En un correo electrónico enviado por la autoridad a los chilenos atrapados, se les informó que Cancillería sigue trabajando con las aerolíneas para que estas reactiven sus vuelos y que los esfuerzos están puestos en Copa y Avianca.

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