Zonas de riesgo frente al Covid-19: Hacinamiento en 6 comunas de Santiago es casi siete veces más que densidad promedio del resto de la ciudad

Un reportaje publicado por el diario inglés The Guardian afirmó que la actual pandemia de coronavirus podría impulsar cambios significativos en el desarrollo urbano global y permitir, por ejemplo, revalorizar el suburbio en contraposición a los barrios más centrales. Un desafío que hoy Chile tiene pendiente. 

Esa publicación es incluida en un informe realizado por la oficina de urbanismo Atisba que refleja cómo la pandemia del Covid-19 ha dejado en evidencia problemáticas sociales como el hacinamiento; es decir, la aglomeración de muchas personas en un espacio reducido en relación al territorio.

Lo que está claro es que, mientras dure la cuarentena, la densidad residencial será un problema y cuando se presente como hacinamiento y vulnerabilidad social, podría constituir una amenaza aún más seria para la propagación del Covid-19, que en Chile ya registra 2.738 casos de contagio y 12 fallecidos.

Esta situación podría verse acentuada en las periferias urbanizadas con viviendas o condominios sociales, donde familias completas, muchas veces con allegados, deben convivir en 40 metros cuadrados, con limitados baños, en edificios con pocos espacios públicos y severos problemas de construcción, explica el informe.

La densidad promedio de Santiago es de 75 habitantes por una hectárea, que generalmente equivale a una manzana. En los bloques de vivienda social, por ejemplo, este índice se multiplica por cinco o por siete veces. 

El análisis desarrollado por la consultora identifica los sectores de hacinamiento problemático en el Gran Santiago. En ese sentido, se determinaron seis zonas de riesgo que incluyen a 41 condominios sociales y 154 mil habitantes en seis comunas: Quilicura, Renca, Maipú, Lo Espejo, San Bernardo y Puente Alto. El estudio refleja que la densidad de estos conjuntos es de 570 habitantes por hectárea, es decir casi siete veces más que la densidad promedio de Santiago. 

De acuerdo a los datos extraídos de catastros realizados por el Ministerio de Vivienda, Atisba concluyó que 23 de estos 41 condominios presentan condiciones de vulnerabilidad debido a la mala calidad de las construcciones, al deterioro del entorno, control territorial de bandas de narcotráfico e inmigración vulnerable.

Las más problemáticas

Las comunas de Quilicura, Puente Alto y San Bernardo agrupan condominios sociales con los índices más altos de vulnerabilidad. La población potencialmente afectada suma 104.000 habitantes.

En el caso de la comuna de la zona norte de Santiago, los principales problemas se producen en las poblaciones Parinacota, Valle de La Luna y el Cristo de Quilicura, ya que además de vivir en hacinamiento, presentan problemáticas con el narcotráfico al interior de ese territorio -muchas veces no pueden salir de sus casas- y una importante concentración de inmigrantes vulnerables provenientes de Haití, que viven en condominios sociales precarios, que se instalan en el país con muy pocos recursos y que tienen dificultades en el idioma y en los accesos a servicios de salud. El estudio refleja que esa situación se replica también en poblaciones como Cordillera, Los Andes I y II de San Bernardo.

Otra zona compleja es Bajos de Mena de Puente Alto con cuatro condominios sociales en condiciones de riesgo y que suman una población de 20.396 habitantes. Uno de los factores que resta vulnerabilidad en parte es que en dicha zona no hay concentración mayor de migrantes vulnerables.

Las otras zonas incluidas en el estudio

Dentro del mismo informe es considerada la zona del Puente Resbalón en Renca, que tiene 434 habitantes por hectárea, distribuidos en 6 condominios sociales que agrupan a 11.908 habitantes. En el caso de la comuna de Maipú, es la población San Luis la que tiene mayor densidad con 7 condominios sociales que suman 23.756 habitantes con una densidad de 478 habitantes por hectárea.  

Otro punto de densidad vulnerable es el anillo de circunvalación Vespucio Sur, en la comuna de Lo Espejo. Allí existen 8 condominios sociales y 12. 044 habitantes con una densidad menor que el resto, debido a que son asentamientos antiguos con mayores espacios comunes que hoy son destinados a canchas y estacionamientos, especialmente en la población Santa Olga y las tres etapas de la Población Lo Sierra. 

El análisis refleja que las zonas de riesgo de propagación son aquellas donde existen viviendas sociales, y por tanto personas de bajos ingresos, con densidades altas en entornos deteriorados o violentos.